Say no more

27 de noviembre de 2008

Declaro que comparto una máxima de Norberto Bobbio que consta en El Futuro de la Democracia: “Nada es más peligroso para la democracia que el exceso de democracia”. Declaro asimismo que favorezco en esta bitácora el debate más robusto, público e inclusivo de argumentos… cuya condición previa para que suceda es que los participantes en el mismo defiendan, claro está, argumentos.

Digo lo antecedente, porque ayer rechacé el comentario de un anónimo. Su comentario era tributario de una boyante dosis de cretinismo: consistía en comparar a Stalin con Correa y derivar de esta comparación una incoherencia de mi parte (a la que, por cierto, ya me referí en otros comentarios). Esta bitácora admite expresiones ofensivas e hirientes, pero siempre que el emisor de esas expresiones las argumente.

Hasta este rechazo de ayer, publiqué toda opinión que se emitió en esta bitácora. Sin embargo, porque no defienden argumentos para el debate robusto, público e inclusivo que esta bitácora propone, la estupidez, la vulgaridad y la aleve actitud de quienes se pretenden inquisidores (en todos los casos) al amparo de su anonimato (¿es que es tan difícil decir lo mismo con la decencia de decir esta boca es mía? No insistiré sobre el estatus de anónimo, sobre el cual ya opiné en otro post) no tendrán cabida en esta bitácora. La world wide web es ancha y es de cualquiera, así que si tanto entusiasmo se tiene para emitir opiniones en términos estúpidos, vulgares o aleves, puede todo aquel que lo desee abrir su propia bitácora para hacerlo.

Resumiendo, lo parafraseo a Charly: nunca faltan algunos que sobran. Y para quienes sobran, los advierto de un lema del propio García: Say no more. Al menos en esta bitácora.

24 comentarios:

Juan Sebastián Utreras-Carrera dijo...

Es realmente una lástima ver que el descompuesto espíritu del correato haya hecho presa fácil de ti.

¿Intolerancia al disenso? Yo pensé que tu salida de El Universo se debía a esa falta de pluralismo que supuestamente aqueja a ese diario. No obstante, percibo el mismo problema en tu blog. Gómez Lecaro en su blog tiene un lema: "Lo escrito, escrito está."

Es una pena la intolerancia. Posiblemente una pérdida para los DD.HH, y una ganancia para aquellos que se congratulan mutuamente, por pertenecer al mismo club ideológico.

Otra vez será, pues... cuando vivamos en un sitio mas tolerante, en donde, palabras mas, palabras menos, las ideas sean aceptadas.

Fue interesante leerte y sobre todo, poder opinar, mientras tolerabas críticas, procacidades y opiniones opuestas, que bien pudieron estar ornamentadas con adjetivaciones caústicas, corrosivas o hirientes. Bien dijo Borges: "si no te gusta el libro, no lo leas". Tu libro ha dejado de gustarme. Tu "superioridad" argumentativa se ve menoscabada con esta última entrada en tu blog.

Que le vamos a hacer, este es tu espacio, y puedes hacer del mismo lo que te parezca, pero como hombre de opinión, la de otros debería ser lo mas preciado para tí.

Fernando Abel. dijo...

Pero si no se está diciendo nada del otro mundo.
Como bien explica en su otra entrada de blog, no le molesta el insulto, o la diferencia de opinión.

Molesta la cobardía. ¿A quién no molestaría algo así?

Xavier dijo...

Te equivocas JS. Me interesa, como autor de esta bitácora, favorecer un debate robusto, público e inclusivo; es más, me interesa en particular la disidencia: los argumentos de quien disiente.
Te equivocas al suponer que la libertad de expresión implica la obligación de soportar y publicar a quienes de manera cobarde e insustancial se quieren aprovechar de un espacio virtual de debate para que se publiquen sus agresiones, las que no contribuyen a sustentar ningún argumento.
Mi decisión de no publicar esos comentarios no se fundamenta, como erróneamente supones, en la intolerancia. Hasta el día de ayer publiqué todos los comentarios que me remitieron. Si ahora hago pública mi voluntad de rechazar aquellos comentarios que sean cobardes, insustanciales y agresivos, lo hago en la convicción de que ese tipo de comentarios distraen la atención de los temas que se discuten en esta bitácora y, mucho más grave, no contribuyen a ninguna discusión robusta y seria. Hago pública esta decisión para que aquellos que quieran ofender y herir a otros o al autor de esta bitácora sepan que para hacerlo, al menos, se tendrán que tomar la molestia de pretender sustentar esas palabras ofensivas e hirientes con argumentos.
Si quieres participar del debate, eres muy bienvenido JS: tus contribuciones a este especio me han parecido, en general, muy valiosas. Pero en caso de que te mantengas en tu posición quiero que sepas que te deseo la mejor de las suertes y buen viento. Un abrazo.
Fernando A.: Simón, ¿a quién no?

Luis dijo...

Algunos repiten esta famosa frase de Volteire que dice algo así como "No podré estar de acuerdo con lo que dices, pero respetaré a muerte tu derecho a decirlo".
¿Tienen alguna idea del efecto silenciador que implica esta frase???
Cuando uno argumenta, o transmite una postura, es para convencer al otro, para incentivar una determinada actitud o conducta. Ahora, si yo de entrada sé que no me vas a convencer, por falta de consistencia o coherencia, falsa conciencia o qué se yo, ¿para qué rayos entonces defender el error? Es como querer decir: habla lo que quieras, igual lo que tú dices son meras tonterias, en nada afecta mi actitud o conducta, estás tan equivocado que nadie te comerá el cuento.

Bueno aquí viene la paradoja del liberalismo: ¿tolerancia a la intolerancia?, ¿podemos tolerar que intolerantes tomen decisiones que afecten a terceros?, ¿padres a hijos?...

¿No cabe acaso censurar el negacionismo, la apologia del delito, insultos que afecten la dignidad de la persona como ente moral?

Juan Sebastián Utreras-Carrera dijo...

Un poco mas de lo mismo, pero con protagonistas conocidos, deslustrados y recalcados...


Manuel Ignacio Gómez Lecaro | manueligomez@yahoo.com

José Luis censurado

El Consejo Nacional de Radiodifusión y Televisión (Conartel) prohibió a Canal Uno la transmisión del programa ‘José Luis sin Censura’. Agárrense de su control remoto. El Gobierno nos lo quiere quitar. Pretende decidir por nosotros lo que podemos o debemos ver. Empieza la censura.

Qué ironía. El primer programa censurado tiene en su nombre el calificativo “Sin Censura”. Pareciera que el Conartel lo escogió con dedicatoria.

Yo ni sabía de la existencia de este programa. Lo busqué en YouTube. Es bastante burdo, al puro estilo de Jerry Springer, Laura en América y esos talk shows basura que acaban siempre en insultos y puñetes. Pero por malo u ofensivo que pueda resultar, no le corresponde al Gobierno decidir si podemos o no verlo, sino a cada uno de nosotros. Para algo tenemos gustos distintos, sentido común, y dedos con la libertad de cambiar de canal si nos da la gana. No necesitamos que un funcionario público escoja la programación por nosotros.

El Conartel y este Gobierno no entienden lo que es la libertad de expresión. Su concepto de libertad está limitado a permitir aquello que ellos consideran correcto o moral. No entienden que la libertad de expresión implica justamente lo contrario. Permitir todo tipo de expresiones o manifestaciones. Incluso y sobre todo aquellas que no nos gustan o nos molestan. Si el Conartel va a censurar todo aquello que nos parezca ofensivo, ¿qué tal si empiezan con las cadenas de los sábados del Presidente?

Nos dirán que no están censurando nada, sino aplicando la ley que determina que el Conartel “regulará y controlará… la calidad artística, cultural y moral de los actos o programas de las estaciones de radiodifusión y televisión”. Nuestros inquisidores socialistas del siglo XXI aprendieron bien del Presidente en esto de aplicar a su gusto las leyes. Igual que cuando el Presidente persigue a quien lo “ofende” aplicando esa ley que dice que “El que con amenazas, amagos o injurias, ofendiere al Presidente de la República… será reprimido con seis meses a dos años de prisión…”, el Conartel hace las del Chacal de Don Francisco, decidiendo a su antojo quién se queda y quién se va de nuestros televisores.

Empezaron con José Luis. Ya vendrán otros. La censura como forma de control y amenaza. A ‘Buenos Muchachos’, programa en Gama TV con segmentos de sátira política, también lo sacaron del aire. Por lo visto los directivos del canal, ahora estatal, no quieren que hagan chistes del Gobierno. ¿Siguiente en la fila?

Junto a la censura que comienza, el Gobierno ya controla varios canales de televisión que poco a poco van adoptando una línea más gobiernista. A todo esto, ¿no dizque iban a vender esos canales incautados lo más rápido posible? Ya han pasado algunos meses y no veo ningún letrero de “Se Vende” en las puertas de TC o Gama TV. ¿Qué esperan? ¿Qué pasen las próximas elecciones? ¿Qué los amigos del poder reúnan la plata para comprarlos?

El Gobierno busca controlar a los medios de comunicación. Que ‘José Luis sin censura’ sea un programa basura no legitima en absoluto su prohibición. Esta censura atenta contra nuestro más elemental derecho a ver, leer o decir lo que queramos, sin que el Gobierno nos vigile o pretenda decidir por nosotros.
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Palabras mas, palabras menos, eufemismos demás... intolerancia a la intolerancia. El bloggero mayor, Correa y su estulta e insulsa banda de idolatradores en su salsa. ¿Será que los DD.HH se manifiestan al respecto, o se hacen los otos? ¿Será hasta que algún malandro mal viviente sea torturado, que, entonces la acción campante de los defensores sea protagonista ante tal excepción, en lugar de lo contrario?

Luis dijo...

Xavier abuso de la confianza, pero dada la legítima inquietud de Juan Sebastián, manifestada -exclusivamente- en el párrafo final de su última invervención, procedo a adjuntar el sgte. link:
http://www.desdemitrinchera.com/2008/11/27/el-juego-del-guason

Saludos.

Xavier dijo...

Luis, como siempre, planteando el tema en su complejidad. Yo creo que deben existir ciertos límites en la certeza de que no existen derechos absolutos. Este post sirve precisamente al propósito de debatir esos límites. Avanti, me gustaría que profundices tu opinión.
JS, te equivocas porque citas a una persona que está en un error al afirmar que "la libertad de expresión implica (...) permitir todo tipo de expresiones y manifestaciones. Incluso o sobre todo aquellos que no nos gustan o nos molestan". Esta persona desconoce que el artículo 13.4 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos que regula el derecho a la libertad de expresión permite la aplicación de la censura previa en el caso de espectáculos públicos "con el exclusivo objeto de regular el acceso a ellos para la protección moral de la infancia y la adolescencia". Si este es el propósito del Conartel (lo que se deduce de las propias declaraciones de Mónica del Castillo, directora de programación de Canal Uno, que publicó diario El Universo el 22 de noviembre, porque el programa podría colocarse en horarios en que la ley sí permite que se transmita la agresión a personas) no percibo la grave violación a los derechos humanos que reclama GL y que tú suscribes. Con lo cual, además, todas tus elucubraciones ulteriores en esta materia se vienen al piso.
JS, de nuevo te equivocas. No se trata de intolerancia a la intolerancia: se trata de intolerancia a las opiniones cobardes, insustanciales y agresivas (a estas en particular y entiéndelo bien, no a la disidentes: las opiniones cobardes, insustanciales y agresivas pueden servir para atacar a una persona que tiene un criterio análogo al que yo postulo y lo mismo no la admitiría al debate) que en estricto derecho no tengo la obligación de soportar ni publicar. La libertad de expresión, JS, no es un derecho absoluto y está sujeto a responsabilidad ulteriores (art. 13.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos), responsabilidades que se pueden exigir a particulares y a los medios de comunicación social (a estos últimos incluso mediante el derecho de rectificación o respuesta, art. 14 ídem) pero que yo no podría exigirle, en razón de la naturaleza de la agresión, a quien me agrede en este espacio. Según tu hipótesis, yo tengo que en nombre de la libertad de expresión tolerar que una persona abuse de este derecho en mi perjuicio y que, además, esa persona goce del beneficio de la impunidad. Si ese es tu criterio, JS, es porque de veras no entiendes la naturaleza del derecho que estamos discutiendo.
Por cierto, no me molesta (lo reitero) que se emitan argumentos ofensivos o hirientes en la medida en que contribuyan al debate. Creo que todo puede decirse y, más todavía, escribirse de manera argumentada y respetuosa (la agresividad suele ser el recurso de los que son un poco imbéciles, ¿no?) y en el interés de propiciar el debate robusto, público e inclusivo es que publico este post, para que quienes decidamos participar de este espacio virtual seamos conscientes de presentar argumentos que sirvan a ese propósito de debatir, mejor todavía si sus argumentos son disidentes (me interesa mucho la disidencia: es la que te ayuda a ampliar los horizontes de tu pensamiento). Pero admitir al debate ese tipo de opiniones que rechazo, no es contribuir al debate ni honrar el derecho humano a la libertad de expresión, sino hacerle el juego a mucho idiota que quiere aprovecharse de este espacio para agredir a terceros. Ante eso pana, say no more!
Bienvenido cuando quieras, compadre (siempre que quieras, ja). A seguirla. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Xavier, personalemente estoy de acuerdo con tu postura en el tema de los insultos, sean estos anónimos o no. Nadie tiene por qué permitir o tolerar que cualquiera te insulte irracionalmente y sin justificación alguna, peor desde el anonimato. Después de todo, este espacio se podría decir que es tuyo, como tu "casa virtual", y yo se que si alguien entra a mi casa a putearme sin argumentos, no lo toleraría.

Leí el artículo sobre el anonimato hace un tiempo, cuando lo publicaste. No pude evitar sentirme tocado, porque bien o mal, yo soy uno de los que, escudado entre miles de personas, no puedo evitar proferir insultos contra jugadores, técnicos, árbitros e hinchas rivales, domingo a domingo. Mi justificación es que vivo el fútbol de tal manera que no lo puedo controlar y que, a mi parecer, recibir insultos de miles de personas es parte del trabajo que han escogido las personas que protagonizan el espectáculo deportivo. Obvio que, una vez que se pasa mi calentura y poniéndome en los zapatos de los receptores de esos miles de insultos, no puedo dejar de sentirme un poco mal por ellos.

Anónimo dijo...

Acerca del tema de José Luis Sin Censura, estoy de acuerdo en que se cambie de horario. Nunca he tenido la oportunidad de ver ese programa, pero entiendo más o menos que tipo de programa es. Si el ente regulador (Conartel es?) considera que es nocivo para los chicos, está más que justificado que se imponga el cambio de horario en la programación. Eso no es censura, es protección a los niños y jóvenes.

Distinto es el caso del programa Buenos Muchachos. Personalemte no me agrada mucho que digamos ese espacio, hay cosas que me provocan risa pero en general me parece que es muy vulgar. Sin embargo, que lo saquen del aire porque no les gusta lo que dicen del gobierno actual me parece un atropello terrible a la libertad de expresión y a su derecho de trabajar de forma legítima. Apreciaría tu opinión sobre este tema, Xavier.

azul dijo...

en un espacio de debate, el 'no insultes' tiene más que ver con la civilidad y bastante poco con la libertad de expresión.no entnderlo así, sobre todo, ante las aclaraciones de cuáles serán los insultos y la agresividad intolerables (que no todos lo serán, ha dicho Xavier), revela más antipatía personal que otra cosa.

digamos que hay muchas ocasiones en la vida en sociedad en que no solo reconocemos sino exigimos límites a la 'libertad de expresión'. los anuncios de 'haga silencio' en un hospital o de 'no hable (por teléfono o con el vecino)' en el cine, el 'hable uno a la vez' en un debate público, etc.

he visto muchos buenos posts totalmente arruinados en las cajitas de comentarios (como he visto otros tantos complementado o superados de largo por el intercambio en la cajita). como usuaria digo que para el debate prefiero los espacios moderados (moderación, por cierto, que no siempre es ejercida como censura sino por el mismo comentarista, creo, por su propio interés EN el debate)

en todo caso, yo creo que el criterio de la menor restricción posible que ofrece xavier es una aceptable norma de compromiso. a mí el post me ha llegado porque no soy precisamente una paloma. en un comentario reciente le he dicho leguleya tarada a la abogada de la fundación malecón. creo que ofrecí suficientes y múltiples razones para el uso de esos apelativos. pero, vaya, estoy dispuesta a dejar de 'ornamentar' mis expresiones si el debate así lo exige. no veo, sinceramente, una coacción a mi libertad de expresión en eso. ya, dios.

ahora, sobre la libertad de expresión. madre, sobre eso hay bastante qué discutir. los límites aceptables, tratamientos diferenciados según los espacios de que se trate, la apología del delito. todos aquí han indicado temas que dan para cortar, discutir, matizar, distinguir bastante. y que yo creo, Xavier, que ameritan un post aparte.

saludos.

Endivio Roquefort I dijo...

Está es su derecho de insistir en que los comentarios, a partir de ahora, sólo contengan elogios, besos y palabras de felicitación (pues ¿quién se molestará en escribir otra cosa, con tal grado de incertidumbre sobre lo que constituye en este entorno un "argumento" válido? Se supone que el elogio, en cambio, ya consta como argumento por virtud propia.) Sobre el tema del anonimato y la supuesta cobardía que encierra: vamos, no tener nombre sólo demuestra falta de imaginación, pues apodos ridículos como el mío apenas cuestan de crear; ahora, si lo único que le vale es un nombre creíble, pues da que pensar, en un país donde ser mínimamente crítico con las autoridades le puede llevar a uno a la cárcel a menos que uno de los apellidos sea Acosta. En las dictaduras, los pródigos en nombres y apellidos suelen ser los arrimados al régimen, a quienes poco les cuesta tal acto de valentía.

Por otra parte, tiene usted un muy buen blog. Me encanta. I shall recommend it to both my friends.

Fernando Abel. dijo...

Endivio Roquefort:
Anónimo dijo:
"yo creo que tu comentario vale v..., y que es mejor que vayas a lamer el c... de Nebot a otra parte"

Ahora:
¿Si este fuera tu blog, publicarías ese comentario que acabo de poner? Tan falto de imaginación y prudencia, así como de dignidad y autorespeto?

No es un asunto de libertad. No se puede hablar de libertad sin hablar de responsabilidad.

Una entrada como esa en mi blog es ciertamente algo que no me dignaría en leer dos veces, ni peor aún, someter a mis lectores (de yo tener blog) a la indudable tortura de leerlos.

Toda opinión es respetable, pero las opiniones tienen estructuras que siempre son sustentables.

Un comentario como el anterior connota sólo la imposibilidad de formación de un criterio válido propio, así como la falta total de percepción de la apostura que maneja este blog.

Al expresar descontento es muy fácil dejarse llevar por las pasiones. La pasión, es buena -no me malentiendas-, pero cuando nos empuja hacia el conocimiento y al pensamiento crítico.

En conclusión -para ponerlo más fácil- hasta para insultar hay que tener cerebro.

Endivio Roquefort I dijo...

La verdad, sí lo publicaría. Un comentario así es fácil de publicar, pues lo único que hace es descalificar al mismo comentarista como interlocutor serio, y aunque no debiera ser así, por rebote como que les da más lustro a tus propios planteamientos. Algo así ha pasado con Correa, que (tal como en este mismo blog se ha apuntado en alguna ocasión) ha tenido la gran suerte de contar con una oposición política esperpéntica que le pone las cosas inmensamente fáciles en ese sentido. Lo difícil de publicar, en cambio, sería un comentario que le rebatiera a uno con argumentos sólidos. Si a los lectores serios les incomoda "tener que leer" los comentarios más neandertales, bueno, suerte que los susodichos primates casi siempre se identifican como tales en las primeras cinco palabras, con lo cual es fácil aprender a sortearlos. Sugiero que pase un tiempo en Usenet, donde estos reflejos rápidos se hacen instintivos enseguida.

Fernando Abel. dijo...

Mmmm... Respeto tu punto, pero ciertamente no lo comparto, por las razones ya expresadas.

azul dijo...

hace no mucho me encontré un blog donde los comentarios neandertales no los borraban pero los mandaban a una caja paralela y en el espacio quedaba indicado así. me pareció una buena idea. a mí, la verdad, los comentarios primates me impacientan. (los comentarios tontos también, por cierto, y aunque toque tolerar ningún respeto les tengo) la grande es que no me acuerdo el nombre del blog ni el tema.

ahora, la incertidumbre sobre qué será admisible como comentario es una crítica válida y siempre ronda cuando se plantean límites. pero leer en la fórmula propuesta 'no insultos injustificados' que sólo si mando besos y elogios u opiniones coincidentes me aceptarán el comentario es un tanto exagerado, endivio. ¿sería para ilustrar? date una vuelta por el blog y di.

Chica Cosmo dijo...

Maravilloso debate, pero aterrizando los altos vuelos, la entrada originalmente no trataba de La Libertad de Expresión (así con mayúsculas), sino con el hecho de que un bloguero, dueño, amo y señor de su blog publique o no un comentario según su legítimo criterio estético (que a eso se reduce todo), porque de que es feo insultar sin invocar argumentos, agazapado en la impunidad del anonimato, de que es feo decía, es feo.

Mejor escuchemos a Fito: estar de menos, no estar de más, daradaradaradaradá.

Ahora que el Rafa y Stalin tienen mucho en común: genocidio, millones de desplazamientos forzosos, tortura, ejecuciones varias, gulags, deportaciones a Siberia, son igualitos, como Arregui y Torquemada.

Xavier dijo...

José, sobre el tema del fútbol, Fernando comentó en un post anterior lo siguiente: “Lo que pasa es que es distinto un estadio que un blog. En el estadio la masa y la pasión que genera el más popular de los deportes hace que saquemos nuestro lado animal. ¿Quién no ha puteado a un árbitro o mandado a la casa de Emilio Palacio a un jugador del equipo rival? Esos insultos no son pensados, salen al momento, muchas veces nos arrepentimos del mismo pero ya fue, el fútbol lo aguanta. Distinto es aquel que se toma su tiempo para, escondido en el anonimato, proceder a insultar o a denigrar a las personas simplemente porque no están de acuerdo con la forma de pensar de otra. En sus insultos queda demostrado su bajeza y falta de argumentos para discutir una idea”. Lo suscribo plenamente. El tema de Buenos Muchachos es distinto al de José Luis sin Censura, no se le puede aplicar el mismo análisis (digamos, a partir del 13.4 CADH que justifica el caso de José Luis sin Censura como se lo ha expuesto en los comentarios del post inmediato anterior a éste): se trata de un reprochable atentado a la libertad de expresión.
azul, en efecto, el tema de los límites a la libertad de expresión es complejo y se lo puede debatir largamente. (Es probable que me anime a escribir un post al respecto.) Dos cosas, en principio: la primera, de índole general: el derecho a la libertad de expresión no es un derecho absoluto y admite restricciones; la segunda, de índole particular: como administrador de esta bitácora de Internet, e interesado como estoy en el debate amplio, robusto e inclusivo, aplicaré la menor cantidad de restricciones posibles en el debate.
ER, por supuesto que acepto “elogios, besos y palabras de felicitación” (eso sí, besos de tornillo y provenientes de muchachas pulposas) pero no te engañes: no fue esa mi insistencia, ni es tampoco lo único que acepto. No abundaré en este tema porque ya lo he mencionado muchas otras veces en comentarios anteriores. Imagino que para ti tampoco es difícil identificar un argumento porque, de verdad, difícil no es. Publicaré opiniones que no sean argumentos siempre que esas opiniones no sean cobardes, insustanciales y agresivas. Por cierto, ER, escribir como anónimo no es la única forma de ser crítico en este país; basta leer la prensa que tenemos para confirmarlo (con lo cual no es ni de lejos cierto que este es un país “donde ser mínimamente crítico con las autoridades le puede llevar a uno a la cárcel”, ¡?): mucho más suele ser el anonimato una manera cobarde y ruin de agredir a terceros, sin hacerse cargo de esa agresión y manteniéndose el autor de la misma en la impunidad. Ese tipo de anonimatos no me interesa. En relación con el diálogo que sostuviste con Fernando A., yo no publicaría esa agresión. No percibo como una agresión de esa índole le concede lustre a nada. Descalifica como idiota a su autor, es cierto, pero no me interesa servir de vitrina de idiotas: lo que de veras me interesa de los comentarios es que contribuyan a debatir la idea que el post propone, y ese tipo de comentarios idiotas no lo hace, ni de lejos. En cambio, un comentario con argumentos sólidos, ese sí que se lo agradece y mucho, sea a favor o en contra. En realidad, un comentario con argumentos sólidos siempre está a favor, a favor de pensar. Y es ganancia. ER, gracias por tu comentario. Revisé tu bitácora, escribes muy bien.
lcc, suscribo plenamente lo que escribes. Sólo añadiré que al bloggero “dueño, amo y señor” de este blog le interesa el debate amplio, robusto e inclusivo, con lo cual tratará de publicar la mayor cantidad posible (ojalá todos) los comentarios que le escriban, salvo aquello que insultan sin invocar argumentos, agazapados en la impunidad del anonimato (lcc dixit) porque, convengamos, no sólo es feo: es cobarde y es ruin.

Ángel Largo Méndez dijo...

La libertad de expresión suena a canción vieja como la opiníon pública (que no pasa de opinión publicada) o la democracia (que no pasa de poliarquía) peor en fin... En el estricto derecho libertario de Xavier de no aceptar comentarios indolentes y verduleros, no hay nada que hacer frente a eso. Solo basta reconocer que a cualquiera de nosotros en algún momento se nos puede escapar un refle... hacia otro individuo, pero ante el condumio de tales expresiones, bien vale el dar la cara y decir: esta boca es mía.

Kojudo Mayor dijo...

Xaflag dijo: "el derecho a la libertad de expresión no es un derecho absoluto y admite restricciones" (sic)

¿No es un derecho absoluto? ¿Lo dice quién, una comisión interamericana de DD.HH cuyos postulados no son, ni vinculantes, ni incluyentes, ni tampoco fijos, y se acomodan a las modas y a los actos políticamente correctos del momento, o, dependiendo de la época y estado de decadencia o descomposición social, a la laxitud moral o al astringente y ortodoxo conservadorismo? ¿Cuáles restricciones? ¿Se puede aplicar la misma lógica y restricciones a otros derechos no absolutos, como por ejemplo los supuestos derechos de las mujeres a decidir sobre sus cuerpecitos, cuando un derecho absoluto como el derecho a la vida está de por medio?

Angel Largo: no existe democracia, lo que tenemos es oclocracia.

¿Entonces la forma cuenta tanto o mas que el fondo? ¿El mensaje y no el mensajero es lo de menos?

Anónimo dijo...

KM, es obvio que la libertad de expresión admite restricciones, las restricciones incluso están en el Código Penal. Nadie puede ni debe, amparado en la libertad de expresión, calumniar a otra persona o proferirle insultos porque simplemente no piensa igual que tú.

Asombra que hagas menciones de derechos absolutos cuando en este mismo blog hay un post donde se demuestra que en Guayaquil, modelo de perfección de los libertarios (económicos) ecuatorianos, se discrimina a las personas por sus preferencias sexuales y allí nunca apareciste para decir esta boca es mía (lo saco de Sabina no de Angel Largo).

Kojudo Mayor dijo...

La libertad...

El derecho a la libertad de uno, termina donde el derecho a la libertad de los otros comienza.

El derecho a la libertad de expresión debería basarse en esa prima. El problema radica en que la línea que separa mi libertad de la de los otros es difusa, borrosa, y poco definida, no es estática, ni rígida. Establecer artificiosamente donde termina mi libertad y comienza la de los otros ha sido motivo para que unos tantos redacten los famosos derechos humanos.

La libertad y el libre albedrío no son sinónimos. La libertad no es lo mismo que el derecho a ésta.

Condenar la homosexualidad, por ejemplo, es una prerrogativa que se acoje a mi derecho a la libertad y a mi libre albedrío. Condenar al homosexual, (no a la homosexualidad) es atentar contra el derecho de esa persona a ejercer su libre albedrío. Condenar a alguien que practica la tauromaquia, es otro atentado al derecho de esa persona a hacer uso de su libre albedrío. Condenar la praxis de la tauromaquia corresponde al derecho de cada persona a juzgarla buena o mala. De lo dicho se entiende entonces, que juzgar a la homosexualidad como buena o como mala, no da pie a que se juzgue de igual manera a quien así la considera o a quien la practica.

Lo legal no necesariamente va de la mano con la libertad o con nuestro particular concepto sobre el derecho a la libertad. Ejemplo: en USA conducir en ciertas autopistas a mas de 55 millas por hora es considerado ilegal. Las sanciones contempladas por haber violentado dicha disposición o ley van desde multas, hasta prisión. La sociedad las acata, y en su mayoría las obedece. En ciertos estados de Nigeria, la ley castiga alque comete adulterio. El castigo: muerte a pedradas. La sociedad lo acata y lo obedece. Para nosotros desde nuestra occidental y personal óptica eso es un crimen que atenta contra los derechos humanos. Para ellos, ser castigado por conducir mas rápido de 55 millas por hora, puede resultarles un abuso, un absurdo y una arbitrariedad. La pena de muerte es legal en USA. Legalmente aceptable. La ética profesional la avala. El juicio moral difiere de un individuo a otro. La sociedad en su generalidad acata y obedece dicha ley, esté o no de acuerdo.

¿A qué viene todo esto? La homosexualidad dependiendo de las diferentes épocas, ha sido condenada o plenamente aprobada y hasta inculcada. Su condena ha dependido del juicio moral que la sociedad le otorgue. Para algunos, eso equivale al grado de mayor, o menor descomposición social, moral y de valores que pueda tener una sociedad en general. Para otros, es cuestión de modernidad y progreso. Estamos en una época llena de ambiguedades, en donde unos, autoproclamados modernos y políticamente correctos, por novelería y miedo al ostracismo al que sumerjen ellos mismos a otros tantos, aprueban este comportamiento, y condenan a quien lo condena. Sabina, para mi, es un pendejo. No sirve como fuente de referencias. Me acojo a mi derecho al disenso y de libre expresión.

Anónimo dijo...

Kojudo Mayor, haces gala de tu apelativo, y con creces...ningún derecho es absoluto ni ilimitado, ninguno, vete a revisar primero algo de literatura jurídica contemporánea y luego colócate en posición de debatir; no antes, con meras -y tristes- intuiciones

Xavier dijo...

ALM, gracias por tus palabras. KM, me llama la atención tu desprecio por la Comisión IDH. Esos prejuicios, expresados de esa manera, sólo se los había escuchado a Hugo Chávez e imagino que no beberás de esa fuente para "fundamentarlos". Sería interesante que intentes hacerlo y me temo mucho que no podrías. Sobre los límites a la libertad de expresión pues el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos establece las restricciones en términos muy sensatos y muchas cosas interesantes se ha dicho (no metamos a la CIDH en vista de tu prevención a dicha entidad) desde la Corte IDH, la Corte Europea de Derechos Humanos, el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas y numerosos tribunales constitucionales (España y Colombia, p. ej.) o cortes supremas (Estados Unidos, Argentina, p. ej.). Sobre el tema de los derechos absolutos ya se expidió Mostaza. Sobre libertad de expresión trataré de volver pronto en otros post, porque el asunto da para mucho.
Fernando, bien, solo una pequeña precisión: si bien el Código Penal dice algo (en ocasiones, mucho, las más de las veces, demasiado) sobre la libertad de expresión, debería cada vez decir menos. Esa es la tendencia que se sigue en las discusiones actuales sobre este derecho.
Saluz a todos.

Ángel Largo Méndez dijo...

¿Oclocracia? KM, tampoco así, no llegamos aún a esas circunstancias.
.. por lo menos no quiero creerlo

Afirmo como tú que no existe la democracia, por eso nombro a la poliarqúia como, a mi parecer, lo que mas se sujeta nuestro sistema de estado-sociedad, en palabras de Mark Curtis: "Un sistema en el que un pequeño grupo gobierna y la participación de las masas se limita a elegir dirigentes en elecciones dominadas por las elites que compiten".

solo para aportar con eso, sin pretender desviar el tema inicial del debate

Saludos