24 de mayo de 2016

El peor Quito (imaginado) es el Guayaquil cotidiano

El título de esta entrada tiene justificación desde la perspectiva de Antonio Villarruel, un articulista de La República, quien tiene la sensación de que en sus “peores momentos”, la Alcaldía de Mauricio Rodas en Quito “no es otra cosa que el interés por convertir a la ciudad en una modesta hacienda, con pasos elevados, brea y cemento, barrios desplazados, árboles caídos, gente silenciada y con un buen puñado de habitantes fungiendo de peones urbanos” (1). Lo que convertiría a Quito, curiosamente, en un remedo de lo que ha logrado el socialcristianismo con Guayaquil tras un cuarto de siglo de administración de la ciudad: obras de cemento y ciudadelas de burbuja, sin espacios públicos ni áreas verdes y con un montón de extras que guardan un silencio “bastante parecido a la estupidez” (2).

El artículo de Villarruel concluye con la afirmación de que a él no se le ocurre “cuánto más bajo se pueda llegar a caer”. Le bastaría estudiar con cierto detalle a uno de los auspiciantes del portal donde escribe, para que se le ocurra las honduras que tanto busca (3).  



(1) Villarruel, Antonio, ‘Rodas: máscara y hacienda’, La República, 5 de mayo de 2016. La comparación que hago entre el Quito de Mauricio Rodas y el Guayaquil socialcristiano no debería tener nada de extraña en razón de los antecedentes socialcristianos del "fresco" Rodas.
(2) La respuesta del economista Manuel González’, Xavier Flores Aguirre, 3 de diciembre de 2014. La respuesta de González demostró “esa notoria incapacidad crítica que existe en la ciudad (de la que hace gala el economista [Manuel González] y que es sintomática de la gran mayoría de “pensadores” en Guayaquil) de personas que suelen ser híper-críticas para tantas otras cosas, pero que cuando se trata de la administración municipal de Guayaquil, o callan, o la defienden con un servilismo a prueba de ideas”. En el futuro, cobrará sentido la proclama de la Junta Tuitiva de la ciudad de la Paz con relación a los tiempos del socialcristianismo en Guayaquil: “Hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez”.
(3) La sociedad civil quiteña es mucho más crítica de sus autoridades locales que lo que la dócil sociedad civil guayaquileña es. De todas maneras, la sociedad civil es la única alternativa frente a unos medios de comunicación que parecen más "miedos" de comunicación cuando de opinar e informar sobre la Alcaldía de Guayaquil se trata.

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