El subsecretario no sabe de rock (no tiene ni puta idea)

16 de diciembre de 2015


Concluía el primer año en que gobernó Gutiérrez y el intendente de Pichincha se apellidaba Olmedo (1). Hubo un concierto, al que asistí, en el que Charly se descontroló y no cantó y lanzó cosas (estuvo a punto de ser algo copado, pero un idiota terminó por lanzarle una silla). El intendente Olmedo arrestó a Charly, que justificó su detención en “un cuarto derruido en el Centro de Detención Provisional de Quito” de la siguiente manera:
 
“Esto me pasa porque el Intendente de acá no sabe de rock. Me acusa y nunca ha ido a un show así” (2)
El intendente Olmedo guardó a Charly por un par de días y tal vez no haya sabido de rock, pero al menos no era una bestia como el subsecretario de asuntos legislativos del Ministerio de Seguridad de Argentina, Carlos Manfroni, para quien el rock es:
 
“el movimiento ‘artístico’ más subversivo, anticristiano, antimetafísico y contracultural de todos los tiempos” [cuya filosofía] “conduce al deseo desesperado de la muerte e induce al suicidio, como lo demuestran las letras de las canciones de Charly García, Spinetta y Moris. Ofrece la posibilidad de convertirse en un animal o un marica” (3)
Charly leyó esta sarta de estupideces y pidió que se publique una carta abierta, en la que en un fragmento termina por poner en su lugar a Manfroni:
 
“Merezco una disculpa. 
Yo compuse Los Dinosaurios, y luché contra la dictadura y UN PELOTUDO está en contra de la Revolución Francesa???? De John Lennon???
Del amor??
No cuenten conmigo, ignorantes” (4).
Ni el intendente Olmedo, en los tiempos de Gutiérrez, había caído tan bajo. 

Eso sí, Argentina respeta a sus ídolos. Manfroni le pidió disculpas a Charly y dio un paso al costado (5).

(1) Ninguna relación whatsoever con el híper-guayaco Yei Yei.
(2) Charly García está libre y se fue a su país, Diario El universo, 30 de diciembre de 2002.
(3) Un nuevo funcionario de Cambiemos genera polémica, Política argentina, 13 de diciembre de 2015.
(4) Durísima carta de Charly García contra el gobierno de Mauricio Macri, Diario Los Andes, 15 de diciembre de 2015.
(5) Carlos Manfroni le pidió disculpas a Charly, Diario La nación (Argentina), 15 de diciembre de 2015. 

1 comentarios:

Juan Cabezas Martínez dijo...

Habría que analizar qué representa Charly (o Spinetta) en el ideario cultual argento, que creo está más allá de decir qué representa el rock en una sociedad determinada. Porque, ¿qué hace que un presidente recién sentado, con la popularidad "arriba" no diga "ni chus ni mus" frente a un reclamo público de García. Yo recordaba ayer al respecto que a Gieco le preguntaron su relación con Macri cuando este ocupaba la Alcaldía y León respondió algo así como "los dos estamos de acuerdo: Ninguno de los dos se molesta en trabajar con el otro" y expresó su desacuerdo frontal con la fachería del ahora presi. Por supuesto, la expresión de Gieco no le birló votos. Y se puede predicar que Gieco fue mucho más frontal y que tuvo que exiliarse, porque si no le daban "boleto, pase y abono". Entonces, Charly no tiene esta polenta social, porque siempre escribió en metáforas: La frase más clara de "Los dinosaurios" es aquella de "estoy tranquilo mi amor hoy es sábado a la noche y un amigo está en cana: Oh, mi amor, desaparece el mundo". De ahí todo lo demás es un refugio atómico. Pero creo que es precisamente ese lenguaje trovadoresco, dylaniano, críptico, lo que ha hecho que la gente rebusque en las letras de Charly, las discuta y las haga suyas, a fin de cuentas. Es un trabajo de rebusca del inconsciente colectivo. Y esto, Charly, que a más de loco, drogadicto y otras yerbas (todas ciertas y muy bien fumadas), es un tipo de una lucidez extraordinaria (aún en la densidad de sus mambos), que hace radiografías intensas de su entorno y devuelve centuplicado las señales que su antena percibe. Yo he llegado a la conclusión muy personal que Si la Negra Sosa ES la voz de la Tierra, La Paccha Mama, Charly es la voz de gente, porque sus letras forman parte de una genética de la argentinidad en democracia. Charly es el límite humano de lo que cualquier ciudadano argentino podría hacer. Ahora, el problema es que podría, porque esa patente de corso sólo Charly la tiene. Pero eso es harina de otro costal, ya. Solo adelantó que también creo que ese García es la excepción que confirma la regla.