Cuidado con el patrimonio

13 de agosto de 2017


La Alcaldía de Guayaquil publicó el 11 de agosto de 2017 un comunicado que tituló: “La verdad sobre el cuidado de los bienes patrimoniales en Guayaquil”. Es esto:


Vamos punto por punto.

Punto 1: ¿En serio tenían que empezar con una falacia “tu quoque”? Este es un inicio poco auspicioso, además de ruin.

Punto 2: Dicen no haber recibido ni un dólar para la preservación de bienes patrimoniales. Con esta lógica, si no le “dan” plata desde Quito, la Alcaldía de Guayaquil no va a invertir recursos propios para cuidar el patrimonio de la ciudad.

Punto 3: Empieza mal esta enumeración cuando inicia con “La Catedral de Guayaquil”, que es un vivo ejemplo de su incompetencia para el cuidado del patrimonio. Por lo demás, el resultado es una mezcla de peras con manzanas pues confunde las obligaciones de cuidado patrimonial con las obras públicas en general.

Punto 4: Pedirle a la Alcaldía de Guayaquil que “invierta” dineros públicos en el cuidado del patrimonio es insensato: como no es una tarea “jugosa” para los gremios inmobiliario y de la construcción, esto no convoca su interés (lo “jugoso” es su demolición). Pero la Alcaldía de Guayaquil es tan irresponsable que, teniendo desde el 3 de junio de 2015 la obligación de dictar “las ordenanzas o reglamentos que protejan el patrimonio cultural local para su preservación, mantenimiento y difusión” (Art. 12, núm. 2), todavía no lo hace.

Esto, a pesar de haber un concejo de alzamanos a disposición.

Punto 5: A la Alcaldía de Guayaquil parece estorbarle “La Casa del Cacao”. Su propósito es demolerla, aprovechar algunas cosas (“como chapas y rejas”) y construir algo nuevo. Se caga en nuestro patrimonio arquitectónico.

El Instituto Nacional de Patrimonio Cultural ha impedido que la Alcaldía de Guayaquil tire abajo la casa. A pesar de ser un inmueble de su propiedad y a pesar de tener una específica obligación legal (“Adoptar medidas precautelatorias para la protección del patrimonio cultural local”, Art. 13 núm. 3), la Alcaldía de Guayaquil no piensa hacer nada con este inmueble, salvo verlo caerse para responsabilizar de ello al INPC. Que se joda el patrimonio, que se joda un eventual ciudadano al que le caiga la casa o fragmentos de ella encima, que se joda el INPC.

La Alcaldía de Guayaquil pasa de todo. Este es su pueblo.

Punto 6: Su afán justiciero es notable. Ojalá empiecen por aclarar lo que parece un auto- atentado a un bien patrimonial para apurar su demolición. Porque, aún dados todos estos antecedentes, eso sería ya demasiado canalla.

Una rara ruptura. Publicado en Facebook, por Paola Martínez.

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Después de leer este comunicado, la “verdad” se ha revelado diáfana: en Guayaquil hay que tener mucho cuidado con el patrimonio. Lo administra su Alcaldía, tamaña irresponsable.

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