La derecha que no se atreve a ser moderna

12 de diciembre de 2016


Nuestro diseño constitucional supone la organización de una oposición política (artículo 111) cuyo contenido dependerá, obviamente, del ambiente político. En el contexto actual, esto implica una oposición que involucra a partidos y movimientos de derecha y de izquierda, pero con un twist: en Ecuador, la izquierda es la mano con la que come la derecha (que es ambidextra y angurrienta). Y la izquierda que no es funcional a la derecha, se divierte con devaneos entre la alta filosofía y los fracasos electorales (tipo A. Acosta).

En AP, Rafael Correa es una especie de Perón moderno, la Súpergoma que lo amalgama todo (a “todos y todas”, para decirlo con la mamarrachada de género); en la oposición, por el contrario, la que tal vez pudo ser esa figura aglutinadora (Nebot) declinó (o lo que es lo mismo, anticipó su derrota). Sin un líder opositor, cada quien dispara para cualquier parte, todo se pega con babas, no hay amalgama de nada.

Así, en la oposición de la derecha no hay unidad. El fracaso del experimento político de idéntico nombre lo ha puesto en evidencia. Y este fin de semana lo ha confirmado el fuego cruzado entre los dos bandos de esta misma derecha rancia. No es nada nuevo bajo el sol: nuestra oposición continúa en la edad del burro (1). En todo caso, vale destacar tres aspectos de este fuego cruzado intercambiado por simpatizantes de CREO y el PSC:

* El periodista Pinoargote juega un rol político en la candidatura de Lasso: La persona que afirma esto (C. Coronel) señaló que esta es una “legítima predilección” del periodista Pinoargote; está equivocado. Sería una “legítima predilección” si informara debidamente a su público televidente de ella, pero no lo hace. Su predilección, entonces, es apenas un burdo intento de manipulación, una muestra adicional de su mal periodismo (2). 

* Acusaciones mutuas de ser chimbador: B. Rosales afirma que Viteri fracasó con La Unidad y que podría pasar “a ser conocida como la gran chimbadora” si no declina su candidatura, mientras Coronel le retruca que “Guillermo Lasso es el único responsable de que no haya Unidad y termina siendo el ‘chimbador’”. Esta acusación a Guillermo Lasso de ser un desestabilizador de la “tendencia” parece reafirmarse en los dichos de la candidata Viteri: “Señores, ¡paren!, paren la presión del grupo económico que por todo lado, de toda forma ha tratado de que yo me aparte de la contienda electoral” (3).

* El acuerdo en respetar el modelo del PSC: La “tendencia” está sustancialmente de acuerdo con el modelo administrativo impuesto por el PSC en Guayaquil. Rosales, de una manera implícita; Coronel, explícitamente, pues afirma que el PSC sabe servir “con eficiencia y solidaridad”.

*

De los tres aspectos que resalto, el primero nos  revela cómo la TV juega un rol político en las elecciones, el segundo nos advierte del juego tras bastidores dentro de una misma tendencia y el tercero nos marca los límites del discurso de dicha “tendencia”. Ésta pertenecerá a la derecha rancia, mientras no sea capaz de desmarcarse y criticar a la gestión socialcristiana en Guayaquil (4).

En otras palabras: mientras la derecha en Guayaquil sea incapaz de criticar a fondo un modelo de desarrollo que mantiene putrefacto el estero Salado (que el alcalde Nebot se comprometió a rescatar al inicio de su gestión, por cierto), que ha sido inútil para resolver los problemas del transporte público e ineficiente en la prestación de los servicios de agua potable, alcantarillado y recolección de basura, será simplemente una derecha cobarde. 

Mientras la derecha guayaquileña sea incapaz de plantear un relevo a una gestión de la ciudad que implementa de manera inconsulta su modelo de desarrollo, sin planificación y con una clara orientación al beneficio de grupos de poder económico (en especial, del sector de la construcción, al que se ha pertenecido el alcalde Nebot) y cuyo resultado visible ha sido una ciudad inequitativa, estancada en su producción económica, sin espacios públicos ni áreas verdes, con un tráfico insoportable y expuesta a los riesgos asociados a terremotos e inundaciones, será cómplice de este estado de cosas. Sometida al poder local, que le ha marcado sus límites.

Cuando a nuestra derecha política le dé por criticar a esta Babahoyo gigante con bolsones de “Miami”, entonces podrá adjudicarse el título de moderna. Hasta entonces, seguirá con su característico olor a naftalina.

(1) La oposición en la edad del burro’, Xavier Flores Aguirre, 3 de junio de 2012. Cuidado y “Paquete” Moncayo se cuela por las tranqueras. Tiene menos carisma que un accidente de tránsito que involucra a un tráiler, pero mientras la derecha rancia se saca los ojos, esta derecha “empaquetada” podría dar la sorpresa.
(2) 'Pinoargote, vencido', Xavier Flores Aguirre, 23 de septiembre de 2016.
(3)Cynthia Viteri denuncia que grupo económico la quiere fuera de la carrera presidencial’, Diario El telégrafo, 12 de diciembre de 2016. En este enlace consta el intercambio entre Benjamín Rosales y César Coronel. 
(4) Aunque ha hecho unos intentos, claramente insuficientes: 'Lasso tiene razón', Xavier Flores Aguirre, 26 de septiembre de 2016.

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