12 de agosto de 2016

7 horas sin agua en Guayaquil, ¿por qué es culpable el operador?

Lo que el alcalde Jaime Nebot llamó “delito ambiental” se lo ha querido atribuir de manera exclusiva al operador del caldero. En el comunicado de Balsasud S.A. en el que asumió la responsabilidad por la contaminación ambiental, la empresa derivó la culpabilidad en uno de sus empleados: “Descuido del Operador [sic] al momento de realizar la tarea de bombear bunker”.

Contrariamente a lo que podría esperarse dadas las muchas preguntas que tiene que responder la empresa Balsasud S.A. en razón del documento que el Municipio de Guayaquil presentó a la Fiscalía el 22 de junio (que el alcalde Nebot no puede no conocer, porque fue producido por una de sus direcciones y él lo difundió desde su cuenta personal de Twitter), el Municipio de Guayaquil, en rueda de prensa realizada ese mismo día, dio por buena la sencilla explicación de la empresa Balsasud S.A.: “descuido del operador” (7:52).

 
El “descuido del operador” tiene tanto sabor a excusa (a un grado tal que “justo” el empleado responsable de la contaminación se fue de vacaciones a día siguiente de dejar sin agua a la ciudad) que la única razón por la que puede aceptarse esta excusa es por conveniencia. El Municipio sabe que Balsasud S.A. violó la normativa ambiental local y nacional que el Municipio de Guayaquil (vía su Dirección de Ambiente) debió controlar que esta empresa cumpla. Sabe que Balsasud S.A. no tenía permiso ambiental y sabe que no tenía implementadas las obras necesarias para la prevención de la contaminación: “La canaleta de drenaje [del caldero] estaba conectada directamente al canal de aguas lluvias”, a consecuencia de lo cual se “evita la prevención y contingencia necesarias en caso de derrame de combustible del área de caldero” (en pocas palabras: si hubiera existido la obra necesaria que no se controló que haya, no habría existido contaminación ambiental, ni suspensión por siete horas del servicio de agua potable a toda una ciudad).

Todas estas violaciones a la ley eran de conocimiento del alcalde, porque constan en el informe que firmó el Jefe del Departamento de Calidad y Control Ambiental de la Dirección de Ambiente del Municipio de Guayaquil, Ing. José Miguel Yturralde Torres, que es el mismísimo documento que el Municipio presentó en la Fiscalía para la investigación de este delito ambiental.

Las consecuencias de la contaminación ambiental. Fuente: http://www.metroecuador.com.ec/
Que Balsasud S.A. haya podido actuar de manera tan irresponsable y tan impunemente es también responsabilidad de la autoridad pública de control (la Dirección de Ambiente) que no controla nada y que es totalmente ineficaz para hacer cumplir a los regulados (esto es, a las empresas contaminantes) sus obligaciones y, en consecuencia, es ineficaz para prevenir la contaminación del río Daule, del que los guayaquileños obtenemos el agua para beber.

Así, es totalmente conveniente: como la probada irresponsabilidad de Balsasud S.A. prueba la irresponsabilidad de la Alcaldía, tiene la culpa un simple operario. La soga se rompe por el lado más débil. (Dicho morochamente: “se le cargan al más cojudo”). 
 
Y en Guayaquil, todos chitos. Aquí no ha pasado es nada.

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