La portada de diario
Expreso del día de hoy, 4 de julio, cuenta en su titular una historia vieja:
“Guayaquil cede a Quito el título de capital económica”. En las páginas
interiores (“Quito adelanta a Guayaquil como capital económica”, p. 6) la
redactora Sara España explica que “de acuerdo con la recopilación de cifras de
la consultora MarketWatch, en base a lo recabado por el Servicio de Rentas
Internas y por la Superintendencia de Bancos y recogido por la Cámara de Industrias
de Guayaquil”:
“se vende más en Quito (65.650 millones frente a los 35.507 millones de Guayaquil), que hay más establecimientos que prefieren la ciudad de la Sierra para instalarse (99.900 frente a 87.200), que se ahorra entre 1.400 y 1.200 millones más (al menos en los últimos tres años), que el SRI también recibe en torno a 2.000 millones por año de la capital por IVA y Renta y que los bancos entregan un tercio de los desembolsos crediticios en Quito, lo que supone casi 3.000 millones más que en Guayaquil” (1).
El mensaje de la redactora
de diario Expreso es claro: “Quito se consolida como la capital oficial y
económica del Ecuador”. Y es durante la administración del socialcristiano
Jaime Nebot que se da este bajón de Guayaquil. Él recibió una Guayaquil capital
económica, pero ya el 2013, el economista Walter Spurrier advirtió que Quito
“puede oficialmente reclamar el título de ser también capital económica. Esto,
a pesar de que Quito tiene sólo 1,9 millones de habitantes y Guayaquil 2,6
millones. El PIB per cápita quiteño era sustancialmente superior al
guayaquileño” (2). En un artículo
ulterior, el economista Spurrier aclaró las razones de este bajón: “Entre el
2007 y 2011 Guayaquil pierde 0,8% de participación de la economía, mientras que
Quito la aumenta ligeramente, en 0,2 de punto. Guayaquil pasa a 23,9% de la
economía nacional, casi dos puntos porcentuales menos que Quito. Nos quedamos atrás: Quito, capital
económica indiscutible […]. ¿Qué pasó con Guayaquil? Pierde fuertemente en
actividades profesionales e inmobiliarias, la mitad de lo que tenía antes. Todo
el resto del país gana participación a expensas de Guayaquil. ¿Estamos
perdiendo servicios profesionales? Debe ser causa de preocupación puesto que el
futuro está en el conocimiento” (3).
¿Preocupación en
Guayaquil? Spurrier debe andar de guasa. Un auténtico madera de guerrero no se
preocupa: simple y llanamente, le echa la culpa al centralismo. Y colorín,
colorado.
Una herramienta más para
desmentir el “éxito” del modelo socialcristiano.
(1) Sara
España, ‘Quito adelanta a Guayaquil como capital económica’, Diario Expreso, 4
de julio de 2016.
(2) Walter
Spurrier Baquerizo, ‘Las economías de Guayaquil y Quito’, Diario El Universo, 11 de agosto de 2013.
(3) Walter
Spurrier Baquerizo, ‘Guayaquil se rezaga’, Diario El Universo, 22 de febrero de 2015 (el resaltado no es
del original).
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