Por la vía de los penales,
Brasil obtuvo ayer el triunfo que saldaba su última deuda: el oro olímpico en
fútbol. Lo hizo a través de un mecanismo de definición que imaginó el portero ‘Master Willie’ McCrum. La idea se le
ocurrió a este millonario irlandés durante los partidos en que su equipo, el
Milford Everton, enfrentaba a otros equipos del condado de Armagh, en Irlanda (1).
A esta historia llegué,
porque una vez compré un libro llamado Going
dutch in Beijing: The international guide to doing the right thing, de Mark
McCrum y, en una búsqueda curiosa en Internet, encontré que este Mark McCrum
era el bisnieto de aquel imaginativo irlandés que logró elevar su petición de
incorporación de los penales a la International Football Board, que la
incorporó (tras algunas
resistencias iniciales) a las reglas del que se convertiría en el deporte más popular del mundo el 2 de junio de 1891 (2).
Hay un camino que recorre
desde 1891 hasta ayer, de Irlanda a Brasil, de McCrum para Neymar: ese penal
que definió el oro olímpico.
(1) ‘Campeón al fin: Brasil gana el ansiado oro en el fútbol en Río 2016’, www.rio2016.com, 20 de agosto de 2016; Guillermo
López, ‘Mr. McCrum, inventor del penalti’, Diario El país (España), 23 de abril
de 2007.
(2) Nancy
Wilson, ‘Going Dutch in Beijing by Mark McCrum’, The Riviera reporter; Robert
McCrum, ‘Penalty shoot-outs? Blame my great-grandfather’, The Guardian, 4 de
julio de 2004.
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