23 de octubre de 2016

"Pan, amor y Superviena"

Borges se recluyó con Bioy Casares en una estancia en Pardo para escribir la publicidad “de un alimento más o menos búlgaro”, el yogurt ‘La Martona’, producto de un industrial tío de Bioy (Miguel Casares). De esta convivencia de una semana en una casa en ruinas, “en cuya chimenea crepitaban ramas de eucaliptos”, resultó el folleto comercial titulado ‘La leche cuajada’, que fue su primera colaboración conjunta (año 1935 ó 1936), antes incluso de Bustos Domecq. García Márquez, por su parte, antes de pegarle al gordo con su saga de los Buendía, juntó unos chochos por escribir un eslogan para una marca de pañuelos desechables: “Yo sin Kleenex no puedo vivir” (que fue, en realidad, idea de su mujer) (1).


 
En este plan de venderse a la publicidad en tiempos de chirez, Charly García, cumpleañero de hoy, escribió un jingle para una marca de salchichas que decía “pan, amor y Superviena”. Pero a diferencia del folleto comercial para el yogurt ‘La Martona’ y del eslogan ideado por la mujer de García Márquez para Kleenex, el estribillo de Charly García no fue aceptado (2). La Argentina se perdió de un jingle ganador.

Ni modo. La vanguardia es así.

(1) Alberto Borrini, ‘El debut de Borges y Bioy como publicitarios’, Diario La nación (Argentina), 21 de enero de 2003; Daniel Rito, 'La Martona, la marca sinónimo de la leche en Argentina', Mausoleo de Marcas, 24 de septiembre de 2014.
(2) Bruno Larocca, ‘Carlitos antes de Charly García’, Rolling Stone, 21 de octubre de 2016.

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