Todavía no empieza ni a gobernar el Presidente electo Guillermo Lasso, pero las señales que ha mandado son de una ecuatorianidad usual. Y por esto, en la primera demostración que tuvo de su capacidad para jugar a la política, que fue la elección de las autoridades de la Asamblea Nacional, Lasso lució mal.
Por el miedo a perder/decepcionar a su base talibán, Lasso faltó a un acuerdo con sus aliados de derecha y con la primera fuerza política en la Asamblea Nacional, actuó de una manera improvisada y resolvió el grave asunto en los últimos diez minutos. Traidor, sin planificación y al apuro. Fue la ecuatorianidad política en su estúpida cotidianidad. Y eso es un mal augurio.
Más allá de la cotidianidad nefasta y de bronquearse con el Don Corleone local, el principal error de la bancada de Lasso es haber entregado la clave de bóveda de la gobernabilidad del país a esa chanfaina compuesta por PK, DD e independientes*. Por ahora todo es risas, se burlaron de Correa y de Nebot, triunfaron. A partir del 24, esa chanfaina mostrará la garra y empezarán las exigencias nada ideológicas y muy concretas y específicas al Gobierno. Para ponerlo en simple: se necesitarán a unas tres María Paulas Romo del Reparto para alimentar a este monstruo de tres cabezas. Será el país de encontrarse, pero para retacearlo.
Y no hay nada nuevo bajo el sol, es la ecuatorianidad al palo.
* Pachakutik, AKA ‘Derecha con poncho’, es como la caja de chocolates del simpático subnormal Forrest Gump: ‘Nunca sabes lo que saldrá de allí’. La ID ya es hace rato la DD, Derecha Democrática, un partido de tunantes. Y los angurrientos independientes, dada la escasez, cotizarán sus votos al alza. Se vienen tiempos de rapiña, como es habitual.
Artículo profético ¿Será que Nebot salva al inútil o lo manda a dormir con los peces?
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