En las costas de la zona
norte de la provincia de Manabí y en la provincia de Esmeraldas se encuentra la
zona de subducción en la que colisionan la placa oceánica de Nazca con la placa
continental Sudamericana.
Fuente: 'Ruptura geológica genera terremotos en la Costa ecuatoriana'. |
Esta es una zona en la que
se han registrado cinco terremotos de los más fuertes que ha sentido el país (1).
Frente a las costas de Esmeraldas, el 31 de enero de 1906 se registró un sismo
de magnitud 8.8 en la escala de Ritcher (2); durante mucho tiempo (48
años) fue el terremoto más fuerte registrado en el mundo, hasta el registro en
1952 de un terremoto en el Mar de Ojotsk, en las cercanías de la península de Kamchatka,
Rusia (3).
En particular, fue
devastador el tsunami a consecuencia del terremoto:
“El movimiento del mar que llevó las aguas sobre los altos árboles destruyó centenares de vidas. Fue precedido de un rumor hondo y profundo y el suelo quedó literalmente cubierto de peces y aves” (4).
Después del terremoto de
Pelileo de agosto de 1949 que causó alrededor de 6000 muertos, este terremoto
de 1906 es el que ha provocado más víctimas fatales: se calculan entre 1000 y
1500 muertos (5). Este terremoto sucedió hace 110 años, pero nos puede
enseñar una lección valiosa.
Según expertos que
estudiaron este terremoto (recordemos que durante más de medio siglo fue el más
fuerte jamás registrado) indicaron que su efecto pudo haber sido mucho más
devastador:
“Si todas estas casas hubieran estado hechas de ladrillos y piedras, toda la ciudad [de Tumaco] habría sido destruida por el primer impacto del movimiento, enterrando así bajo sus escombros a la mayoría de los habitantes, pero como estaban hechas de madera, muy dura además y muy bien encajada, poseen una gran elasticidad y resistieron muy bien a los movimientos” (6).
La casa de mi bisabuela en
el centro de Manta, de madera centenaria, resistió sin dificultad el terremoto
de magnitud 7.8 del 16 de abril de 2016. Y seguramente resistiría uno de
magnitud 8.8 como el que resistieron las casas de madera del año 1906, por las
que salvaron la vida muchas personas. Lo mismo no puede decirse de tantas y
tantas construcciones de cemento que resultaron “trampas mortales” para sus habitantes
y causantes de centenas de muertos.
El shock del
terremoto ha sido muy doloroso para el país, pero es también una oportunidad
única para reconstruir la ciudad con el uso de materiales alternativos como la
madera, más resistentes a los terremotos, más frescos y más atractivos para el
turismo (7). Diario Expreso escribió, por ejemplo, sobre el posible uso
de caña guadua en la reconstrucción. Su artículo destacó varios de los
beneficios de la construcción con caña guadua (resistencia, durabilidad,
aislante térmico, retardante del fuego) y describió como a raíz del terremoto “algunas
viviendas de este material permanecían de pie al lado de otras de cemento que
habían colapsado” (8).
Quien probablemente mejor
ha difundido esta idea del uso de la caña es el arquitecto Eduardo McIntosh,
citado en esta nota de diario Expreso. En su cuenta de Twitter ha expuesto
varias de las ideas que podrían hacerse realidad:
Fuente: Twitter de Eduardo McIntosh. El "test sísmico" a la caña guadua puede observarse aquí. |
Estas ideas no son
necesariamente baratas de ejecutar; es claro, por supuesto, que libradas a su
suerte, las personas preferirían reconstruir con cemento, por rapidez y abaratamiento
de costos. Pero allí es donde el Estado debería intervenir con políticas
públicas para incentivar las construcciones con madera, con bambú, con caña
guadua, en particular, para las construcciones que se orientan a la prestación
de servicios turísticos.
Bien se sabe que toda
crisis es también oportunidad. En esta ocasión, una oportunidad para construir
bien, respetando el derecho a la ciudad, con cuidado social y ambiental, así
como con las medidas de seguridad necesarias para prevenir los daños de un próximo
terremoto. Porque los terremotos son previsibles (en Ecuador sabemos que
sucederán, porque estamos situados en el cinturón de fuego del Pacífico; lo que
no sabemos es cuándo) y lo que debemos procurar es que nuestras construcciones
sean resistentes a su impacto, porque la ciencia de la construcción nos faculta
a ello. Como lo ha dicho Shigeru Ban, arquitecto ganador del premio Pritzker, “los
terremotos no matan a la gente, sino los edificios mal construidos” (9).
(1) "Debemos recordar que la zona de subducción
ecuatoriana es la fuente de los sismos más grandes que se han registrado en el
país, entre los que se puede mencionar al gran terremoto del 31 de enero de
1906 con una magnitud de 8.8 [...], al sismo del 14 de mayo de 1942 con una
magnitud de 7.6, al sismo del 19 de enero de 1958 con una magnitud de 7.7 y al
sismo del 12 de Diciembre [sic] con una magnitud de 8.2", al que
debe sumársele los terremotos del 16 de abril de 2016, de magnitud 7.8 en la escala de
Ritcher, v. 'Estudio
sísimo de la zona de subducción frente a las costas de Manabí', Instituto
Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, 10 de junio de 2011.
(2) ‘A
105 años del terremoto y tsunami de Esmeraldas, ¿está Ecuador preparado para un
evento similar?’, Instituto Geofísico, 31 de enero de 2011. La respuesta,
cinco años después es clara: no lo está.
(3) Aún el día de hoy, consta en el top ten de los
terremotos registrados de mayor magnitud a nivel mundial desde el año 1900: v.
'Magnitude
8 and Greater Earthquakes Since 1900', United States Geological Survey.
(4) ‘A
105 años del terremoto y tsunami de Esmeraldas, ¿está Ecuador preparado para un
evento similar?’, Instituto Geofísico, 31 de enero de 2011.
(5) 'Gran
terremoto de Pelileo: 5 de agosto de 1949', Instituto Geofísico de la
Escuela Politécnica Nacional, 5 de agosto de 2012.
(6) ‘A
105 años del terremoto y tsunami de Esmeraldas, ¿está Ecuador preparado para un
evento similar?’, Instituto Geofísico, 31 de enero de 2011.
(7) 'Los
desastres naturales tienen un efecto positivo sobre el turismo', Instituto
Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional.
(8) Nelson Tubay, 'La hora
de la caña guadua', Diario Expreso, 30 de abril de 2016. A raíz del
terremoto del 16 de abril se informó de varios edificios de madera que
sobrevivieron intactos su impacto, aún estando en la zona crítica: v. ‘CanoaBeach Hotel, un refugio de madera que sigue en pie luego del terremoto’, Diario
El universo, 22 de abril de 2016.
(9) Ibíd.
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