6 de abril de 2016

El negocio perfecto


Durante siglos, la iglesia católica ostentó el negocio perfecto: recibir diezmos por dar bendiciones.

Como lo puso Marx: “El diezmo abonado al clérigo es harto más claro que las bendiciones de éste" (1).

Dinero a cambio de un acto de magia pura. Los putos amos.


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