Cinismo (del poder) e inoperancia (de la prensa)

21 de noviembre de 2016

“En Monte Sinaí nunca hemos dado permisos para construir ni legalización de sitios de riesgo” dijo el alcalde Nebot en unas declaraciones a la prensa a inicios de este año (1).

Su declaración es de un monumental cinismo, porque en realidad la Alcaldía de Guayaquil no considera a Monte Sinaí dentro de su territorio. No podría otorgar “permisos para construir” porque ni siquiera legaliza sus terrenos. El alcalde Jaime Nebot ha dicho, de manera muy clara:

“Yo he tomado la decisión de que aquí no vamos a legalizar un terreno ni vamos a poner una volqueta de cascajo ni un metro cuadrado de asfalto ni un metro de tubería de alcantarillado de agua potable más allá de la Sergio Toral” (2).

Como se puede observar en la imagen, a la izquierda de la Sergio Toral se encuentra, entre otras zonas depauperadas y sin atención de la ciudad, Monte Sinaí.
¿Recuerdan esa extrema y persistente desigualdad en Guayaquil? Pues esa “desigualdad estructural” es la razón por la cual se puede dejar sin servicios públicos a los invisibilizados y abandonarlos a su suerte, sin que nadie proteste por ello (3).

Para peor, en la práctica, el alcalde Jaime Nebot puede decirle a la prensa privada de Guayaquil lo que le dé su real gana: el que sea cierto o falso resulta irrelevante, el que sea cínico (como en este caso) también lo es, pues basta simplemente que él lo haya dicho y allí usualmente concluye todo asomo de crítica.

El rol de la prensa privada de Guayaquil ha demostrado ser inconmovible: se reduce a la complicidad con el poder política local y a una política continua de mantener al guayaco ignorante de los abusos que en su ciudad suceden (en particular, si involucran a personas de escasos recursos). Nuestro periodismo es, en general, de un nivel vergonzoso.

(3)Extrema y persistente desigualdad en Guayaquil’, Xavier Flores Aguirre, 13 de junio de 2016.

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