Taxi guardabajo

10 de abril de 2019


El querido Taxi acaba de debutar en el fútbol amateur, con una derrota. Qué lejos está este recuerdo:


Esa entrada al Atahualpa es para el partido que Barcelona le ganó al Taxi dos por uno, con goles de Mina y Arroyo. Aquel 2012 el Taxi defendió su posibilidad de salir bicampeón nuevamente, pues ya lo había sido los años 2008 y 2009, así como fue campeón el 2011, obteniendo tres títulos en cuatro años. Su momento de mayor gloria: el Taxi a full.

A full de problemas futuros.

El triunfo de Barcelona en el Olímpico Atahualpa ese 18 de noviembre de 2012 puso a mi equipo a tiro de su corona # 14, mientras que al Deportivo Quito le cercenó una racha de siete partidos invicto. Su técnico, Rubén Darío Insúa (curiosamente, el D. T. de BSC en su corona # 13) declaró antes del cotejo: “esperamos seguir en esta racha ascendente para conseguir que D. Quito, una vez más, sea uno de los representantes del fútbol ecuatoriano”.

Pero no pasó lo dicho por el Poeta del Gol: el Taxi se empezó a alejar de su “racha ascendente”, para después despeñarse: años en blanco empezando por ese 2012 (salvo por una clasificación a la Copa Libertadores del 2014 en la que fue eliminado en primera ronda tras una derrota 4 a 1 a manos de Botafogo) hasta que el 2015 descendió a la Serie B por sanciones de la FIFA por deudas, únicamente para al año siguiente descender a la Segunda Categoría por más sanciones de la FIFA por deudas, y luego terminar el año 2018 por ser impedido de jugar fútbol profesional por una sanción de la FIFA por la deuda del club a “Chivo Peinado” Andrizzi. Hoy, instalado en el fútbol amateur, arrastra un monto total de siete millones de dólares adeudado a muchos, muchos jugadores. Kaputt Taxi.

El Deportivo Quito empezó mal su regreso a la primera división del fútbol del Ecuador con una derrota ante el necesariamente modesto equipo “Quito Corazón” por 2 a 1, en un partido que se jugó en el estadio “Gilberto Bedoya” de Cayambe. Como escribió Alejandro Rivadeneira en una columna reciente: “En lo deportivo, y si todo sale de maravilla, el Quito tardaría tres años en ganar el acceso a la Serie A. Pero también necesitaría ir resolviendo el tema de la deuda durante el trayecto, para que no sea descendido en mesa por falta de pago. […] Sí, es un futuro complejo y que tendrá momentos dolorosos. Pero es eso o dejarlo morir con una piadosa eutanasia, como quizás era lo más sencillo. Pero a los chullas siempre les ha gustado sufrir”.

Quién sabe si, dolores y sufrimiento mediante, lo logren (personalmente, deseo que sí lo hagan, porque es uno de nuestros clubes históricos, fundador de nuestro profesionalismo en 1957) pero por de pronto, le ha quedado al Quito como saldo, un probable récord de vergüenza: el ser un equipo cinco veces campeón de un torneo nacional de fútbol (‘64, ‘68, ‘08, ‘09, y ‘11) rebajado a jugar en el fútbol amateur de su país. Debe ser una singularidad del Deportivo Quito, este Taxi que, aunque apunta a ir para arriba, no deja de venirse guardabajo.

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