Hubo un tiempo
confrontativo en el que la información y opinión de los medios privados de
comunicación encontraba un contrapeso en la información y opinión de los medios
públicos de comunicación. Era una lógica turra: las posturas políticas de los
medios privados se respondían con las posturas políticas de los medios
públicos. Pero con todo y turra de esta lógica, tenía una clara ventaja:
permitía, dentro del berenjenal de bajezas y de mentiras, formarse un criterio
por exploración y contraste.
Este escenario
resultaba preferible a la sostenida imbecilización
de la ciudadanía en Guayaquil puesta en práctica por los medios de comunicación
privados, cuando carecían de todo asomo de contrapeso.
Pero esta lógica del
contrapeso parece que se ha terminado. La renovación que se ha hecho en los
medios públicos parece orientada a anularlo, en nombre de un mejor periodismo. Buena suerte en ese empeño. Pero el
primer sacrificado, hasta ahora, ha sido el periodismo.
Para muestra un
botón: antes, diario El Telégrafo desmentía las cifras que decía la Alcaldía
sobre áreas verdes en Guayaquil. Cuando la Alcaldía de Guayaquil, supuestamente
basada en un informe del INEC, declaraba que había más de 8 metros cuadrados de
áreas verdes por habitante, El Telégrafo demostraba que las cifras del INEC
apenas le atribuían un magro 1.13 metros cuadrados de áreas verdes por
habitante (1). Dígase lo que se
quiera, ese es el propósito del periodismo: pillar a las autoridades en sus
mentiras.
Y esa de las áreas
verdes es una mentira gigante (2).
Pero ahora diario El
Telégrafo no desmiente sino que acepta unos “diez metros cuadrados,
aproximadamente” de áreas verdes en Guayaquil, según le cuenta la Alcaldía que
lo avala el INEC (3). Ni contraste
de información, ni nada que se le parezca. En esta renovación del periodismo,
tal parece que si lo dice la Alcaldía, El Telégrafo lo dará por bueno.
Es lo más El Universo
que se ha comportado El Telégrafo en los últimos años. Pero es que si Moreno y
Nebot son “amiwis”, ¿por qué no ellos?
Y esto, al final,
comportaría una grave pérdida en el periodismo de Guayaquil: sin contrapeso, es
probable que la imbecilización de la
ciudadanía vuelva, ahora a cargo de un tándem público-privado presto a seguir
dibujando una ciudad ideal para que sigamos
en Guayaquil sin discutir a la ciudad real
que habitamos, ineficaz y excluyente.
Si esto es así, la
derecha habrá marcado con su banderita un nuevo territorio conquistado. Y los
derrotados serán el periodismo, y su parte débil y olvidada de siempre en el
Ecuador: los ciudadanos que lo consumimos.
Amiwis descripción gráfica http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/caricatura/18/la-caricatura-del-dia-25-07-17
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