Lasso tiene razón

26 de septiembre de 2016

I gotta give it to Willie: Lasso tiene razón en tres de sus dichos, todos ellos relacionados con Nebot:

* Cuando sostiene que CREO perdió con el pacto que hizo con el PSC el año 2013: en ese negocio, Lasso le cedió a Nebot la participación de CREO en la provincia del Guayas a cambio de su apoyo en Guayaquil para las elecciones presidenciales. Pésimo gambito. CREO resignó asambleístas por no participar en la provincia más grande del país (con los que habría podido contar con un bloque legislativo por sí mismo en la Asamblea Nacional) y, a cambio, el apoyo de Nebot, quien acompañó a Lasso en varios recorridos por Guayaquil, resultó un fracaso: Lasso perdió en todas y cada una de las 21 parroquias de Guayaquil (16 urbanas y 5 rurales) frente a Correa. Desastroso.

* Cuando cuestiona que se dé “toletazos a los comerciantes informales en una ciudad en donde miles de personas trabajan como vendedores ambulantes”. Es probablemente el mayor síntoma de que Guayaquil está dormida el que se pueda agredir de manera impune a los más pobres de entre nosotros con la saña, la impunidad y la recurrencia con la que se lo hace. Es bueno que dentro de la misma derecha se empiecen a escuchar voces críticas con relación a esta agresión sistemática a los más pobres.

* Cuando afirma que “la pobreza no se puede esconder como la basura debajo de la alfombra”. Así sucede cuando, por ejemplo, con un sector de la población paupérrima de Guayaquil, al oeste de la Sergio Toral:, que por decisión exclusiva del alcade se encuentra excluida de las obras y servicios públicos: “Yo he tomado la decisión de que aquí no vamos a legalizar un terreno ni vamos a poner una volqueta de cascajo ni un metro cuadrado de asfalto ni un metro de tubería de alcantarillado de agua potable más allá de la Sergio Toral” (1). Así de claro. Si “esconder la basura debajo de la alfombra” es ningunear, pues eso mismo es lo que Nebot hace con sus políticas de exclusión total a los más pobres.

*

Es vox pópuli que los dos líderes de derecha se han distanciado. El candidato de Nebot (C. Viteri) y el candidato Lasso se enfrentarán entre sí por el mismo electorado que ya no lo soporta a Correa. Se restarán votos entre sí, en beneficio del oficialismo (lo que implica: o Nebot es un chimbador, o sólo piensa de manera compulsiva en su propio beneficio).

El oficialismo consolidará una alternativa de unidad dentro de Alianza País (Moreno-Glas) mientras que los dos grandes líderes de la tendencia de derecha se mantendrán divididos. Las consecuencias de ello podrían conspirar contra la convicción de Nebot de que habrá una segunda vuelta. Si el electorado percibe que la derecha está más por la cruda disputa de espacios de poder que por persuadirlo con ideas novedosas y atractivas, no tengo duda de que prevalecerá un voto en conserva del statu quo. La derecha perderá, una vez más, por sus propios errores (2).

Visto este escenario, Lasso podría afirmar haber vivido, en carne propia, aquella frase del político conservador Alzate Avendaño, quien decía que la política es el arte de defenderse de los amigos. Y en esto también Guillermo Lasso llevaría razón.

(1)Extrema y persistente desigualdad en Guayaquil’, Xavier Flores Aguirre, 13 de junio de 2016.
(2)La oposición en la edad del burro’, Xavier Flores Aguirre, 3 de junio de 2012.

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