Ucronía de un Quito español

14 de abril de 2019


Imagínense una ucronía al amparo de este meme:

1821: Tras unos devaneos iniciales, las fuerzas militares de Guayaquil fueron mermadas por una devastadora fiebre amarilla. Esto, más los problemas entre los Libertadores para unir sus fuerzas a fin de liberar Quito (“queda muy lejos”, decía el general Santa Cruz), dejaron pendiente su liberación.
1823: El personal libertario se preocupa del Perú. Quito sigue su vida de rutina.
1824: Tras la Batalla de Ayacucho se firma un tratado que dispone la salida de España del territorio americano, salvo por el enclave de Quito. “Yo no lo quiero”, dijo Sucre. “Nosotros tampoco”, dijeron los españoles. “Deje así”, terció un quiteño. Así quedó.
1826: España entrega el puerto del Callao. América continental está perdida para el Reino de España, salvo el enclave de Quito (le quedan, además, las islas de Cuba y Puerto Rico). En Quito hay toros y alcohol.
1868: Levantamiento en Cuba organizado por Carlos Manuel de Céspedes. Quito sigue su rutina de toros y alcohol.
1895: Levantamiento en Cuba organizado por José Martí. Quito, fiel a sí misma: toros y alcohol.  
1898: Independencia de Cuba y Puerto Rico. Quito introduce una variante: alcohol y toros (el cambio es meramente semántico, cosas de borrachos).
1900: Invención del Cuba Libre, que en el mediano plazo aumentó la oferta alcohólica en Quito, todavía enclave español fiel a su “señor natural”, el Rey Alfonso XIII.  
1939: Quito mantiene la neutralidad de España al inicio de la Segunda Guerra Mundial. Tampoco es que podría hacer otra cosa.
1945: Se acaba la guerra. “Lo de siempre, cantinero”.
1992: Quinientos años del descubrimiento de América. En Quito, toros y alcohol, ¿cómo no?
2011: Triunfa una consulta popular que elimina la fiesta de los toros de la oferta de temerarias emociones alcohólicas de Quito (elimina la matanza de toros, para ser preciso). Les queda, sin embargo, más alcohol. Y, un poquito, Barcelona (pero el de España, verán).
2014: Felipe VI es proclamado Rey de los españoles. En Quito, festejan a su nuevo Rey con alcohol y añoranza de los toros.

Y olé.

1 comentarios:

Martin dijo...

Jajaja, estoy encantado con sus escritos. Aunque creo que en ese days of future past (?) españolísimos, no hubiese durado mucho Quito como enclave español.

No pasaban ni 10 años en los que:
a) Algún Gobernante grancolombiano/colombiano necesitado de una inyección de popularidad -para desviar la atención de lo desastrosa que es su gestión- haya terminado invadiendo ese cacho español en medio de los andes para "recuperar lo que fue del Virreynato de Nueva Granada y por ende de la heredera legítima la Gran Colombia/Colombia a secas" y España diga "nah, por tres haciendas y cuatro obrajes no vale la pena enviar el ejército..."

b) Sería la Melilla Andina