“Que Vera es ‘vanidoso’ y ‘exagera’, escucho decir ahora a los pocos despistados que se alegran. La vida me enseñó que solo a las cocineras y a las empleadas domésticas se les perdona que juzguen a los personajes públicos con esos parámetros tan banales”. Aquí.
De dónde te sacaste ese pasquim? Yo tengo una colección, pero este esta maravilloso.
ResponderEliminarEl tipo tiene una cara de seminarista complacido y recién iniciado y recién todas esas cosas que hacen ellos.
Que raza la de este! para decir tanta estupidez, no llega ni a runa, esa solidaridad mal pagada o bien pagada con Vera, puaj y mas puaj.
Típico de Emilio Palacio. Los pone como mártires a Vera, Ortiz y a sí mismo. Qué patético! Que son defensores de la democracia dice. Si así fuera, más fregada estaría la democracia en nuestro país de lo que aún está.
ResponderEliminarEse es el problema por no tener una oposición seria en el país. Los periodistas como ellos pretenden ocupar ese hueco. Pero qué le vamos a hacer? Que debatamos sobre esto es ya un avance.
Un abrazo!
Micaela
A menos que pongas algún punto sobre los ies, no alcanzaré a ver de qué se le acusa a Palacio. Escribe bien, y el pasquín se me antoja munición más adecuado para un senador McCarthy ("are you, or have you ever been") que para un bloguero del s.XXI. La frase que sacaste es desafortunada, pero en lo que a esnobismo se refiere, hay algunas casas que son más peligrosamente acristaladas que otras:
ResponderEliminarhttp://xaflag.blogspot.com/2009/03/anecdota-ciclo-dialectica-con-gabachos.html
Amanda, sinceramente no creo que a Palacio Vera le haya pagado nada por defender a Vera (claro, esa cuestión se podrá zanjar contrastando evidencias). Y con la misma sinceridad, aunque sea estupidez de mi parte, creo que el argumento (sin cocineras) que presenta Palacio se mantiene en pie: que un periodista sea vanidoso (nómbrame, si puedes, alguno que no lo sea) realmente no tiene relevancia, si éste hace bien su trabajo.
Ahhhh EP es de Emilio Palacio... Bien podría ser Excesivamente Pueril.
ResponderEliminarMe encanta la caracterización de las empleadas y las cocineras, sólo le faltó ponerles "cahifas" y "peroles".
Y eso que reconozco, como tú, a las empleadas como mejores fuentes de información que ciertos diarios, como aquel mayor de las islas caiman. No en vano escribe Fernando Artieda
"Los taxistas y las peroles,
seres por los cuales,
uno se puede enterar de todas las cosas de este mundo"
Me dirán: Artieda les dice peroles! Pero eso es parte de la construcción poética de la narración del entierro de JJ y, además, lo dicen con una honestidad y sinceridad horizontal y no en el plano discriminatoriamente vertical en que lo hace Palacio.
En todo caso, es tu culpa por seguir leyendo ese pasquín.
JM
Leí un curioso post sobre Carlos Vera desde un punto de vista muy interesante.
ResponderEliminarhttp://lolacienfuegos.blogspot.com/2009/04/carlos-vera-dijo-mi-no-me-van-tratar.html
Me parece muy acertada la opinión de Xavier.
Saludos.
Enrique H.
"Prefiero mucho el gremio de las cocineras y el de las empleadas domésticas que al de los periodistas biliosos. Prometen menos tendenciosidad y desinformación."
ResponderEliminarConfirmado.
No me agrada mucho que digamos el mandamucho, pero eso de rasgarse las vestiduras entre ellos mismos me parece patético.
Amanda, “seminarista complacido”, jajaja.
ResponderEliminarMicaelaDA, muy de acuerdo.
ER, veamos. Yo desprecio a EP como persona por las razones que están implícitas en la entrada que está enlazada a esta entrada (los actos de censura que tornaron irrespirable para mí el ambiente en El Universo). No tengo interés en airear las circunstancias que provocaron ese ambiente: no lo hice entonces y no lo haré ahora. Lo que tenía que decir al respecto, se lo dije a EP en una comunicación personal que él nunca respondió (y no esperaba que la responda, sabía bien a quien la dirigía).
Ahora, lo que está implícito en esta entrada no es un juicio al estilo de EP, sino al contenido de sus artículos: creo que el EP de antes intentaba probar una idea y que el EP de ahora suele intentar probar un prejuicio. Y las ideas, así expresadas, las encuentro despreciables. La frase que copio para esta entrada es solamente un síntoma de esto.
Ahora veamos, sobre la frase en cuestión:
1) Escamotear la discusión sobre la “vanidad” y la “exageración” de un periodista lo considero torpe. Esos dos elementos (vanidad y exageración) pueden incidir en el contenido de las noticias o las opiniones que emite el periodista en cuestión. No son elementos que merezcan soslayo sino, al contrario, un análisis serio.
2) Escamotear esta discusión que refiero con la excusa de que “la vida le enseñó” que las críticas sobre esos elementos “sólo puede perdonárselas a cocineras y empleadas domésticas” lo encuentro muy despreciable. Considero que no es necesario insistir en el porqué lo es. JMLC avanzó unas ideas al respecto, las que suscribo plenamente.
Finalmente, proponer una suerte de tu quoque con referencia a una antigua entrada mía a la que atribuyes la condición de “esnobista” es, primero y más importante para este debate, falaz. En lo que hace referencia a esa entrada en particular, supe por Kojudo Mayor que con cierta gracia habías hecho una parodia de la misma en tu bitácora –KM la copió en mi caja de comentarios. Lo que valía decir sobre esa interpretación que algunos (incluido tú) hicieron de esa entrada (en términos de que era esnobista, etc.) lo dije en los comentarios de esa entrada y no tengo nada que añadir a ese respecto. Saludos.
JMLC, abajofirmo al 100%.
Enrique H., ja, buena es.
Yitux, pos sí.
Saludos a todos.
Lo que más me ha llamado la atención es la foto de EP aquí. Tiene un aire a Chespirito (con el perdón de Chespirito por cierto). Aquí se demuestra que no es más que un politico frustrado, porque bien que quiso llegar al poder, pero con ese carisma digamos que ni a presidente del comité de padres de familia del colegio de los hijos (parafraseando a Correa jaja).
ResponderEliminarde acuerdísimo con José María. lo de cachifas y peroles no es algo que se le chispoteó a palacio. es que le afloró la superioridad de clase tan arraigada en algunos y algunas en este país. ese complejo es el "profesor" que le enseñó a palacio esa sabia y profunda lección de vida que ahora nos comparte.
ResponderEliminary entonces, cualquiera que se escandalice con eso de "pelucones" y "peluconería", debería refrescarse la memoria recordando que "perol", "cholo 'e mierda", "longo sucio", y variantes afines, predatan, con bastante, y exceden en carga peyorativa al apelativo a la cabellera.
Que haya razones personales detrás de esto que no desees airear es algo que puedo respetar.
ResponderEliminarMe llama la atenciòn, sin embargo, en la entrada referida, el que hayas descrito El Universo como "una caricatura de diario pluralista". Si a ese olmo se le pide esas peras (pluralismo) obviamente habrá decepción. Personalmente, siempre he visto ese diario como un órgano opositor al gobierno, sin mayores pretensiones (tal vez me falta familiarizarme con la versiòn impresa: siempre lo leo en línea, y me falta el masthead completo. ¿De veras se autoproclama "pluralista"?). Y es de suponer que un diario opositor tendrá una línea editorial consecuente con esa política, lo cual dará como resultado que rechace publicar artículos de opinión escritas desde otra perspectiva. No tengo ningún problema con eso. Que vuelva el ambiente "irrespirable" para quien no comparta los prejuicios de, pongamos por caso, EP, es comprensible, y la soluciòn de migrar hacia un diario con una línea editorial más afìn al pensamiento de uno, perfectamente respetable. (Al fin y al cabo, si tengo un panegírico de la tauromaquia no lo voy a enviar a una revista para vegetarianos. Sentido común, diríamos.) Sólo que tengamos claro que el "pluralismo" que lamentas se halla tan ausente en un caso que en el otro; claro, esa ausencia se nota más cuando son mis opiniones las que se "censuran" (no considero que sea la palabra adecuada: hoy en día sólo un gobierno puede, en términos estrictos y absolutos, "censurar", como tú mismo has demostrado al buscar con fruición y al parecer bastante facilidad una tarima alternativa).
Con referencia a las palabras de EP citadas en el post, pues te confesaré que, antes de que las publicaste, en el artículo original las leí y me sorprendieron bastante, lo cual será una manera de decir que no las encuentro típicas ni representativas del autor. Pero cabe señalar que, en todo caso, esa actitud de soberbio desprecio hacia las opiniones de cocineras y empleadas domèsticas, en ningún momento el autor la hace suya, sino que la atribuye a unas personas anónimas cuya actitud al respecto, eso sí, no le merece, al parecer, ninguna protesta. Decepcionante la frase, por ello, obviamente. Ahora, coger esto:
"...solo a las cocineras y a las empleadas domésticas se les perdona.."
y sustituirlo por esto:
“sólo puede perdonárselas a cocineras y empleadas domésticas”
me parece una ligereza, siendo tuyo el entrecomillado, pues ese escurridizo "puede" realmente desvirtúa el sentido del texto, agregando un juicio de valor normativo donde antes no había, por lo menos no explícitamente. Dirás que es una interpretación legítima, pero creo que cuando el mismo EP, o alguien similar, llegue a incurrir en la práctica de tergiversar pretendidas citas textuales, arde Troya.
Ahora, respecto al tema de fondo (Vera), qué puedo decir: vanidoso será, pero como evidencia de tal calificativo, haciendo memoria, sólo me sale esto:
se pinta la barba
se pinta el pelo
lleva zapatos plataforma para disimular la falta de estatura
Tal vez estemos hablando de otra cosa, pero si realmente de todo esto se trata, ya me dirás de què modo esto incide "en el contenido de las noticias o las opiniones que emite el periodista".
Ondia, está lloviendo duro, y se nos va a ir la luz. Envío, y tal vez sigo más tarde.
Así como difícilmente una empleada doméstica podría escribir entradas en una bitácora sobre política, derecho, cultura and random, haciendo gala de un avanzado dominio del lenguaje combinado con un agudo sentido de análisis sobre esos temas; un comentador que se respete no debería reducir su análisis sobre un personaje público a simplemente decir que es vanidoso, exagerado y patucho.
ResponderEliminarDesde luego, no es lo mismo leer los editoriales de una persona que no conoces, a leer los editoriales de tu ex jefe, con quien de paso tuviste problemas a tu salida.
Aprovecho para anunciar que todas las empleadas domésticas son bienvenidas como colaboradoras o lectoras en laplenacompadre, un espacio creado y mantenido precisamente para ellas.
¿Bilioso EP? ¿Y qué? ¿Miente acaso?
ResponderEliminarSi, puede que esté envenenado EP. ¿Hace eso de sus opiniones menos ciertas?
¿No estás tu, Xavier, envenenado en contra de la Iglesia, el Papa, los principios católicos, los curas, por ejemplo? La salvedad: puede que vos si estés equivocado, por aferrarte a la burda generalización a partir de hechos aislados y de estereotipos; ya se te lo ha demostrado. No lo has rebatido, no has fundado en raciocinios tus acusaciones; te has esforzado en fustigar al emisario, no a la idea. Pero fresco ñañón, vos siempre tienes la razón, vos ganas, y si no ganas, no se te antoja comentar sobre tal o cual cosa, porque, igual, tu estás del lado de la razón. Ya vendrán tus corifeos a alabarte y darte de palmaditas en el hombro y felicitar tus atinadas razones. Al disenso, solo lo aceptas, para tratar de demostrarlo equivocado, no para, de pronto, corregir algo en tus ideas. En fin, ésta es tu bitácora, y a pesar de ello, los papanatas abundan. Y yo que pensé que eras mas abierto que Correa. Puro eufemismo, nada mas.
"Carlos Vera, Jorge Ortiz, Carlos Jijón, Jorge Vivanco, Alfredo Pinoargote, y alguno más"
ResponderEliminar"¿Alguno más?"... jajajaja.
Yo diría que en esa foto palacio tiene un parecido con Alberto Plaza. No me puedo explicar por qué. Quizá el romanticismo, y la inofensividad, eran parte de su carta política de aquella época.
Comencé siendo fanático de Palacio al final del gobierno de Noboa. No me pareció muy criticable que declarara su apoyo a Lucio -durante la campaña- de una manera encubierta, pues su propio hermano era el binomio. Y durante el gobierno de Lucio, sientí que él y yo nos habíamos hecho amigos. Sus severas criticas hacia esa excusa de gobernante eran mi parte de mi rutina de los domingos.
Luego vino el gobierno de su hermano, y algo raro sucedió... Dejó de referirse casi completamente a la figura del Presidente. Si es que hablaba del gobierno, despotricaba contra funcionarios de menor nivel, nunca contra las màs altas esferas, y en cuanto a lo demás, se dedicaba de cometar libros que leía, y cosas por el estilo. Siempre me pareció agradable su lectura.
LLega a Correa al poder, y al terminar cada uno de sus artículos no puedo evitar en mi boca aquel sabor a odio que se desprende por leer cada porción de tinta que forma una palabra. Defenitivamente tiene que ser lo que dice PQ, es simplemente la más radical de las envidias lo que le tiene a Correa.
LLoro por nuestra democracia si la hemos de sostener sobre la pluma de EP o cualquiera que, como él, se deje llevar por sus más básicas emociones al escribir.
PQ, Chespirito, jajaja.
ResponderEliminarazul, coincido plenamente.
ER, gracias por intervenir. Me parece que has escrito varias cosas interesantes, las que me interesa debatir con cierto detalle. En principio, diré que el pluralismo es un componente esencial de la libertad de expresión. Así lo ha entendido en reiteradas ocasiones, por ejemplo, la Corte Interamericana de Derechos Humanos la que, a guisa de ejemplo, en su última sentencia resolvió que “la libertad de expresión, particularmente en asuntos de interés público, ‘es una piedra angular en la existencia misma de una sociedad democrática’, que “debe garantizarse en lo que respecta a la difusión de información o ideas que son recibidas favorablemente o consideradas como inofensivas o indiferentes” porque “tales son las demandas del pluralismo, que implica tolerancia y espíritu de apertura, sin los cuales no existe una sociedad democrática” (Caso Perozo y otros vs. Venezuela, Sentencia del 28 de enero de 2009, en: http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_195_esp.pdf, Párr. 116). El pluralismo, entonces, no solo es componente de la libertad de expresión sino también condición para la existencia de una sociedad democrática (v. artículo 4 de la Carta Democrática Interamericana, que además distingue entre “libertad de expresión y de prensa”, en: http://www.oas.org/charter/docs_es/resolucion1_es.htm). Que EP, editor de opinión de El Universo, entiende que ejerce y que defiende la libertad de expresión (además de que lo ha dicho en sus columnas de opinión y en la página editorial del diario –la que él escribe-, así como otros columnistas también lo han sostenido en sus espacios) está en la página 29 de su libro “El libro blanco de las bestias salvajes” donde se lee lo siguiente: “la prensa es la libertad de expresión ejercida por profesionales”. Con estos antecedentes, creo que es necesario introducir algunas observaciones:
1) Si El Universo (por el amable intermedio de EP, como su editor de opinión) cree que con sus opiniones defiende la libertad de expresión, debería hacerse cargo de lo que esa afirmación supone. Pero es evidente que no lo hace: El Universo, lo que hace, es caricatura del concepto de pluralismo y es simplemente “un diario opositor”, como tú mismo lo defines. Debería, entonces, tener la decencia de hacerse cargo de esa importancia distinción.
2) Debería tenerla porque este es, entre otras cosas, un problema de confusión de conceptos. Si atendemos a la distinción entre “libertad de expresión y libertad de prensa” debemos concluir que El Universo defiende, de veras, el ejercicio de la libertad de prensa, esto es, el ejercicio de tener una línea editorial propia, que puede o no ser opositora. Yo no tengo (como tú tampoco lo tienes) ningún problema con que la tengan, siempre que no intenten confundirla con el concepto de libertad de expresión, que no intenten equiparar su línea opositora a un concepto que trasciende esa reducida posición, o, dicho en coloquial: que no nos vendan gato por liebre. Porque, tengámoslo claro: la libertad de prensa es cosa distinta y en este país no difiere de lo que opina Arturo Jauretche al respecto: http://xaflag.blogspot.com/2009/03/jauretche-es-potente.html A esas opiniones de AJ, que en el caso concreto no resulta difícil suscribir, te remito.
3) Solo como dato tangencial, el concepto de EP sobre periodismo (la respuesta a esa auto-pregunta es la que transcribí supra, que en el original aparece en cursiva, para que entendamos que la considera importante) es lamentable. El periodismo no se ejerce solamente por profesionales: http://xaflag.blogspot.com/2008/01/entendiendo-la-colegiacion-obligatoria.html Este punto acentúa lo poco que EP parece conocer el concepto de libertad de expresión y en el que, penosamente, coincide con Correa.
ER, dos precisiones: la primera, el ejercicio de la censura no es privativo de los gobiernos; la segunda, la fruición de escribir (o sea, el placer de hacerlo) lo experimenté en El Universo y lo experimento ahora en El Telégrafo: en realidad, leer y escribir son actividades que suelo regir por el principio de placer (lógica consecuencia de suscribirme como epicureísta).
Sobre las palabras de EP que cité en la entrada, te formulo una corrección: el autor sí las hace suyas y, para peor, es en su vida que las aprendió (¡?). Sobre los entrecomillados, tienes razón, te agradezco el que me lo hagas notar y me excuso: cometí una ligereza al poner entre comillas una frase que no era la exacta de EP. En mi defensa, diré que lo hice porque la frase de EP constaba arriba y se podía entender de manera legítima (como tú sugieres que yo podría hacerlo) que solamente acomodaba los dichos de EP a mi frase. (La introducción del “puede” comporta, acaso, un matiz menor). Sin embargo, no es causa ninguna causa para que arda Troya, la que debería arder solamente cuando se utiliza este procedimiento para, precisamente y como tú dices, “tergiversar” las frases, para dar a entender que la persona de quien entrecomillo la frase dijo algo que, en realidad, no dijo. Y éste no es el caso.
Finalmente, sobre la vanidad de Vera: analizarla no era el propósito de esta entrada. Ameritaría una entrada distinta, con otros elementos para formular los juicios que correspondan. Sin embargo, solo como detalle, algo muy evidente: esa vanidad no se circunscribe a lo que tu memoria recuerda y sí que puede incidir en la presentación de una noticia u opinión, acaso menos que la exageración, ese otro elemento que EP entiende que “solo a las cocineras y a las empleadas domésticas se les perdona” al emitir juicios de opinión. Porque la exageración ilumina unos hechos al tiempo que, como lógica consecuencia, ensombrece otros que también importan para el análisis. Sigamos el debate.
obs., veamos:
1) No concibo ninguna razón sólida para que cualquier persona (sin importar, por supuesto, la labor que desempeñe) pueda emitir un argumento válido. Ninguna.
2) Habría que introducir matices, pero para efectos de una crítica bien argumentada es irrelevante el que conozca o no a la persona que lo emite (la diferencia entre un argumento sólido y la falacia ad hominen). Si crees que existe tendenciosidad en la emisión de un comentario, deberías probarlo con argumentos, lo que te aseguro que en este caso concreto no podrás hacer.
3) Meh, una broma de mal gusto.
Salute.
JS, si EP está envenenado, sí, sus opiniones podrían no ser ciertas y ser falaces (lo que sería materia de un análisis caso por caso de sus opiniones).
Confundir el ofrecer razones contra la Iglesia et al. con estar envenenado es lamentable. No hagas el tonto. Dices que estoy equivocado “por aferrar(me) a la burda generalización a partir de hechos aislados y de estereotipos; ya se te lo ha demostrado”: ya quisieras tú haberlo hecho. Lo que has sabido hacer, en cambio y en demasía, es el ridículo.
¿Corifeos? Jaja.
¿Papanatas? Solo tú estás en ese rubro, JS: ahí estás, sobrado y de sobra.
FA, Alberto Plaza, jajaja. Muy buena descripción del itinerario de un lector.
Saludos a todos.
(Dejó de llover):
ResponderEliminarFaltaba poco por terminar. Vanidoso, no creo que incide para nada, excepto en que sirve para atraer más audiencia (la pajarita de Robin Day), lo cual suele incidir en el salario del periodista, lo cual incrementa la vanidad de éste en una suerte de feedback loop. El por qué nos encanta el espectáculo de la vanidad ajena merece un tratamiento aparte, pero creo que así es. A los críticos más ácidos del estilo de Vera se les nota una sorprendente familiaridad con él (lo mismo podríase decir de EP).
Otra cosa es la exageración. Si se trata de algo al estilo de ese sketch de MP, donde "todo lo que dice el señor se debe dividir por cien" entonces tenemos un problema. En cambio, hay exageraciones que se ganan comida y techo. En entrevistador Jeremy Paxman una vez hizo a un político evasivo la misma pregunta doce veces seguidas. Será exagerado, pero el tipo se lo buscaba. En fin, de lo poco que lo he visto no le veo muy dado a exagerar (en mi blog cuestioné su empleo del término "neonazi" refiriéndose al gobierno actual, pero por lo menos uno ve claramente a qué se refiere y con qué intención lo dice). Lo que tiene (¿tenía?) de positivo es, como señala esa especie de obituario que aparece en El Universo, es que se molestaba en informarse sobre sus entrevistados. No se puede decir eso de todos los del gremio. Por algo será que ese Chauvin, a quien es difícil atribuirle gran coincidencia ideológica con Vera, lo buscó para desembuchar antes de entregarse a las "autoridades".
Finalmente, sobre el tu quoque, concedido que es una falacia en términos lógicos, pero le valió a un tal JC, una vez, para salvar a una adúltera de una muerte aparentemente segura: de donde, sin duda, el cariño de que ha gozado desde entonces entre moralistas de la más diversa índole.
Que el pluralismo sea componente de la libertad de expresión ¿significa algo más que en una sociedad donde exista tal libertad, es de suponer que habrá diferencias manifiestas de opiniones y de perspectivas? Si sólo es eso, me parece una obviedad. Es como decir que donde haya libertad de movimiento, la gente no andará siempre en línea recta y todos en la misma dirección. Pero que la mismísima Corte Interamericana de Derechos Humanos haya confirmado nuestro prejuicio me parece reconfortante. Ahora, extiendiendo la analogía, si me encuentro en un autobús que resulta que va a Salinas, y yo quiero ir a Yagüachi, no está muy claro que deba pelearme con el conductor y acusarlo de limitar mi libertad de movimiento: creo que lo más racional es bajarme del bus y subir en otro, tras haber comprobado que ese otro me llevará a mi destino (como en el caso citado efectivamente hiciste). Y no creo que ese conductor merezca críticas, aunque en alguna ocasión haya afirmado con grandilocuencia tal vez digna de mejor causa que el transporte público "es la libertad de movimiento ejercida por profesionales"; pues si ese autobus no me lleva adonde quiero ir, resulta que otro sí lo hace, la libertad sí existe a nivel global: lo que pasa es que pedirle a un sólo bus que transporte a sus pasajeros en todas las direcciones imaginables en el nombre del "pluralismo" es tal vez pedir demasiado. Algunos pasajeros hasta saldrían mareados y todo.
ResponderEliminarAhora, imaginemos que el gobierno (nacional, municipal, poco importa) emite un decreto según el cual los autobuses que lleven pasajeros a una determinada población serán sujetos a penalidades. El conductor del autobus (o la empresa) que desafía a ese decreto y que sigue esa misma ruta está haciendo, creo, algo concreto en la línea de apoyar dicha "libertad de movimiento", algo que no hacía antes, aunque su ruta no ha variado. La libertad, cualquier libertad, es como el aire, es algo invisible y que no notamos hasta que no lo tenemos, y entonces es cuando nos damos cuenta de su importancia. Un diario opositor al gobierno, en las circunstancias actuales de este país, bien puede jactarse de defender la libertad de expresión simplemente por el hecho de ser opositor, con todas las consecuencias nefastas que eso conlleva. En ese sentido interpreto las palabras de EP a las que te refieres.
Sobre el alcance exacto de esa penosa frase sobre cocineras y empleadas, no creo que vayamos a ponernos de acuerdo. Si digo, por ejemplo, "la vida me ha enseñado que a los periodistas vanidosos se les critica más que a los incompetentes", ¿se puede inferir a partir de esta afirmación que considero correctas tales críticas, o acertada tal escala de valores? No creo que tales inferencias sean justificadas. Pero cada uno que interprete como quiera.
"el ejercicio de la censura no es privativo de los gobiernos": se te olvidó la acostumbrada cita de un jurista de renombre en apoyo de esta aseveración. O algún argumento. No sé, algo falta aquí. En todo caso, yo sí considero que hay que distinguir entre censura (actividad propia de un estado, o en todo caso de un ente capaz de privar a una persona de su libertad de modo absoluto y efectivo como castigo a una manifestación no deseable, es decir, vamos, algo muy, pero muy parecido a un estado) e intolerancia (es decir, lo que ejerce EP como editor, a tenor de tus comentarios anteriores). Tal distinción me parece útil en términos políticos. Es curioso como los responsables de la verdadera censura se empeñan, ellos, en encontrar censura en todas partes menos donde hay que buscarla. En mis tiempos eso se llamaba marear la perdiz, o tal vez /mauvaise foi/.
Xavier:
ResponderEliminar1. You lost me. Sin embargo, me reitero en lo escrito.
2. Cuando desprecias a alguien porque te hizo algo: “Yo desprecio a EP como persona por las razones que están implícitas en la entrada que está enlazada a esta entrada (los actos de censura que tornaron irrespirable para mí el ambiente en El Universo). No tengo interés en airear las circunstancias que provocaron ese ambiente: no lo hice entonces y no lo haré ahora.” Difícilmente podrás tomar las cosas que esa persona dice en su mejor interpretación posible, sino todo lo contrario. Nunca dije que tratas de descalificar a EP para quitar peso a sus argumentos, por lo que la falacia ad hominem no es aplicable aquí.
3. El punto aquí es que mi blog no se llama “fundamentos de la doctrina de la ciencia” o “cuando mis dedos acarician las teclas”, por citar dos opuestos.
ER, gracias de nuevo por intervenir. Sobre tu primera intervención, solo acoto un detalle: el defender una falacia con otra falacia (en este caso, de autoridad) no resuelve nada. Sobre tu segunda intervención. Veamos. Sobre tu primera pregunta, obviamente que sí: en el caso concreto, implica que si un medio de comunicación afirma defender la libertad de expresión no solo constatará lo evidente (el que existen “diferencias manifiestas de opiniones y de perspectivas”, sea dicho con tus palabras) sino que se esforzará por presentar esas opiniones y perspectivas diferentes, para defender adecuadamente el derecho que dice defender y enriquecer el debate. (Por cierto, la Corte IDH va más allá del prejuicio que le atribuyes, lee la parte pertinente del fallo.) Esta distinción, si te lo piensas un poco, anula tu motorizada analogía. En adición, el diario podría “jactarse” de defender la libertad de prensa, cosa distinta, siempre que convengamos las precisiones que formulé en mi comentario anterior. Si no las convenimos, soy todo ojos para tus argumentos al respecto.
ResponderEliminarSobre la censura: no es necesario ninguna cita de jurista, bastaría la definición del DRAE, acepción segunda. (Es curiosa esta fijación que tienes tú y algunos otros con el hecho de que apoye mis argumentos en citas que considero relevantes a los mismos; neta, me causa mucha gracia.) Me gustaría escuchar tu argumento sobre porqué habría que considerar la censura como “actividad propia de un estado” y no podría considerársela como un acto que una empresa dedicada al negocio de la información (un periódico, por ejemplo) puede realizar contra uno de sus periodistas. Coincido en que esa distinción (si existe) sería útil en términos políticos; presto estoy a leerla. (Por cierto, yo no he desconocido nunca que el Estado censura –digo, eso sí, que no es el único que lo hace- y en varias ocasiones lo he criticado: así, en materia de colegiación obligatoria (v. comentario anterior), censura previa (http://xaflag.blogspot.com/2009/03/sobre-la-censura-previa-critica-al.html), leyes de desacato (http://xaflag.blogspot.com/2007/05/el-delito-de-desacato.html). Salute.
obs.:
1) Estás en tu derecho.
2) El que desprecies a alguien no implica, en lo más mínimo, que no puedas formular críticas argumentadas a lo que ese alguien dice. De veras.
3) Enhorabuena.
Gracias por contestar.
ResponderEliminar1. "el defender una falacia con otra falacia (en este caso, de autoridad) no resuelve nada." No me habré explicado bien. Con la observación (acertada o errada, el lector juzgará) de que los estereotipos negativos y condescendientes asociados a determinados empleos (cocineras, empleadas de hogar, en tu caso policías) se encuentran tan campantes en tus escritos como en los de EP, no intentaba rebatir ningún argumento tuyo (de haber encontrado alguno en el post original, tal vez lo hubiera intentado, pero por otros medios), y por tanto, no creo que se trate de una falacia, pues no era más que una simple observación. Si alguien me critica por no pagar mis impuestos, y luego descubro que ese feroz defensor del erario estatal tampoco ha pagado siempre los suyos, ese descubrimiento, y cualquier observación al respecto que se llegue a emitir, no invalida la crítica en sí, pero para algunos (entre ellos, ese personaje probablemente ficticio que era JC, al cual por cierto no considero "autoridad", aunque me pueda gustar alguna frase atribuida a él) podría sugerir que esa persona no era la más indicada para hacerla. Cuestión de decoro, digamos, o de coherencia. Pero todo esto creo que ya lo sabes.
2. "si un medio de comunicación afirma defender la libertad de expresión (...) se esforzará por presentar esas opiniones y perspectivas diferentes, para defender adecuadamente el derecho que dice defender y enriquecer el debate. "
No veo por qué. En el contexto actual, las opiniones y perspectivas de la clase gobernante son ubicuas; es prácticamente imposible zafarse de la indoctrinación gubernamental, de las "cadenas oficiales", de los apologistas del socialismo del s.XXI; si yo tuviera un diario, no conaideraría necesario dar espacio a aquello que ya está bombardeando a los lectores día y noche por otros canales. Sólo se puede defender aquello que está siendo amenazado; la libertad de estar de acuerdo con Correa y participar de sus sabios criterios no la veo amenazada por ninguna parte; por tanto, por simple cuestión de parsimonía evitaría cansar a mis lectores con la repetición de lo que ya están viendo y escuchando veinte veces al día por otros medios.
Pregunto: ¿crees que la BBC en la segunda guerra mundial, cuando transmitía a los países ocupados, debería haberle dado espacio a los defensores de la Solución Final, en aras del "pluralismo" y del "debate"? ¿Crees que el no haberlo hecho deslegitima cualquier pretensión por su parte de haber defendido la libertad de expresión?
3. "el hecho de que apoye mis argumentos en citas que considero relevantes a los mismos" ... tú mismo acabas de señalar que el argumento a la autoridad es una falacia. Si las citas en sí contienen argumentos válidos, bienvenidas sean; si solamente demuestran tus amplias lecturas en el campo de la jurisprudencia, entonces cada lector sabrá determinar si ese tipo de adorno le agrada o no. Chacun à son goût.
4. Cierto es que "censura" tiene más de un significado. Sin embargo, cuando se habla de censura en los medios, creo que la acepciòn que se sobreentiende es la cuarta: "Intervención que ejerce el censor gubernativo". En todo caso, si lo único que quieres señalar al usar tal palabra es que te han anotado, corregido o reprobado algo, creo que hay maneras más claras de expresarlo.
Ajj, otra vez relámpagos.
"Me gustaría escuchar tu argumento sobre porqué habría que considerar la censura como “actividad propia de un estado” y no podría considerársela como un acto que una empresa dedicada al negocio de la información (un periódico, por ejemplo) puede realizar contra uno de sus periodistas. "
ResponderEliminarEl mejor argumento en este caso eres tú. Según entiendo, escribiste algún artículo que El Universo, personificado en este caso por EP, no quiso publicar. Sin embargo, ellos no pudieron impedirte la publicación de esos artículos, u otros similares, en otro medio (El Telégrafo). De tal manera que tu libertad para expresar tus ideas no se vio afectada, a la larga, en lo más mínimo. En una sociedad libre, esto sería la norma: si no puedo (por la intolerancia de quien sea) emitir mi mensaje por un canal determinado, si podré hacerlo por otros canales (siempre que el CONARTEL no los cierre, claro). Sólo hay un problema cuando el Estado interviene, por la simple razón de que el Estado es el único ente capaz de intrumentalizar la ley, y las denominadas "fuerzas del orden", para silenciarme. (Claro que se trata de una generalización: la biografía de una Taslima Nasrin, p.ej., nos recuerda que en otras latitudes las fuerzas, digamos, "para-estatales" tambièn entrarían en la ecuación). Por tanto, creo que es necesario distinguir entre lo que puede hacer un Estado (silenciar a quienquiera mediante la opresión y el miedo) y lo que puede hacer un editor de opiniòn de un diario ecuatoriano (joder, creo que es el término más preciso).
En los comentarios nadie se ha reprimido en darle su bautizo a EP, el regalo post de Xavier que comienza, para el grupo de apoyo.
ResponderEliminarEnvidio,
En la trampa de mis propias expresiones, lo de la solidaridad lo dije ya que al gremio de oficios varios falta el de portero, que Vera menciona o el de los colombianos , que Vera también menciona ( me desagrada desde que le dijo a Pedro Restrepo que era un gran hombre, a pesar de ser colombiano). Así que a pulso se han ganado la simpatía personal que les otorgo, que no pasa por Correa.
Por otro lado , al igual que Xavier , tengo mis asuntos, implícitos en el Pasquim, o en la frase de Horacio Guaranì . A esto podría agregar que mis padres, contemporáneos de ambos, han sabido explicarme sobre “lo bilioso que son” fuera de los medios. (Herede lo de mama para Vera y lo de papa a EP).
La princesa Quil acierta en lo de Chespirito, mas no en la frustración “política” , el solo y saca del closet sus intereses. Que ahora este en contra de Correa y defendiendo la libertad de expresión, defendiendo a Vera, desde su condición . Que antes defendía a las cocineras, quizás estaba perdonando o ese “pecado de profesión” o es ahora que esta perdonando. ¿Serà que sòlo le interesa el periodismo?. Tanta indecisión en cambio yo sòlo se lo puedo perdonar a la orientación “vocacional “ de los adolescentes.
Entonces, es mi riesgosa opinión decir que: llámese vanidad, o lo que les dè la gana, esto no sòlo que interfiere con su argumento, interfiere con su profesión, con sus opiniones.
Eso sì, si al uno lo pongo a trapearme la casa y al otro le hago hacer mandados. Casi puedo asegurar que no pasan la prueba.
Palacio pudo decir que “a los personajes públicos no se los debe/puede juzgar con argumentos banales como “vanidad” y “exageración” y proceder a justificar sus afirmaciones. Si así hubiera hechos entonces no cabría juicio de reproche sino entrar a discutir la trivialidad o no de las críticas de “vanidoso” y “exagerado”. Pero metió a las cocineras y domésticas y eso es lo despreciable porque en este país está claro qué quiere decir eso de “argumento de cocinera” y quien lo use no puede alegar inocencia. Que el resto no nacimos ayer, pues. Suspender el juicio a cuenta de que en vez de decir “yo creo que esa crítica es banalidad de cocinera” prefirió esa forma tan cobarde de escudarse en un tercero, en este caso “la vida”, así en etéreo, por sus complejos es, en el mejor de los casos, ingenuo. Como recurso retórico y cubreespaldas es viejo y trillado, por cierto.
ResponderEliminarER, gracias de nuevo por tu intervención. Veamos.
ResponderEliminar1) Decir que en mis escritos los estereotipos “se encuentran tan campantes” solo con citar el ejemplo de una experiencia personal con un policía (de la cual no extraje, en ningún momento, la generalización de que todos los policías actúan de la misma manera) es exagerado. Habría que introducir, además, algunos matices: 1.1) El reconocer que ciertas personas en razón de su profesión u oficio (digamos, en el caso concreto, policías) tienen mayores posibilidades de actuar de una cierta manera (digamos, en el caso concreto, abusiva de los derechos individuales) que otras personas, no lo considero un “estereotipo negativo” sino un dato plausible. El, llamémoslo así, “estereotipo” que utiliza EP es distinto: él le atribuye a quienes ejercen un oficio en particular (el de ser cocineras y empleadas domésticas –nótese además el uso del femenino: no pensaría EP lo mismo de los cocineros y los empleados domésticos, tal parece) el raciocinio de banalidades y él se comporta de manera paternal hacia esas personas, perdonándoles esa ligereza de pensamiento, impropia de un análisis que otros (él incluido, por supuesto) sí están en capacidad de hacer. Ese raciocinio de banalidades no tiene ninguna relación con el oficio que desempeñan las cocineras y empleadas domésticas: es una simple muestra de sus prejuicios con respecto a ellas. 1.2) En el caso concreto de EP (esto, en particular, acentúa lo despreciable de su frase) utiliza su frase para escamotear un argumento.
2) Habría que introducir algunos matices en esta afirmación, pero en principio te diría que yo tampoco veo por qué tendría que hacerlo, eso sí, siempre que el medio de comunicación en cuestión admita que esa es la intención que tiene. O sea, lo que no me parece aceptable es que el medio de comunicación diga defender la libertad de expresión (que implica mucho más que simplemente expresar su postura: implica, por ejemplo, la pluralidad de las opiniones) cuando lo que hace es solo presentar las opiniones que convienen a la intención que representa. Esa honestidad, sobra decirlo, está ausente en la prensa local.
En adición, dos observaciones: 2.1) Tu argumento es un poco extraño: supones que se defiende la libertad de expresión mediante la asunción de una postura similar a la que se critica: o sea, en limpio: un sesgo se responde con otro sesgo. Me temo que la libertad de expresión es un concepto más interesante que este sesgado ring y que se la defendería mejor con la presentación de la pluralidad de opiniones que existen, con una mayor cantidad y mejor calidad de la información que se divulga, con opiniones críticas bien argumentadas y no (como tú pareces sugerir) con la introducción de un nuevo sesgo en la presentación de las noticias y en la producción de opiniones. Eso no resuelve nada, sino que ahonda el problema. 2.2) El ejemplo de la BBC es inapropiado: “en caso de guerra, de peligro público o de otra emergencia que amenace la independencia o seguridad del Estado” se puede suspender la garantía de la libertad de expresión (v., a guisa de ejemplo, el artículo 27 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en: http://www.oas.org/Juridico/spanish/tratados/b-32.html). Me concederás sin problemas el que postular una clara excepción como norma general de conducta es pensar de modo incorrecto.
3) En principio, podemos convenir, por supuesto, que no toda cita constituye una falacia de autoridad (la que también se la conoce como falacia ad verecundiam). Coincido contigo: si la cita tiene relevancia para soportar el argumento, no cabe ninguna objeción lógica que formularle (si acaso, objeciones de estilo, pero eso es otra cosa). A mí me gusta citar, es muy cierto y suelo hacerlo, primero (se desprende de lo dicho antes) para ofrecer una opinión relevante al debate (en el entendido de que la forma en que esa persona formuló la idea la hace particularmente persuasiva), segundo, por razones de honestidad intelectual y para ofrecer pistas al lector de donde puede obtener más ideas que se relacionan con ese argumento (en mi caso, a lo mejor alguno que me lee se engancha con la lectura, digamos, de Nino o de Gargarella: me alegraría mucho saberlo así) y tercero, por razones de estilo: me place citar, me parece que introduce matices al argumento que lo enriquecen o lo tornan divertido (depende la cita, por supuesto). Este último es el punto más discutible porque, obviamente, depende del gusto de cada quien. A mí gusta y eso me basta. Si otro percibe en mis citas la intención de pavonearme de mis muchas lecturas, ese es un riesgo que me corro y lo asumo: honestamente, me da igual que algunos lo piensen así (ya lo dije, me causa gracia) y mi única respuesta ante ello es mi disfrute.
4) El debate sobre el término “censura” es muy interesante. Pero, primero, malas noticias: en Ecuador no existe la figura del “censor gubernativo”, con lo cual, no es aplicable la cuarta acepción del DRAE que tú invocas al caso concreto. (Puedes rastrear las voces “censura” y “censor” para ilustrarte al respecto en el Nuevo Tesoro Lexicográfico de la Lengua Española, disponible en: http://buscon.rae.es/ntlle/SrvltGUISalirNtlle?tipoEle=0) Ahora, en tu segunda intervención, intentas establecer una distinción para justificar que el término “censura” (más allá de que la segunda acepción del DRAE a la que hemos hecho referencia no lo establece así) se aplique de manera exclusiva a los actos estatales. Tú afirmas, grosso modo, lo siguiente: a) El Estado tiene una capacidad para censurar que no tienen otros actores sociales (digamos, en tus palabras, “instrumentalizar la ley” y el recurso a las “fuerzas del orden”; b) El mercado, en el caso de que un medio de comunicación impida expresarse a una persona, le ofrece a éste otras posibilidades para expresar esa opinión o información que fue silenciada (admites, sin embargo, la capacidad de ese medio de comunicación de “joder” a quien quiera expresarse).
Ante esto, dos observaciones:
4.1) Me parece que hablamos de una suerte de gradación de la capacidad para aplicar la “censura” (entendida en la segunda acepción del DRAE). El Estado tiene una mayor capacidad para aplicarla (porque tiene medios para hacerlo de los que otros actores no disponen), eso es cierto, lo que, por supuesto, no quiere decir que necesariamente los aplique; el mercado tiene una menor capacidad para aplicarla (por no poseer de esos medios de los que el Estado sí dispone) pero su capacidad para hacerlo, hay que admitirlo, no es nada despreciable. Esa capacidad será mayor o menor, según existan muchos o pocos canales para expresarse y, más todavía, empresas de comunicación (periódicos, radios, TV) interesadas en darle espacio a esa expresión. No pocas veces lo que sucede en este escenario de mercado es que existen pocos canales de expresión y poco interés en darle cabida a voces que no sean del interés de esos pocos canales de expresión (o sea, una forma sutil de censura y, por ser sutil, mucho peor que la estatal –a la cual es más fácil de identificar: aquí está ley es “mordaza”, acá esta agresión de las “fuerzas del orden” a los comunicadores- porque se la entiende “legítima”). Desde mi punto de vista (tú lo llamas “joder”, yo lo llamo “censura”, pero no es importante la discusión sobre los términos para definirlo, que puede distraer incluso lo que de veras importa –lo que se llama “discusión verbal” por oposición a “discusión real”) existe censura en ambos casos y me parece peor, de veras, la censura que impone el mercado. (Nota al pie: el que a alguien se lo censure en un medio de comunicación social de, pongamos por caso, 500.000 lectores, pero que el mercado le provea de la posibilidad de expresarse en otro medio de comunicación social de, digamos, 5.000 lectores, tiene dos consecuencias: a) en rigor es cierto que esa persona puede todavía expresarse; b) es cierto también que la difusión del mensaje se reduce de manera ostensible: la solución que ofrece el mercado a la censura que aplica un medio de comunicación suele ser, por decir lo menos y soy muy generoso con el término, insuficiente.
4.2) Lo dicho en el apartado anterior nos conduce a discutir sobre qué tipo de sociedad queremos en materia de libertad de expresión. Yo postulo que la libertad de expresión, y lo digo con palabras del Juez William Brennan escritas en el célebre caso New York Times vs. Sullivan, debe ser en la mayor medida de lo posible “uninhibited, robust and wide-open”. El Estado a este respecto, es cierto, no suele contribuir demasiado. Pero no habría que cargar todas las tintas en el Estado: hay que advertir también que las empresas de comunicación (a pesar de que suelen auto-endilgarse el mote de defensoras de la libertad de expresión) tampoco contribuyen mayor cosa. Ante ese escenario, conviene pensar, a) que no le corresponde al Estado funcionar solamente como censor en materia de libertad de expresión, sino que en ciertos casos (uno se exploró antes en esta bitácora, el relativo a la publicidad electoral) puede funcionar como un impulsor de un mayor nivel de pluralismo en el ejercicio de este derecho, aunque nos cueste (esa cantilena de “nuestros impuestos, blablá” me causa mucha gracia: que se enteren de una buena vez: el ejercicio de los derechos cuesta y es necesario, en interés común, contribuir a ello); b) que los medios de comunicación social, en el caso local, deberían hacer una auto-crítica del penoso rol que cumplen en su supuesta defensa del derecho a la libertad de expresión. Pero, neta, es mucho más probable (y deseable) que suceda el enunciado del punto a.
El debate da para mucho. Sigámoslo. Salute.
Amanda: "Eso sì, si al uno lo pongo a trapearme la casa y al otro le hago hacer mandados.
ResponderEliminarCasi puedo asegurar que no pasan la prueba."
"La vida me ha enseñado que sólo a los editores de opinión y los entrevistadores se les perdona que dejen Deja en el piso tras trapear."
Azul: "Que el resto no nacimos ayer, pues." "Como recurso retórico (...) es viejo y trillado." (sic)
Xavier:
1. "se acercó uno de los guardias privados tantas veces mentados en esta bitácora como sujetos de escasas luces". ¿Se asocia la profesión de guardia privado con "mayores posibilidades de actuar de una cierta manera", o con ser "de escasas luces", o sea, "una simple muestra de (...) prejuicios"? Tú decides.
2. "defender la libertad de expresión (...) implica mucho más que simplemente expresar su postura: implica, por ejemplo, la pluralidad de las opiniones". No estoy tan seguro. Uno puede defender la posibilidad de hacer algo, sin encarnarlo. Puedo defender la eutanasia, o sea, la libertad de terminar su vida voluntariamente y de disponer de los medios necesarios, sin que mi decisión de no suicidarme (por el momento) me exponga a acusaciones de incoherencia. Para mí, defender la libertad de expresión significa oponerse al Estado que, como ya dije, es el único ente con posibilidades reales de coartar tal libertad (allá llegaremos); en este sentido es lo mismo que defender cualquier otra libertad. Yo defiendo la libertad de las mujeres de abortar: no creo que haga falta ser mujer, ni mucho menos someterse a tal procedimiento, para defender tal libertad: basta con oponerse (verbalmente, electoralmente, o mediante cualquier tipo de acción de protesta) a que se inmiscuya el Estado y las leyes en lo que al fin y al cabo es una decisión personal.
Seamos realistas: no hay un sólo periódico en el mundo que encarne la libertad de expresión de la manera que prescribes. Algunos son, en cuestión de opiniones, monolíticos (tal es el caso de El Uni(co)verso, como gustas de recordarnos), otros permiten una estrecha diversidad de planteamientos (se me ocurre El País, en España: cuando al editor le ha salido bien la quiniela hasta encuentras ahí a Pedro Schwartz), pero todos son excluyentes respecto a alguna que otra corriente de opinión, aunque sólo sea por deferencia ante sus principales fuentes de ingresos, es decir, sus anunciantes. ¿Eso significa que ninguno puede ni debe enarbolar la bandera de la libertad de expresión? Tal criterio se me antoja purista y contraproducente.
2.1 Creo que el punto aquí es que crees que la tarea de recoger, enfrentar y contrastar opiniones y puntos de vista diversas le corresponde al medio, mientras yo creo que le corresponde al individuo, es decir al lector, que se supone no se limitará a una sola fuente de información. La ventaja de mi posición creo que estriba en que no se pide a los medios lo imposible (ausencia de sesgo). En otras palabras, no estoy sugiriendo "la introducción de un nuevo sesgo en la presentación de las noticias", sino reconociendo que ese sesgo, quieras o no, siempre existirá en cualquier medio. La responsabilidad se conjuga siempre en singular.
2.2 ¿Consideras correcto que en caso de "guerra, de peligro público o de otra emergencia" se suspenda la libertad de expresión? Yo no. En todo caso, creo que estás evitando el punto. Lo que quería proponer con el ejemplo en cuestión no tiene nada que ver con que haya guerra o no, sino con que la defensa de la libertad de expresión contra la amenaza de un estado (en el caso citado, totalitario) no implica que un medio deba cederle espacio a ese mismo estado amenazador para que repita aquella propaganda que ya está diseminando por todos los medios a su alcance, que son muchísimos.
3. "A mí gusta y eso me basta." Me parece perfecto.
4. "en Ecuador no existe la figura del “censor gubernativo”" Cuéntaselo a los marines. Que se dé en llamarse CONARTEL, u otra cosa, en nada cambia su función. Con lo cual, la acepción cuarta tiene plena vigencia.
4.1 A ti te parece peor la "censura" "que impone el mercado". A mí no, porque no creo que la libertad de expresión, tal como te comenté antes, requiera de un receptor obligado. En otras palabras, que yo tenga libertad para escribir no significa que otro tenga el deber de leerme (o, llegados a eso, de publicarme). Una audiencia de, pongamos por caso, 500.000 lectores, no es derecho de nadie, sino que es un privilegio que se labra el medio en cuestión mediante el intento diariamente renovado de anticiparse a los gustos de los lectores. Aquí, idealmente, el mercado decide lo que quiere leer, y si el medio se equivoca respecto a las preferencias de sus lectores, el mercado mismo impondrá su castigo en forma de un descenso de circulación.
4.2 Que el estado "puede funcionar como un impulsor de un mayor nivel de pluralismo" se me antoja un cuento de hadas. Tal vez reforzarías tu postura dando un ejemplo de dónde y cómo esto se ha conseguido.
Que el debate dé para mucho, es cierto. Que no dispongo de tiempo ilimitado, tambièn.
Xavier, y compañía... admiro sus innatas capacidades de poder explayarse y gastar sus grandes ideas en EP... jaja... si el mismo EP leyera sus argumentos seguramente el resultado será un aumento en su propio ego... el cual es inversamente proporcional a su eventual estatura...
ResponderEliminarNo Xavier, no dije que no puedas formular críticas argumentadas sobre lo que dice alguien a quien desprecias. Un hombre tan recursivo como tú, debe saber que todo en este mundo admite “críticas argumentadas”, algunas muy robustas en realidad y otras sólo en apariencia.
ResponderEliminarSimplemente digo que si desprecias a alguien, pues vas a argumentar mucho más y con más fuerza en su contra.
Sobre la libertad de expresión (o más bien de publicación de editoriales por parte de sus colaboradores), habría dos dimensiones. Una en la que tanto El Universo como El Telégrafo den paso a la publicación sistemática de comentarios opuestos a su línea editorial, la cual se encuentra claramente marcada. Y otra donde cada periódico se mantiene dentro de su bien acentuada línea editorial, y cada escritor se agrupa donde sienta que el aire es más saludable. Al final son los lectores quienes decidirán a quién quieren leer.
A última hora se me ocurre una tercera, donde el gobierno incauta el primer diario de las Islas Caimán y coloca como director editorial a algún revolucionario.
Envidio, vámonos de enseñanzas. A mí la vida me ha dado lecciones baratas y eso que todavía no termino de vivirla. Fuera de la lección de que limpiar y hacer el almuerzo para uno lo debe saber uno y pedir ayuda, el tiempo alcanza y siempre se ocurren durante ideas, buenas y malas.
ResponderEliminarDas en el punto. Cuando uno tiene que perolear es necesario reprimir las ganas de dejar tirado el deja, de insultar a la patrona y de poner laxante en el almuerzo. Los periodistas deben procurar mantener la diferencia entre opinar y orinar. Es decir cerrar los esfínteres de todas las vísceras con candado, sobre todo las de esos órganos aun sin descripción anatómica desde los cuales salen los delirios de clase tímidos, la disque xenofobia ridícula y las solidaridades trasnochadas.
A Palacio no se le chispoteó, para ir a tono con las descripciones. No tengo la habilidad de una amiguita mía que si es bien parabólica como para hablar de vanidad y su nivel pecaminoso. Del perdón puedo intentar, la verdad siempre me planta, o sea si yo salgo de la emergencia y digo : perdón su padre falleció o perdóneme su hijo nació muerto. Me he quedado esperando perdones pero nada. Entonces aprendí a rechazarlo. Que es mejor vivir sin que te perdonen y sin perdonar. La sola pretensión de perdón de Palacio es lo que genera todo, me agarro de lo del policía, porque es agarrable, puede un individuo tener pocas luces, eso sí querer ejercer sobre él un poco de perdón para mí sería lo peor. A estas alturas no estaría por aquí, me habrían sacado en quema del blog, como suele lograrlo Palacio.
Y en realidad uno habla y habla de la gente, mi padre dice que los dueños de casa son una raza a parte. Este es un pecado de pagina web bien común, que se comete con el protagonista de turno: vigilantes, robaburros, matasanos y tengo mis vainas heavys con las auxiliares de enfermería, pero me aguanto un poco y hasta me las podré mandar al carajo, pero estoy convencida que sería menos ofensa que pretender tratarlas como seres perdonables.
Ah, dice azul del nacimiento, no hay que descartarlo en serio. Hay muchos que lo creen. Yo por ejemplo tuve un amigo a quien cuando lo descubría en alguna mentira alguna vez le dije si pensaba que yo nací ayer, el respondió que no, que él estaba seguro que yo había nacido hoy. Es decir, puede estar trillado, pero una debe cargar siempre a la mano la cédula o la partida de nacimiento, por algo eso dicen que es ser ciudadano, por algo te alcanzan para los periódicos (el otro día se me fue un dólar en los dos universo y telégrafo) para demostrar que hay quienes quieren cambiar la fecha y hacernos perder en el tiempo y el espacio. Es el valor de esto también.
Perdón por metida, pero me chanto el guante con lo de RS. La servidumbre virtual y el tiempo disponible y cualquier ley dialéctica que lo regule, además que la elección de cada uno o sea quienes tenemos esa cualidad innata que dices para comentar, estoy segura si lees el blog de Envido y JM, alguna las intervenciones de azul en este sitio y otros, das click aqui mismo más arriba o más abajo, te darás cuenta de que hablar de Palacio no es desperdicio de ideas, peor grandes. Lo que a él le suceda en cuanto a su esfera mental, a mi me tiene sin cuidado. Recuerdo claramente una frase de Envidio en los comentarios de pudor a la muerte de Febres Cordero, estemos tranquilos no somos nadie para nadie. JM ha dicho lo de las masas cibernautas, en fin, que las importancias las dirige y elige cada quien comenta y escribe y lee.
Observador, no es difícil nada. La Paulina por ejemplo sabe bien todo , cada vez y cuando se peleaba mis libros con la China, las muy pe.. se me quedaron con los Trópicos de mi Miller, ambas solo estudiaron primaria. La Matilde, jodía con la Maga y Talita, lo supe cuando aprendía a leer y ella desde siempre. Que si las siento a escribir una entrada o a comentar, estoy segura me hacen pelo y barba y eso de la plena o el compadre, uff les caería mal.
Ja ja ja
ResponderEliminarconcuerdo completamente con RS, darle más altura me aprece imposible, pero el ego si que se le sobresale.
Algo que si vale rescatar, fuera de la figura de Palacio, en la importancia de darle sustento a nuestra subjetividad. Si el señor en cuestión quiere darle a la bilis, que lo haga, tiene cabcha y espacio. Los que no concordamos con su manera de pensar, teneos otras ventanas. la libertad de expresión se ejerce masificando cada vez más nuestros criterios u opiniones en los diferentes mecanismos que nos entrega ela ctual mundo civilizado. Todos saben que Xavier tiene una tendencia de izquierda (por lago lo censurron en el pasquín), yo me enorgullezco de llamar mi blog con esa posición ideológica. Entocnes la cuestión sería ¿cómo hacer para que los medios tradicionales se sacan la máscara de la objetividad y plantean de llano su posturas políticas? El verdadero pecado de Palacio, Vera, Ortiz o cualquier periodista o profesional que tratamos de ejercer una opinión publica sobre algo es intentar hacer creer al público que es una visión imparcial, cuando busca claramente influenciar con su contenido ideológicamente al receptor.
Entocnes la bilis de los señores puede seguir salinedo a borbotones, yo me encargó en ocasiones de regar la mía por mi ventana, pero dejen la pantomima de que son objetivos, imparciales y sobrios. Conceptos que en ocasiones le roban al medio de comunicación, reproduciendo la máxima de Marshall MacLuhan "el medio es el mensaje".
Saludos a todos
Amanda, jaja.
ResponderEliminarAzul, coincido al 100%.
ER, gracias de nuevo. Veamos:
1) El que tantas veces haya mentado a los guardias privados de la Regeneración Urbana como sujetos de escasas luces porque en mi interacción con esas personas lo he constatado es muy distinto a formular el enunciado general y no fundado en hechos del tipo “todos los guardias privados de la RU son sujetos de escasas luces”.
2) En principio, equivocas el punto. Es evidente que tu defensa de la idea de la eutanasia es meramente especulativa, en cuyo caso no tiene porque validarse la idea con su práctica, como también es evidente que en el caso que analizamos se trata de una situación distinta porque se sostiene defender una idea con actos (como sostiene cierta prensa que lo hace cuando publica u opina sobre X temas) en cuyo caso esos actos sí tienen que corresponderse con la idea que sostengo defender. Insisto en la idea de mi comentario anterior: “lo que no me parece aceptable es que el medio de comunicación diga defender la libertad de expresión […] cuando lo que hace es solo presentar las opiniones que convienen a la intención que representa”. Porque, convengamos, no se trata de postular el dilema de, o tengo una posición sesgada que represente mis intereses (el “si yo tuviera un diario” que tú postulaste en un comentario anterior) o cumplo con el ideal del “debate público robusto” que yo postulo (dicho sea de paso, yo no postulo ningún purismo: lo óptimo es lo enemigo de lo bueno), el que supone la posibilidad de que todos los miembros de la comunidad expresen sus puntos de vista y que esos puntos de vista que se confronten unos con otros, en un proceso de deliberación colectiva. Pero es que es muy evidente que existe una amplia franja intermedia entre una cosa y la otra, en la que se puede, como sugerí en un comentario anterior y en ejercicio de una defensa legítima del derecho a la libertad de expresión, presentar “la pluralidad de opiniones que existen, con una mayor cantidad y mejor calidad de la información que se divulga, con opiniones críticas bien argumentadas”, lo que sería, eso sí, una manera de defender la libertad que, al día de hoy, dicen defender y no lo hacen.
En adición, cuatro observaciones:
a) Difiero de que “defender la libertad de expresión significa oponerse al Estado”; la defensa de la libertad de expresión es mucho más que eso: implica entender, primero, que el Estado no es el único enemigo posible de la libertad de expresión (el mercado también lo es y mucho veces lo es de manera bastante más grave, por razones apuntadas en un comentario anterior) e implica, en ciertos aspectos, una mirada diferente sobre el rol del Estado en este materia (volveré sobre este punto más adelante).
b) Que existe siempre un “sesgo” en la presentación de la información u opinión no implica que no pueda existir un mínimo compromiso con un concepto como el de libertad de expresión. (En limpio: tener subjetividad no implica tener tendenciosidad.) Si no se tiene interés en asumir ese mínimo compromiso (de pretender la pluralidad, de presentar más y mejor información, de fundamentar sus opiniones), al menos, que tengan la decencia de admitirlo, de admitir que lo que hacen es defender simplemente la libertad de prensa de sostener una postura editorial propia y no tienen interés en defender la libertad de expresión, la que conceptualmente no se reduce a la escasez de un sesgo.
c) El escenario ideal del lector que distingue sobre la información que recibe sugiere la presentación ante ese lector de una amplia miríada de opciones informativas. La teoría de que sea el lector quien escoja, tal como tú la expones, es endeble, porque el mercado que tú defiendes (sin hacerte cargo de sus deficiencias en esta materia) no garantiza, ni mucho menos, la presentación de esa amplia miríada de opciones para que el lector escoja.
d) Finalmente, podría ser interesante escuchar tus argumentos de por qué no debe de suspenderse la libertad de expresión en tiempos de guerra (en lo que estás a contramano de todos los instrumentos internacionales que regulan la libertad de expresión), pero en realidad, eso es secundario. En todo caso, yo insisto en que postular una clara excepción como norma general de conducta es pensar de modo incorrecto.
3) Chido, tanto como las otras dos razones.
4) Los marines no son tan importantes como la historia de la figura (la que puedes rastrear en la ciberpágina que te copié en el comentario anterior) para entender la diferencia con una entidad reguladora actual. Pero esto no registra mayor relevancia para el debate.
En lo que sí resulta relevante, que yo sepa, nadie ha postulado la ridiculez de la “obligación de leer”; lo que yo sostengo es que existe el interés en toda persona que quiera informarse de lo que sucede en la sociedad en que vive en acceder a una mayor cantidad y mejor calidad de información, lo que la mano invisible del mercado no le garantiza de ninguna manera (porque es perfectamente posible un escenario de un mercado de pocas voces y de pobres argumentos). El Estado, en el ejercicio de su rol no de “enemigo” de la libertad de expresión sino de “amigo” de la misma, puede contribuir mediante el combate a los monopolios y oligopolios, la garantía del pluralismo mediante un marco legal que promueva los tres aspectos de la comunicación (privada, pública y comunitaria) lo que, de hecho, ya lo contiene la Constitución (artículo 17) y lo que hace falta es una ley acorde con ese contenido (que reemplace a la actual que data de tiempos de la dictadura y que puede inspirarse, por ejemplo, en el proyecto de ley argentino http://www.saij.jus.gov.ar/news/files/propuesta_ley_radiodifusion.pdf), la regulación de la promoción electoral en razón de la equidad (como ya fue visto en una entrada anterior de esta bitácora).
Estas medidas que el Estado puede implementar para favorecer una mayor expresión de los intereses de las personas, es evidente, no cumplirán totalmente con el ideal del “debate público y robusto” (acaso sea imposible de satisfacer el que todos los miembros de la comunidad expresen sus puntos de vista y que esos puntos de vista que se confronten unos con otros, en un proceso de deliberación colectiva) pero, de manera imperfecta y con muchos problemas que cabe afrontar, contribuyen a ese propósito. Como también el mercado, a pesar de los muchos defectos que cabe legítimamente reconocerle, puede contribuir a lo mismo. No se trata, entonces, de un torpe falso dilema (o el Estado o el mercado, en defensa de la libertad de expresión) sino de una confluencia de esfuerzos en el que el beneficiario último será el lector (entiendo que él constituye nuestra preocupación común) que quiera informarse y que tendrá para hacerlo una mayor cantidad de opciones y, acaso, una mejor calidad de las mismas.
Sobre el tema y el tiempo, ídem.
Saludos.
RS, jaja, grazie.
obs.:
1) No necesariamente.
2) Lo único que añado es que quien afirme defender la libertad de expresión, se haga cargo de lo que eso implica.
3) O, en este último escenario y dicho en clave sci-fi, traer del pasado (1987) a EP, de sus tiempos como candidato por el FIU y el MST, para que ejerza el cargo de director editorial, jaja.
Salute.
Yo lo que encontraría criticable es el posicionamiento por default del medio o del editor (llámese como se llame) del detentador de la verdad absoluta, de la defensa de la justicia social y la procura del bien común.
ResponderEliminarYo no encuentro nada de malo en que un medio respalde una u otra tesis, mientras tenga el decoro de decirlo de frente.
Sin embargo, mientras los editoriales se sigan escribiendo desde la autoridad que da la esquina superior izquierda de la página de opinión como quien busca la soluciones para el mejor vivir o, en definitiva, se las pica de imparcial, justo y objetivo, entonces nos está engañando.
Desde ese supuesto,el Universo y EP nos engañan.
Porque en vez de dejarnos claro que existirían inclusive objeciones de conciencia o simplemente corporativas (a una persona que conozco le editaron un artículo no político para no tocar tangencialmente a un buen anunciante) para respaldar o para enfrentar al gobierno, entonces, será un pasquín que no vale la pena y EP seguirá siendo Excesivamente Pueril.
En esa línea de pensamiento, no habría nada que reprocharle a El Telégrafo.
Saludos,
JM
JMLC: Sería de gran ayuda si nos pudieras proporcionar una cita en que se aprecia claramente que el editor, o el editor de opinión, de El Universo se autoadjudica, implícita o explícitamente, los títulos de "detentador de la verdad absoluta, de la defensa de la justicia social y la procura del bien común". O tal vez si nos recordaras dónde dice El Universo ser "imparcial, justo y objetivo". Yo no encuentro nada por el estilo, y eso que llevo varios meses hojeando los artículos de opinón de ese periódico casi a diario.
ResponderEliminarEn cuanto a la comparación con El Telégrafo, tal vez no consideras relevante el hecho de que, mientras ningún columnista de El Universo pedía el voto a favor de ningún candidato específico en las pasadas elecciones, varios columnistas de El Telégrafo sí lo hicieron desvergonzadamente a favor de Correa. Un ejemplo:
"Pero con todas las críticas que se le puedan hacer, mañana no hay como equivocarse, Rafael Correa es la única opción viable contra la derecha y sería irresponsable con Ecuador y América Latina no votar por él." (Kintto Lucas)
Pasquin es poco.
XF: Son muchos puntos, tengo a mi hijo en el Hospital con una fractura craneal doble y no he dormido en 48 horas. Por eso seré breve y selectivo:
1) Generalización implícita o no, dejémoslo al lector.
2) Bonito ese sueño de que El Universo un día llegue a ser un diario más plural y de mayor calidad. Desde luego, no tengo nada en contra. Pero insisto en que, aun siendo criticable en muchos aspectos, El Universo sí cumple un papel defensor de la libertad de expresión, /por el simple hecho de detentar una línea editorial opositora a este gobierno/, cuando la gran mayoría de los medios o son del gobierno o son sumisos respecto al poder. Quieras o no, es un baluarte, entre muy pocos, contra la indoctrinación totalitaria que este gobierno persigue de manera abierta y resuelta. Ese papel es coyuntural, pero es importante.
Tal vez el Estado no es el único enemigo de la libertad de expresiòn (tambièn lo son, en diferente medida, las extracciones molares, la estupidez, el sueño, los supervisores en el trabajo, y el Helicobacter pylori) pero que el mercado pueda ser enemigo de la libertad de expresiòn, o de cualquier libertad, me parece un contrasentido. La libertad y la voluntariedad forman parte de la definiciòn del mercado, al menos para mí. En fin, en un mercado libre, los que tenemos opiniones que no son comerciales nos fregamos, efectivamente, pero la culpa de ello no es más que de nosotros mismos. Y siempre están los pasquines y los blogs.
Sobre lo de las guerras, el por qué no se debería dejar que los gobiernos monopolicen el discurso, mi argumento puede expresarse con cuatro letras: WMDs.
A pesar de los vuelos líricos utópicos, no has podido citar ningún caso concreto en que un estado realmente haya favorecido la libertad de expresión de cualquier modo que no sea /dejando de interferirse/. I rest my case.
No sé lo que significa "Chido". Fe de errata: donde dije marines, digo abuelita. Un anglicismo, como descurí en una consulta posterior.
Si vieron hoy la contradiccion entre el editorial de Gómez lecaro y el de EP. Mientras el primero alaba el discurso de Oscar Arias, el segundo como que tuvo una regresión a su militancia en la Cuarta Internacional Comunista... que cosas. EP debe tener un serio trastorno de la personalidad.
ResponderEliminarPQ: es imposible que haya contradicción entre las opiniones vertidas en dos columnas de El Uni(co)verso, pues eso implicaría pluralidad, y por tanto destruiría la tesis de XF. Lo que usted vio no era más que una ilusión óptica.
ResponderEliminarDicho eso, bien cierto es que los que alguna vez fuimos trosquistas lo llevamos en la sangre. Es como el herpes labial: mucho sol, mucho estrés, pocas vitaminas, y el mal aflora. Hagamos minga para mandarle a EP un tubito de Zovirax.
Amanda, jajaja, buena.
ResponderEliminarALM, de acuerdo al 100%.
JMLC, concuerdo con tus ideas.
ER, seré breve. En principio, te expreso mi solidaridad y mis mejores deseos de pronta mejoría para tu hijo y de tranquilidad para ti y tu familia. Ahora, veamos, sobre tu primera intervención:
1) He introducido una serie de matices y no has refutado ninguno. Sobra decir que la opinión siempre la tendrá el lector, con independencia de que tú optes por dejársela o no.
2) ¿Sueño? No, simple reclamo sensato en una sociedad democrática. La frase “indoctrinación totalitaria que este gobierno persigue de manera abierta y resuelta”, piénsatelo un poco, consulta www.rae.es y date cuenta de que es ridícula. Si, después de expresar tantos argumentos, tu escenario es “El Universo es baluarte de la libertad de expresión” (sin hacerte cargo siquiera de la distinción entre libertad de expresión y libertad de prensa) vs. “gobierno que practica indoctrinación totalitaria”, ese escenario es de una pobreza conceptual que debería preocuparte.
Todo lo que tú mencionas puede que sean enemigos de la libertad de expresión, tanto como lo puede ser (con muchas mayores probabilidades de serlo, además) el libre mercado. Que la libertad sea parte de la definición del mercado implica, por ejemplo, que alguien en uso de su libertad cree monopolios u oligopolios (que en el campo de la libertad de expresión, provocan estas consecuencias: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=132&lID=2, Principio 12 e interpretación) que obstaculizan o anulan la libertad de expresarse de otras personas. Que al final, digas que una opinión para admitirse en los medios de comunicación tenga que ser comercial (porque si no lo es “nos fregamos”) es un indicador de lo poco que entiendes la libertad de expresión.
3) Sobre las guerras, falta el argumento. Mencionar un acrónimo no es hacer uno. Pero no tiene importancia.
4) Nunca postule que el Estado como “amigo” de la libertad de expresión no tenga que “intervenir”. La discusión está en si esa intervención estatal es razonable. If you rest your case, you do without proving anything at all. A estas alturas, por supuesto, no me extraña.
5) Chido, www.rae.es, te bastará. Podrías también decir “charcopatélico” (palabra de invención de García Lorca) y lo mismo da, no abona a tu idea.
Sobre tu segunda intervención, lee bien, ER, no es difícil. El que yo sostenga que diario El Universo tiene un sesgo y que debería presentar “la pluralidad de opiniones que existen, con una mayor cantidad y mejor calidad de la información que se divulga, con opiniones críticas bien argumentadas” no implica que no haga ninguna de esas cosas en ningún momento. Suelo estar lejos de postular esas falacias de falso dilema que parecen caracterizar, en cambio, tu pensamiento.
Y sí, envíale el tubito.
Suerte.
PQ, jaja.
Saludos a todos.
Gracias por los buenos deseos.
ResponderEliminarCreo detectar en tu respuesta, sin perjuicio de lo ya mencionado, cierto mal humor que, como suele ocurrir en este blog, viene disfrazado de pedantería y de una aristocrática condescendencia (ejemplos siguen*). No sé muy bien al santo de que, pero tengo la sensación de que te hartaste de esta discusión en el momento preciso en que hartarse de ella era lo mas indicado (enhorabuena), pues creo que ya hace tiempo les perdimos a los lectores. Así que, después de esto, te toca la última palabra.
1) Respecto a ese comentario tuyo acerca de "esos guardias privados", si no me agarré al hueso es porque tenía poca carne. Resumiendo:
En otra entrada de tu blog, escribiste: "se acercó uno de los guardias privados tantas veces mentados en esta bitácora como sujetos de escasas luces". Yo comparé este comentario con aquel que citas de EP, donde dice "La vida me enseñó que sólo a las cocineras y a las empleadas domésticas se les perdona que juzguen a los personajes públicos con esos parámetros tan banales" Para mi, en ambos comentarios se aprecia el uso del mismo recurso retórico, el de explotar un estereotipo negativo en torno a los practicantes de un oficio determinado, con el fin de congraciarse con el lector a quien se le supone igualmente ajeno a tal oficio y dispuesto a congratularse a costa de esas personas. (Aunque aquí creo que la hipotética cocinera lectora de la columna de EP se ofendería menos que el hipotético guardia privado lector de este blog, en la medida en que "ser de escasas luces" suena peor que "juzgar con parámetros banales"). Después de cuestionar la relevancia de esta comparación, el único "matiz" que me propones es ése de que tu comentario no dice directamente que todos los guardias privados (ni siquiera todos los de la RU) sean tal como dices. Ahora, el problema que tengo con eso es que si la citada afirmación no quiere dar a entender que todos los guardias privados sean de escasas luces, sino solamente algunos, entonces para que el inciso tenga un mínimo valor comunicativo, tendría que decirnos cuáles: es decir, en el caso citado, explicar cómo se reconoce a un miembro de esa especie "guardias de escasas luces" en el mismo momento en que "se acerca". ¿Tal vez llevan algún distintivo especial, o caminan de un modo peculiar?; en fin, el lector caritativo se queda esperando alguna aclaración al respecto, pero ninguna hay. (Diferente seria decir, por ejemplo, "se me acercó uno de esos guardias privados que, por su manera de enfundarse la pistola dentro del pantalón justo encima de la bragueta, aparentaba ser de escasas luces".) Lo que si hay es una explicita asociación entre la categoría "esos guardias privados" y la de "personas de escasas luces" que el escritor parece considerar digna de subrayar, a pesar de que, seguramente, no hay profesión ni oficio en el mundo en que ese tipo de ser no se presente con cierta regularidad. Que te defiendas diciendo que tu experiencia de ellos (“mi interacción con esas personas”) ha sido tal como dices, no dista en nada del argumento de EP, tal como lo interpretas tú mismo, acerca de lo que "la vida" le enseñó. En fin, yo no critico el uso de los estereotipos (también vivo en casa de cristal) pero si lo que se me antoja una falta de coherencia y (con perdón) una justificación floja y que aparente poca sinceridad. Y si no:
"En casa de aquella familia, me encontré con una de esas empleadas de hogar que en otro lugar mencioné como seres que viven a base de chismes y supersticiones"
¿Inofensivo? ¿Falsa analogía? Tú decides.
2) Me divierte tu manera de soslayarte al debate con esa muletilla, antes ensayada con JSUC, sobre esa "pobreza conceptual que debería preocupar(me)" (supongo que lo tienes guardado con tecla de acceso rápido, tal vez ALT-P). En fin, que yo sea pobre en conceptos bien puede ser (muchas veces he sospechado lo mismo), pero el simple reconocimiento de tal hecho no demuestra ni rebate nada. Como tampoco demuestra nada el que puedas citar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sosteniendo una línea de pensamiento idéntica a la tuya, pues allí donde a ti te faltan argumentos, a ellos también les faltan, por lo que trasluce de tu lectura recomendada. Afirman, por ejemplo, que “la libertad de expresión requiere que los medios de comunicación social estén abiertos a todos sin discriminación, o más exactamente que no haya individuos o grupos que estén excluidos del acceso a tales medios”, sin sustentar esa afirmación en nada más concreto que un manifiesto de la Corte Interamericana. Ahora, como es evidente que no hay lugar en el mundo en que tales medios (suponiendo que realmente tenga sentido eso de “comunicación social”) cumplan con el papel descrito, ese tipo de afirmación lo que hace es relativizar y perdonar los atropellos reales (“nadie es perfecto, así que no critiquemos”) que se cometen a diario en países como éste (Extra, Extra: CONARTEL contra Teleamazonas, en 3 rounds). Si la libertad de expresión es algo inalcanzable en la práctica, menos razón tenemos para lamentar su ausencia.
En contra de tal línea argumental, te propongo el siguiente thought experiment:
1. Hay una comunidad “en algún lugar de la selva” donde existe una perfecta libertad de expresión, en el sentido de que todo el mundo puede expresarse como le dé la gana, hablando, discutiendo, bailando, tocando instrumentos, fumando hierba, etcétera, sin temor a represalias de ninguna autoridad.
2. En esta comunidad, nadie sabe lo que es un periódico o un televisor. ¿Por eso son menos libres para expresarse? Obviamente, no. Por tanto, es evidente que no es en absoluto necesario que existan “medios de comunicación sociales”, ni mucho menos que éstos sean plurales o “incluyentes”, para que exista tal libertad en pleno ejercicio.
3. Un día, viene alguien de fuera y coloca allí una prensa. Este individuo se pone a vender periódicos. Estos periódicos contienen mentiras de todo tipo, y además opiniones, pero dichas opiniones son únicamente las del dueño de la prensa. ¿Se ve afectada la libertad de expresión en esta comunidad? En absoluto: argumentar lo contrario sería tanto como decir que la existencia de un nuevo canal de comunicación amenaza a la libertad en vez de contribuir a ella. Un contrasentido.
4. A medida que pasa el tiempo, algunas otras personas también construyen prensas y crean periódicos. Pero todas ellas se limitan a expresar sus propias opiniones, que son las de una pequeña minoría. ¿Se ve amenazada la libertad de expresión? En absoluto: sale reforzada, ya que algunas personas, aunque sean pocas, ahora tienen nuevos canales de comunicación y pueden llegar a un público más amplio.
5. Un día, en esta comunidad, hay una reunión de los jefes. Ellos deciden que a partir de ahora, en todos los periódicos está prohibido dárselas de mentalista o de adivino; está prohibido criticar al Gran Jefe, so pena de arresto; está prohibido difundir los resultados de sondeos informales entre la gente; está prohibido publicar noticias basadas en rumores; en fin, se entusiasman tanto con las prohibiciones que se ve necesario crear un nuevo organismo sólo para imponerlas. Además, a alguno de esos periódicos lo cierra con violencia, a otro lo convierte en portavoz de los mismos jefes, y a todos los demás los amenazan con penalidades si no se habla bien de ellos. El día siguiente, la población lee los diarios con otros ojos, conscientes de que con tantas prohibiciones ya no hay apenas nadie que ose expresarse con sinceridad. ¿Se ve comprometida la libertad de expresión? Ahora, yo diría que sí, pues los Jefes (el Estado) han conseguido sembrar el miedo, acallar voces (y no solamente las de los periódicos) y el alcance de tales medidas no se limita a lo ya expresado sino a todo lo que podría expresarse en el futuro.
Nótese bien: la “libertad de prensa” en tal situación nunca sobrepasó la famosa definición de Swaffer (“libertad para imprimir aquellos prejuicios del propietario que no ofendan a los anunciantes”: la única libertad de prensa a la que razonablemente se puede aspirar); sin embargo, sí hubo libertad de expresión, y se aprecia claramente la manera de perderla: basta que intervenga el Estado.
Ahora, creo (corrígeme si me equivoco) que donde te perdí fue en el punto 3, pues allí donde se da la situación en que una persona tiene algo que otros no tienen (aquí, una prensa), se da una situación de evidente “desigualdad” que merece ser “corregida”: por tanto, desde el momento en que uno está difundiendo sus opiniones entre un amplio público, mientras otros no pueden hacerlo, tal desigualdad redundaría para ti en merma de libertad, pues esta palabra significaría algo así como poder hacer todo aquello que otros hacen. Como esa definición no es la mía, evidentemente aquí se puede dar una diferencia de criterio significativa. (Recordemos que para mí libertad en lo político significa simplemente ausencia de coerción.)
En todo caso, si quieres hablar de oligopolios o de monopolios lo mejor sería ver cómo eso funciona en la realidad. Ahora, si bien los oligopolios mediáticos abundan (ejemplo sería la situación de la prensa en Inglaterra, ampliamente dominada por el News International de Murdoch), no parecen redundar seriamente en contra de las libertades (Murdoch consiguió marginar, pero no callar, a la prensa minoritaria como the Guardian o the Independent: el mercado todavía tiene la última palabra, y ésa parece dar a entender que la prensa seria sí tiene sus lectores fieles, en suficiente número para que sea liminalmente rentable); en cambio, los únicos monopolios mediáticos que conozco son los estatales (Granma, Pravda) por razones que considero obvias.
3) El argumento se sobreentiende. En la guerra de Irak, hubo censura activa por parte de varios gobiernos (de los que tengo constancia: la estadounidense, la británica y la española) con o sin los acostumbrados pretextos (“seguridad nacional”, ”evitar decaimiento en la moral de los soldados”, etcétera) lo cual hasta cierto punto sirvió para ocultar o para relativizar el hecho de que toda esa guerra se basó en una flagrante mentira (la supuesta existencia de las armas de destrucción masiva de SH). En España, recuerdo a un escritor de cierto renombre quejándose de que una conferencia de intelectuales que hubo en contra de esa guerra no fue reportada en ningún medio, aparentemente por oficios del gobierno. Pues bien: podemos suponer que en ausencia de esas medidas represivas, la oposición a esa guerra habría sido más eficaz y más visible, lo cual podría haber dado lugar a que algún gobierno se pensara mejor su involucramiento en tal guerra, con lo cual se podrían haber salvado algunas vidas.
4) “La discusión está en si esa intervención estatal es razonable.” Repito: como sea que en cualquier lugar del mundo, la intervención estatal es frecuente, de existir casos en donde tal intervención haya sido “razonable”, tal como tú sostienes que puede ser, lo natural sería poder hacer referencia específica a alguno de tales casos. Como veo que no puedes citar ni uno para sostener tal afirmación, lo natural es concluir que tal intervención estatal “razonable” no ha existido nunca. Que pueda existir en teoría es otra cuestión que dejo para los amantes de alambiques y rayos de luna destilados.
5) “No abona a tu idea”: convengamos en que, llegados a este punto, es ingenuo suponer que el lector recordará (si alguna vez supo, o si alguna vez existió) en qué consistía tal idea, con lo cual su asentimiento está garantizado precisamente en la medida en que te otorga credibilidad como locutor. Por mi parte, me cansa este tipo de fácil retórica, la cual para refutarse obliga a repetir toda una serie de réplicas y contrarréplicas cuya trivialidad parece crecer de modo exponencial a lo largo del “debate”. ¿Será el debate en sí lo que me cansa, o cierto tipo de debate? En fin. Sobre mi segunda intervención, quien lea bien creo que llegará a la misma conclusión que yo, que quien quiera hacerte una broma mejor que alce primero una gran bandera roja con “broma” escrita en letras azules, mínimo 24 puntos y en cursiva.
ER, gracias por la última palabra, seré muy breve en su uso. Mal humor, nones: equivocas el punto. Un poco de aburrimiento, solamente (repetir las cosas cansa un poco). Veamos:
ResponderEliminar1) Introduje otros matices que omites en tu análisis. Pero no tiene importancia.
2) En tu “thougth experiment”, claro que hay ocasión para que se menoscabe la libertad de expresión en la medida que las prensas y los periódicos de tu ejemplo silvestre (aunque sean muchas) tengan una sola voz o unas pocas voces, las que representen los intereses de sus dueños, intereses que no tienen por qué coincidir con los intereses de los otros miembros de la comunidad (si en tu ejemplo de varias prensas y periódicos existe pluralidad de voces que represente un amplio elenco de intereses, la libertad de expresión no está amenazada –podría fortalecerse con la intervención “amiga” del Estado, eso sí). Y sí, diferimos mucho en el concepto de “libertad”, eso es evidente.
3) Gracias por el argumento. De todas maneras, no creo que tu ejemplo se aplique a las limitaciones que permiten los tratados internacionales en materia de libertad de expresión: el que se diga que no había WMD no afectaba la seguridad nacional sino el inicio de una guerra ilegítima. En todo caso, siguiendo con el ejemplo, el Gobierno de Estados Unidos no impidió que se informe sobre las WMD: sucedió que la “prensa libre” de relevancia tuvo poco interés en desmentirlo (manufacturing consent, lo llaman).
4) Lo importante era la discusión teórica, no el inventario. Y sin embargo, el ejemplo más simple es la BBC o las televisoras europeas. Los ejemplos micro pero muy relevantes en estos ámbitos son las radios comunitarias que crecen al amparo del Estado (y no del “libre mercado”: de ahí la importancia del artículo 17 CPE).
5) De acuerdo, no abona y sí cansa. A mí, por cierto, no me cansa debatir, sino un poco cierto tipo de debate. Y sobre lo último, ¿neta, era broma? Porque no se notó. Ánimo pa’ la próxima. Saludos.