6 de enero de 2017

Capusotto y los Reyes Magos

En un principio, el número de los Reyes Magos que fueron a visitar a Jesús en el pesebre de Belén eran dos y así eran representados en las catacumbas romanas hasta entrado el siglo IV. Luego el número de Magos incrementó a media docena y en la tradición de la iglesia copta llegó a ser de sesenta (¡?). Un Padre de la Iglesia, el emasculado Orígenes, afirmó que los Magos eran tres y Tertuliano añadió que eran Reyes. Siglos después se incorporó la idea de que se llamaban Melchor, Gaspar y Baltasar; apenas en el siglo XVI se consolidó el que uno de ellos era negro (en latín, ‘fuscus’). Esta suerte le cupo a Baltasar (1).

Por esto, lo que hace Capusotto con la historia de los Reyes Magos es un regreso a sus orígenes, en los que apenas eran dos y ninguno era negro. Esta merma de Baltasar la representa con uno de los motivos más vigentes (i.e., la discriminación) que es, a su vez, uno de los más tradicionales, magistralmente representado por Micky Vainilla.

 
Capusotto, crack.

(1) Rodríguez, Pepe 1997, ‘Mitos y ritos de la Navidad’, Ediciones B, Barcelona, pp. 50-56.

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