4 de enero de 2017

"Hasta por las orejas"


Si asocian “hasta por las orejas” con algo sexual, hay tabla.

Por pecadores.

Porque si hubieran leído a los padres de la iglesia, gente que está en la jugada, sabrían que ese es un asunto de estricta santidad:

“Per aurem intrat Christus in Mariam” (1).

Traducción libre y barrial: “Cristo le entró a María por la oreja”.

Por supuesto, semejante frase carece de contenido sexual: “el oído de María no sería en este prodigioso episodio un canal genésico por el cual habría pasado materialmente el hálito/fluido fecundador de Dios Padre/Espíritu Santo ni, menos aún, el Verbo divino encarnado en forma de embrión o feto, sino el canal acústico por el que la Virgen recibió y aceptó de forma inmaterial la Palabra de Dios Padre proponiéndole la concepción/encarnación de la Palabra (Verbo) de Dios Hijo en su vientre sin desmedro de su virginidad”. ¡Cómo no? (1).

(1) Sobre las contribuciones de esta humorada a la historia del arte, v. Salvador González, José María, ‘Per aurem intrat Christus in Mariam. Aproximación iconográfica a la conceptio per aurem en la pintura italiana del Trecento desde fuentes patrísticas y teológicas’, Ilu. Revista de Ciencias de las Religiones, No. 20, 2015, pp. 193-230.

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