Juzgado por el descenso en
el número de usuarios de su terminal aérea, Guayaquil es cada vez menos destino.
El año 2016, el aeropuerto José Joaquín de Olmedo “registró un movimiento de
3.759.467 pasajeros, 83.733 más que el año previo, pero 225.283 menos usuarios
si se lo compara con el flujo registrado hace dos años” (1).
Fuente: Diario Expreso |
La razón para este
descenso la tiene Ángel Córdova, gerente de la empresa TAGSA, la administradora
privada del aeropuerto José Joaquín de Olmedo. Este funcionario le endosa la
responsabilidad a la ciudad:
“Es
importante primero comprender que los aeropuertos no son un destino, los
destinos son los países y ciudades. Entonces, las aerolíneas y las personas van
hacia los países o ciudades que son polos de atracción […] Nosotros como
aeropuerto conversamos con las aerolíneas, tratamos de convencerles de que
vengan, pero para que eso ocurra no basta con decirles que tienen un aeropuerto
bonito y con un buen servicio” (2).
La explicación para que
Guayaquil no resulte un “polo de atracción” para las empresas de aviación es
“la falta de promoción y la tramitología”. Sobre esta última, el presidente de
la Cámara de Turismo del Guayas, Holbach Muñetón, ha señalado que los trámites
en Guayaquil “son tan engorrosos, que las líneas aéreas se asustan” (3).
En resumen: Guayaquil es
una ciudad que registra un descenso en el uso de su terminal aérea, que no
resulta un “polo de atracción” para las empresas de aviación, que mantiene
“trámites engorrosos” en su administración pública y que ofrece una fracasada
promoción turística.
Un botón de muestra de
cómo funciona el llamado “modelo exitoso de desarrollo”.
(1)
‘Guayaquil deja de volar alto en el mercado aéreo’, Diario Expreso, 21 de abril
de 2017.
(2)
Ibíd. El diario atenúa la afirmación sobre la falta de atractivo de la ciudad
hecha por el gerente de TAGSA, pues afirma sin profundizar que “en ese sentido
Guayaquil viene perdiendo cierto encanto”. Un trabajo responsable y exhaustivo
buscaría desentrañar las deficiencias en la promoción turística de Guayaquil a
las que cabe atribuir la pérdida de “encanto”.
(3)
Ibíd. Esto de los “trámites engorrosos” es un mal generalizado de la Alcaldía
de Guayaquil, que rara vez es abordado por el periodismo de la ciudad.
Saludos Xavier
ResponderEliminarEs bueno leer algo de coherencia con tantos rumores e invenciones de la derecha. Ahora hay un tema que me preocupa y está relacionado a lo que escribiste. Que pasara con el aeropuerto de Chongon Daular? Si el gobierno local es conocido por manejar de manera ineficiente, a medias todo. Que pasara con ese humedal, la flora y la fauna? Según una noticia de El Universo habrá un tunel?!! Y eso sin mencionar las ciudadelas que van a construir? Lo que da pena es que una mala planificación ( como es costumbre de este gobierno local) podría destruir un ecosistema importante para la zona. Por qué los Ecologistas/ yasunidos del guayas no protestan?
Frank, ese aeropuerto está en camino, sea o no sea necesario. Es bastante probable: 1) que lo que se privilegie sea el negocio; 2) que el ambiente sea arrasado en el proceso de privilegiar el negocio. Esas dos consecuencias se desprenden de las prácticas históricas socialcristianas: así es como ha crecido Guayaquil.
ResponderEliminarLos "ecologistas/yasunidos del Guayas" casi no existen. Entre otras cosas, por el "trinomio maldito" de Guayaquil: una autoridad sabida, un periodismo irresponsable y una sociedad pasiva. Ellos están en la sociedad pasiva, la que puede protestar por lo que sucede en espacios a cientos de kilómetros de distancia, pero totalmente incapaz de protestar por la contaminación ambiental generalizada en razón de la ineficacia municipal en los controles, o por los esteros podridos en sus narices.
Saludos.