Diario Expreso comenzó su
noticia con una afirmación tajante:
“No hay
posibilidades de que Guayaquil apueste por un gran parque verde en el terreno
donde ahora está el aeropuerto José Joaquín de Olmedo cuando la terminal aérea
se mude a su nueva base, Daular, en 2024”.
La fuente de esta afirmación
fue el gerente de la Autoridad Portuaria, Nicolás Romero. Su razonamiento está
condensado en tres de sus declaraciones a diario Expreso (1):
1)
“Ya tiene Samanes y ha construido otros por todos lados”.
El discurso oficial de la
Alcaldía es que durante la administración del alcalde Jaime Nebot se han
incrementado las áreas verdes en Guayaquil desde el 0.5 metros cuadrados con
que la entregó León Febres-Cordero, tras ocho años de administración, hasta
casi los 9 metros cuadrados que recomienda, según Nebot, “una meta del milenio”
(2). Esto es una gran mentira, que
sólo se sostiene por el periodismo timorato, lerdo o cómplice que hay en
Guayaquil (3).
De esta afirmación resulta
curioso que el único parque que pudo nombrar Nicolás Romero, lo haya construido
el Gobierno central al que tanto desprecia. Pues haría mejor en encauzar su
desprecio hacia esos adefesios de áreas verdes que tienen los parques que
inaugura el Municipio de Guayaquil. Hace un par de días, el alcalde en su
cuenta de Twitter anunció la inauguración de un nuevo parque en Guayaquil (“1.545
metros cuadrados para los habitantes de la ciudadela Martha de Roldós”) con la
siguiente foto:
La proporción de cemento vs. áreas verdes habla por sí sola. Este adefesio no es la excepción, es la regla. |
2) “…porque
de eso se encargará la empresa extranjera que levantará la obra”.
Diario Expreso colocó esta
afirmación después de subrayar que “no hubo estudios, ni encuestas, ni ningún
tipo de socialización de la propuesta”. En consecuencia, no hubo ninguna
participación de los ciudadanos en la decisión sobre el futuro de un espacio
público, pues eso se lo ha reservado a la empresa que se encargará de la obra.
La decisión sobre el
espacio público no es de ninguna manera popular, pues pertenece en exclusiva a una empresa privada. Así
funciona la Alcaldía de Guayaquil: nuevamente, que así sea no es ninguna
excepción, es la regla.
3) “…
si ese parque no representa un ingreso económico”.
Según Nicolás Romero, si
no se gana dinero con el parque que se podría construir en los terrenos del
viejo aeropuerto, simplemente no es factible. La única alternativa que Romero
ha sido capaz de vislumbrar es “que se acceda con pago”, como se lo hecho con
un parque en San Diego, EE.UU.
Así, en este razonamiento,
el rendimiento del capital (o con mayor precisión, la ganancia para unos pocos)
está por encima del bienestar colectivo. Una vez más, esta práctica no es de
ninguna manera excepcional: es la regla que guía las obras y las políticas
públicas de la Alcaldía de Guayaquil.
*
Gracias, Nicolás Romero,
por haber sintetizado el ideario socialcristiano compuesto de mentiras
(afirmación primera), de exclusión (afirmación segunda) y de beneficio para
unos pocos (afirmación tercera) de una manera tan concisa y precisa. “Lo bueno,
si breve”, comentaba Baltasar Gracián, “dos veces bueno”.
(1) Blanca
Moncada, ‘Lo rentable marca el futuro del aeropuerto’, Diario Expreso, 20 de
septiembre de 2016. Todas las citas de Romero provienen de este documento.
(2) No
existe tal cosa. Sobre las cantinfladas de Nebot en esta materia, v. ‘El alcalde y las áreas verdes’, Xavier Flores Aguirre, 14 de febrero de 2016.
(3) Sobre
esta recurrente mentira de la Alcaldía, que sólo se sostiene debido a la
probada negligencia del periodismo guayaquileño, he escrito en mi blog varios
artículos bajo la etiqueta “Áreas verdes”. A ellos remito, en particular, a ‘La Alcaldía de Guayaquil y las áreas verdes’ y a ‘¿Áreas verdes en Guayaquil? ¿Dónde?’.
Saludos Xavier, me pregunto también cómo es que siendo gerente aeroportuario Romero está a cargo de decidir qué debe ser o no un espacio público.
ResponderEliminarUna razón más porque deben existir más espacios verdes en Guayaquil http://www.muyinteresante.es/naturaleza/articulo/en-los-barrios-mas-verdes-hay-menos-delincuencia-281470640165
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