La parroquia rural Posorja
lo explica claramente: el Municipio de Guayaquil es un valedor de los intereses
de unas pocas empresas, en perjuicio de las grandes mayorías. Los gobiernos
parroquial rural de Posorja (una de las cinco parroquias rurales del cantón
Guayaquil) y cantonal de Guayaquil son ambos GAD (Gobierno Autónomo
Descentralizado): el GAD de Posorja es el más cercano al territorio parroquial (Posorja
está a más de 100 kilómetros de Guayaquil) y debe actuar de manera coordinada
con el GAD de Guayaquil para planificar el desarrollo de la parroquia y su
ordenamiento territorial (Constitución, Art. 238).
Una obligación de todo GAD
es planificar el desarrollo de su territorio (Constitución, Art. 241). El GAD
de Posorja, al mando de su Presidente del Gobierno Parroquial Rural, el
socialcristiano Jorge Banchón Adum (PSC-Madera de Guerrero), preparó para su
período de gobierno 2014-2019 el “Plan de Ordenamiento Territorial” al
que Constitución y leyes lo obligan, es decir, “un instrumento técnico de
planificación y gestión de corto, mediano y largo plazo que orienta de manera
integral el desarrollo y el ordenamiento del territorio” (“Introducción”, p. 11).
La lectura de este “Plan de Ordenamiento Territorial” (POT) es ilustrativa para entender cómo
funciona la administración del cantón Guayaquil y cómo la sufre su parroquia
rural Posorja. Lo resumo en la identificación de tres problemas que enfrenta este
gobierno parroquial y una conclusión sobre la situación actual de Posorja.
Tres problemas
1) Primer problema
El primer problema que
enfrenta el socialcristiano que está a cargo del GAD de Posorja (Jorge Banchón)
es que el socialcristiano del GAD de Guayaquil (Jaime Nebot) no piensa como él con relación a tener un POT
en el formato que propone la administración central. Así, lo que el
socialcristiano Banchón en la parroquia rural Posorja cumple, el
socialcristiano al mando del cantón Guayaquil lo desestima (“Municipio de
Guayaquil”, p. 18). Es un problema básico para una articulación efectiva entre
los dos GAD.
2) Segundo problema
Un segundo problema, más
grave, es la ausencia de voluntad
política del GAD de Guayaquil para trabajar en conjunto con el GAD de
Posorja. El POT destaca que hasta la fecha “no se da un proceso de articulación
técnico, social, político y normativo de los deseos de desarrollo de parroquia
con la visión de Cantón”. Lo que existe, es una actuación del Municipio de
Guayaquil “de forma práctica a la situación del desarrollo y no orgánica a los
instrumentos del Desarrollo” (“Articulación con el Cantón”, p. 157).
3) Tercer problema
El tercer problema, verdaderamente
central, es que el compromiso del GAD de
Guayaquil es para con las grandes empresas situadas en el territorio de la
parroquia rural Posorja, no con el desarrollo ni el bienestar de la población
allí asentada (más de 24.000 personas). Así, es una gran paradoja que Posorja
sea una de las parroquias más pobres del cantón Guayaquil, con un 73% de las
más de 24.000 personas con alguna necesidad básica insatisfecha (“Necesidades
básicas insatisfechas”, p. 74), pero que sea en su territorio que se encuentren
dos de los tres grupos económicos más grandes de la provincia del Guayas: Nirsa
y Salica, dedicados a la pesca industrial (“Pesca industrial”, p. 101).
Ninguna de estas dos empresas
“tiene programas y/o proyectos sociales y ambientales articulados a la
planificación del desarrollo sostenible local o parroquial” (“Responsabilidad
Social Empresarial en el área de influencia Industria Pesquera”, p. 103). Esto,
a pesar de que “las ventas totales de NIRSA y SALICA al 2014 son 1266 veces el
presupuesto aprobado 2014 para el GAD Parroquial Rural Posorja. Así mismo, los
Impuestos a la Renta de NIRSA y SALICA año 2014 son 16 veces el presupuesto
para el GAD Parroquial Rural” (“Enclave vs. Desarrollo”, p. 104).
Estas empresas y otras obtienen
abrumadoras ganancias en territorio posorjeño, pero dañan a la comunidad de
Posorja más de lo que la benefician. En material laboral, el POT de Posorja es
elocuente:
“El
capital privado industrial pesquero ha ido modificando el sistema económico de
la parroquia y particularmente las relaciones laborales de sus habitantes
quienes mayoritariamente se dedicaban a la pesca artesanal, el comercio y la
manufactura. A pesar de que las empresas Nirsa y Salica han aumentado las
plazas de trabajo local, a la par, han precarizado las condiciones laborales;
según testimonios de trabajadores de una de las empresas más grandes del
sector, las formas de relación laboral se establecen mediante dos modalidades:
el contrato definido y el contrato ocasional que terceriza mano de obra
calificada y no calificada. Los trabajadores que tienen más estabilidad
perciben el salario mínimo vital y los trabajadores tercerizados mediante la
figura de un contratista (la planta de harina y flota) perciben un ingreso
menor al salario mínimo vital, no tiene estabilidad y demás derechos laborales,
aunque sí están afiliados al seguro social.
Ambos
tipos de relación laboral es precaria pues están obligados a trabajar hasta
catorce horas diarias que supone una intensificación de los tiempos de
producción, imposibilidad de organización sindical (lo que repercute en la
pérdida de los derechos básicos como la organización, huelga y contratación
colectiva), disminución en la participación de la distribución de utilidades
(USD 500 por trabajador y USD 130 por carga familiar), liquidaciones ilegales
y/o impagas, amenazas y acciones de despido a través del visto bueno,
implementación del trabajo por ‘avance’ que consiste en cumplir una tarea en el
menor tiempo posible, imposición de multas excesivas por faltas al trabajo, aun
cuando se presenten las respectivas justificaciones” (“Condiciones laborales en
la actividad pesquera industrial”, p. 104).
La parroquia Posorja
concentra el 70% de las exportaciones atuneras del Ecuador, lo que ha producido
consecuencias indeseables también en materia de contaminación ambiental, puesto
que existe sobrepesca y un “fuerte impacto ambiental tanto en la zona terrestre
debido a los residuos de la industria [atunera], así como a la contaminación en
el océano” (“Ecosistemas frágiles, servicios ambientales y territorio bajo
conservación o manejo ambiental”, p. 33).
En materia de servicios
públicos, la situación es de muy alta deficiencia. La recolección de basura en
Posorja es irregular, pues “los camiones no entran a los barrios sino que pasan
únicamente por las vías principales”; el 61.09% de la población no posee
conexión a la red pública de alcantarillado y casi un 20% no recibe agua por
tubería, pero lo más escandaloso es que “existen problemas con la presión y
constancia de [la provisión de agua], ya que se corta el suministro en
determinadas horas para aprovisionar a las industrias locales, dejando sin agua
a la población” (“Infraestructura y acceso a servicios básicos, déficit,
cobertura, calidad: agua potable, electricidad, saneamiento, desechos sólidos”,
pp. 133-145).
Puede decirse que, en
buena medida, el beneficio a las grandes empresas en Posorja se lo hace a costa
del interés colectivo de la comunidad posorjeña.
N.B.: Todo
esto consta en un documento público, el Plan de Ordenamiento Territorial
elaborado por un gobierno parroquial a cargo de un socialcristiano. Es así, cuña
del mismo palo.
Conclusión
¿Cuál es la razón para que
esto sea así?
La clave está en el tercer
problema: el GAD de Guayaquil no tiene ningún interés en desarrollar este
territorio parroquial, como no sea para el beneficio de las grandes empresas
allí asentadas o que allí se asienten. En palabras del GAD de Posorja:
“La
propuesta cantonal se caracteriza por imponer un diseño urbano masificado sobre
el conjunto del territorio parroquial, vinculado a las obras de infraestructura
como el Puerto de Aguas Profundas y el Astillero. En este caso, el territorio actualmente
agrícola de Posorja técnicamente desaparecería para dar paso a infraestructura
de tipo portuaria, plataformas de movilización de mercancías, etc. Esto incluye
la utilización de zonas de manglar con este objetivo. Potencialmente las
actividades de carácter artesanal como la pesca sean afectadas por la presencia
de barcos grandes, la contaminación que esto conlleva, etc. Dicho modelo no ha
sido consultado ni socializado con la población de Posorja” (“Caracterización
del conflicto entre la propuesta de ordenamiento territorial parroquial y la
propuesta cantonal”, p. 211).
El gobierno cantonal de
Guayaquil carece de planificación, interviene en concretas “situaciones de
desarrollo” (es decir, a discreción) y lo hace a favor de las grandes empresas.
El saldo, en Posorja:
A)
En la población, pobreza y un alto índice de necesidades básicas insatisfechas;
B)
En las empresas grandes, ganancias sin control ambiental ni responsabilidad
social;
C)
En la Alcaldía de Guayaquil, una clara defensa de los intereses privados por
encima del interés público y la satisfacción de las necesidades de las
mayorías.
Pasa en Posorja, e
invariablemente pasa en el resto del cantón Guayaquil.
Yo me quedo con la frase de "cuña del mismo palo". Pero, mi pregunta es, Hay medidas legales que el GAD de Posorja puede seguir para 1) hacer que esas empresas tributen, por ejemplo, en Posorja y usas esas ganancias para mejoras las condiciones de los habitantes y 2) ayudar a mejoras las condiciones laborales de las mismas?. Porque quizás el que sean del mismo partido y, con eso de que "entre bomberos no se pisan las mangueras" el lleve su parte para mantener el status quo. Lo cual, no deja de ser una catástrofe para los pobladores de un cantón significativo de nuestro Guayas.
ResponderEliminarEs lo que sucede y llevará a la deriva de conflictos sociales que se querrán acallar con la compra de las decisiones de los dirigentes, hasta que todo estalle, hasta que los primeros decisores y cprruptores se hallan forrado de billetes y latas de sardinas.
ResponderEliminarCharles, creo que con una Constitución tan igualitarista, una acción de protección podría ser una herramienta útil para equilibrar una situación tan desigual.
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