Juntarlos a César Montúfar
y a Jaime Nebot en un mismo movimiento político es (conceptualmente) como
juntar el agua y el aceite. Lo que demuestra esta extraña unión entre un académico
y un capataz es el triunfo del pragmatismo para sumar votos, porque (al menos
para César Montúfar) políticamente esta unión representa “el ser o la nada”. Mientras
que a Nebot, permite darle brillo a un membrete: “la unidad”.
El formato one-on-one permite un diálogo más fluido
y elaborar mejor las ideas. Al menos, cuando la entrevista está a cargo de Rabascall.
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