El periodismo que vale la
pena:
“Ir contra
la corriente ha significado también decir lo que nadie quiere escuchar.
Incomodar también a nuestros lectores. Hacerlo por creer que el periodismo no
se debe a su público; sino a sus principios. Que la única manera que el
periodismo tiene para ayudar a su comunidad es utilizar todas las herramientas
a su alcance para decir incluso aquello que sus miembros no quieren saber. Nos
toca a nosotros decirle al rey que está desnudo. Y nos toca decirlo desde la
plaza pública, para que se entere todo el pueblo. Pero nos toca también decirle
al pueblo que el agua que bebe y ha bebido por años ha sido envenenada. Envenenada
por una historia continua de violencia y de injusticia; envenenada por la
manipulación política” (1).
El periodismo de Guayaquil
es su opuesto.
(1) “Ir contra la corriente”. Discurso del equipo de El Faro, ganador del
Reconocimiento a la Excelencia, Fundación para el Nuevo Periodismo
Iberoamericano.
Todo ese veneno existe en Guayaquil. Falta un periodismo que lo escriba.
Todo ese veneno existe en Guayaquil. Falta un periodismo que lo escriba.
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