“El policía del metro: bella frente, mirada noble, nariz perfilada, expresión de sensibilidad e inteligencia, que me hicieron preguntarme qué hacía ese artista en potencia cubierto con ese desprestigiado uniforme. De pronto un compañero se acerca y le dice algo al oído. El policía empieza a reír, los ojos se le desorbitan, su nariz se achata, sus maxilares comienzan a desquiciarse, su perfecta dentadura asoma ferozmente, todos los tendones y nervios de su cuello vibran, sus músculos faciales se agarrotan y de sus fauces brota un rugido atroz, inhumano, como el de un jabalí acosado o un toro atravesado por el estoque. Su risa lo delata.” (Ribeyro, Julio Ramón, Prosas apátridas, Pág. 46)
“Algunos policías, en la latitud latinoamericana, suelen matizar de modo nefasto su trabajo convirtiéndose en delincuentes. Mientras no se los descubra, actúan en los dos flancos más conspicuos de la industria delictiva: en “favor del” y “en contra del” delito, en un acaparamiento esquizofrénico de roles opuestos.” (Neuman, Elías, Los que viven del delito y los otros. La delincuencia como industria, Pág. 90)
La policía te está extorsionando empezaba la canción Molotov… Yitux lo vivió en carne propia: me solidarizo contigo, pana.
(Escrito con la gentil colaboración del amigo Pablito Cevallos, quien facilitó la propicia cita del gran Elías Neuman –de quien les adjunto, además, el artículo “La legalización de las drogas y los temores concretos y difusos” para continuar con sólidos argumentos el debate de una entrada anterior)
“Algunos policías, en la latitud latinoamericana, suelen matizar de modo nefasto su trabajo convirtiéndose en delincuentes. Mientras no se los descubra, actúan en los dos flancos más conspicuos de la industria delictiva: en “favor del” y “en contra del” delito, en un acaparamiento esquizofrénico de roles opuestos.” (Neuman, Elías, Los que viven del delito y los otros. La delincuencia como industria, Pág. 90)
La policía te está extorsionando empezaba la canción Molotov… Yitux lo vivió en carne propia: me solidarizo contigo, pana.
(Escrito con la gentil colaboración del amigo Pablito Cevallos, quien facilitó la propicia cita del gran Elías Neuman –de quien les adjunto, además, el artículo “La legalización de las drogas y los temores concretos y difusos” para continuar con sólidos argumentos el debate de una entrada anterior)
Xavier,
ResponderEliminarpensé que en el post te referirías a la extorsión en casos como el de yitux. pregunto: ¿no es que el consumo está despenalizado en el ecuador? conozco 0 del tema pero creo que a partir de hace unos años la ley distingue entre posesión de droga para consumo y posesión para tráfico (la diferencia fundamental, la cantidad). y si es así, entonces el caso de yitux sería una real extorsión más allá de que quienes estemos contra la penalización de consumo y comercio así lo sintamos y simpaticemos con los afectados (por cierto, yitux, me solidarizo también contigo).
el caso es que si fuera así (y ya dije que no sé a cabalidad) estaríamos ante la típica situación en que la represión de la policía está amparada no en la ley sino en el prejuicio y la condena social (y no precisamente legal ni, para los efectos, estatal). eso me recuerda a lo que pasa con gays en las calles. basados en que la ley penalizaba el coito entre hombres (clarito: el acto sexual, NO el ser o lucir homosexual), los policías se sentían autorizados a abusar, léase acosar, patear, extorsionar y llevarse presos a individuos ostensiblemente gays. claro, hasta que éstos se cansaron del abuso y un día entre varios respondieron a las patadas de vuelta (y a la voz de 'que viva la lucha, no seremos fuertes pero sí muchas'). esto pasó en cuenca en el 97 (si no estoy tan mal) y derivó incluso en la declaratoria de inconstitucionalidad del triste artículo que penalizaba la cópula inter-masculina.
lo que quiero decir es que la interpretación policial suele ser elástica (y actuar contra-reo) y eso, entiendo, es ilegal sobre todo en materia penal. si el delito es traficar entonces si el policía me quiere llevar preso será bajo indicios de que lo que porto califica como cantidad para tráfico y si la ley es vaga al respecto pues que elaboren guías razonables, pero no que ante la duda la vía fácil sea mandarme al tarro. lo que pasa es que la policía actúa respaldada por el prejuicio social y el poco conocimiento del alcance de las leyes. y no es que pretenda culpar a la víctima (yo misma, abogada dice mi cartón, no conozco muchas leyes), solo digo que en causas impopulares (ser gay, usar drogas, et al) toca aprender a defenderse y, eventualmente, a motivar cambios. y es en esos casos donde, paradójicamente, el chancho estado y la chancha ley nos pueden servir mucho: de escudo contra las intromisiones indebidas de la sociedad mayoritaria.
azul
por cierto, creo que me expresé muy mal en mi primer comentario y sugerí diferencias entre extorsiones reales y "no tan reales". mal. hay extorsión cuando me ofrecen "transar" para evitar una sanción, independientemente de otras consideraciones. en todo caso,la distinción que he querido hacer es con respecto al supuesto delito que vuelve a consumidores presas fáciles de la extorsión.
ResponderEliminarEs jodido. También quería preguntar acerca de las implicaciones legales en cuanto a la droga. ¿Con cuánto te pueden meter preso? ¿Con cuánto te salvas? ¿Cuál es la condena? ¿También voy yo preso, así esté limpio por estar con gente que posee? etc, etc
ResponderEliminarEn todo caso es jodido. Estas respuestas servirán de ayuda en ciertos casos, pero solo en una minoría. La policía en esta ciudad (porque no he vivo en ninguna otra aún), son meros criminales y lastimosamente estamos a expensas de ellos.
En mi post resumí la historia para poder entrarme en el tema político. En la versión larga y real de los hechos, de los 6 paquetes de base de coca "encontrados" sólo 2 eran de mis panas. Los demás los habían puesto los pacos para querer embarrilarnos más. De hecho recuerdo una vez que un policía sacó mágicamente de mi bolsillo un paquete. Obviamente lo tenía guardado antes de revisarme y obviamente desde ahí nunca dejo que revisen mis bolsillos sino que yo mismo saco todo lo que tengo dentro.
Siguiendo con la historia, una amiga que estaba ahí, supuestamente ligada de alguna forma al intendente, advirtió a los pacos que iba a denunciarlos y que nos dejen en paz o llamaba a una autoridad superior. Lo único que supo responderme la inteligencia policial fue "dile a tu amiga que me vale verga que llame a quien sea, antes de que conteste ya le saqué la reputa y veremos si todavía le quedan fuerzas para hablar"
¿Cómo evitar a estos criminales? Andar con cédula siempre, fumar dentro de un lugar privado, comprar en un lugar seguro y nunca poner cara de cojudo. Ahora si queremos una solución real, la única que se me ocurre es la despenalización del uso, posesión y expendio de las drogas.
Salud! y gracias por vuestra solidaridad cybernética.
Azul, lamentablemente no es la ley (de por sí una entidad endeble en este país) sino la jurisprudencia la que ha hecho la distinción entre la cantidad de sustancia que constituye dosis personal de marihuana y la que se presume que es para tráfico. Entiendo (lo consulté con un amigo penalista, Fernando Yávar) que el gramaje es variable y va desde los 2 gramos hasta los 20. En resumidas cuentas, mayor espacio para la discrecionalidad (léase arbitrariedad) policial.
ResponderEliminarYitux, la sanción es personal. Si una persona tiene grifa y tú no, la persona que merece la sanción es aquella persona que tiene la grifa solamente.
Azul, como suele sucederme, de acuerdo: hay que aprender a defenderse y motivar cambios. Sigámosla. Abrazos.
ajá, los jurisprudentes haciendo interpretaciones elásticas como cualquier chapa callejero. razón adicional para que éstos se sientan autorizados...pero ¿sabes qué? quizás es mejor que la ley sea endeble en medio de tanta represión. peor sería una ley fuerte al servicio de estos animales de pito y toga, creo. en todo caso, mi postura ante la ley y el derecho es bastante marxista: los veo al servicio del poder-del-día (y poder entendido en el sentido bien amplio, por cierto, que no se limita al alcalde ni al presidente de turno ni a las formas evidentes de violencia). por eso, como comenté antes por aquí, creo que a las posibilidades emancipadoras del conservador derecho toca buscarlas en las grietas de éste y en los postulados más líricos (libertad, justicia, igualdad sustantiva, no discriminación, etc.)
ResponderEliminarcomo dice yitux la cosa en la calle es bien jodida. con unas autoridades y con unas leyes es peor que con otras, también es cierto. pero cambiando unas y otras, los abusos de los guardianes del 'orden' no terminan. eso lo sabe de largo cualquiera de 'conducta impropia' que zapatea calle. ¿qué hacer? o enclosetarse (y hacerles el juego a los que dicen 'tolerar' siempre y cuando no te vean) o ponerse creativo/a para de a poco ir recuperando los espacios públicos. la patrulla legal del proyecto trans en quito, pucha, mis respetos. se han ganado reconocimiento y ahora hasta dan talleres educativos a la policía, pero no descuidan sus patrullajes nocturnos donde se enfrentan pico a pico con los chapas "maleducados". una versión ciudadana de "speak softly and carry a big stick". mis respetos a esas manes. y entre las patrulleras actuales ninguna es abogada, por cierto. mejor aún. en todo caso, es un ejemplo. seguro habrá otras tantas iniciativas andando.
Azul, de acuerdo, muy de acuerdo. Esa veta de explorar las posibilidades emanciopatorias del derecho es, precisamente, la que me interesa del mismo, y la que debe complementarse (como bien apuntas con el ejemplo de la patrulla legal) con creativiadad y acciones en los espacios públicos, etc. Un abrazo.
ResponderEliminar