13 de junio de 2017

Aguas sucias y su porqué

Los servicios de agua potable y de alcantarillado sanitario son prestados por la empresa privada Interagua, por concesión de la Alcaldía de Guayaquil hecha el año 2001.
 
Increíblemente, la Alcaldía de Guayaquil conserva una imagen positiva en la prestación de los servicios de agua potable y de alcantarillado sanitario (por decirlo de otro modo, su responsabilidad política está intacta). Esto, aunque no solo que la Alcaldía de Guayaquil ha incumplido con sus propios estándares de eficiencia, sino que a observadores extranjeros independientes, como el periódico inglés The Guardian, les resulta evidente que la prestación de estos servicios es insuficiente.

Se dará cuenta de lo dicho, en los siguientes dos puntos:

Punto 1.- El año 2011, el alcalde Jaime Nebot afirmó que a fines del año 2011 o a comienzos del 2012, “todo Guayaquil tendrá el cien por ciento de agua potable” y que a fines del 2013 o a inicios del 2014, “todos tendrán alcantarillado sanitario” (1)

Por supuesto, esto resultó una mentira. En una entrevista años después de cumplido el plazo autoimpuesto, a fines del 2016, el alcalde Nebot admitió el incumplimiento de lo ofrecido, pues afirmó que todavía “falta 1% para tener agua potable al 100 % por tubería y 7 ú 8 % para acabar el alcantarillado sanitario” (2).

Punto 2.- El año pasado, el diario inglés The Guardian publicó una noticia sobre la prestación de los servicios de agua potable y de alcantarillado sanitario en Guayaquil. Allí, la empresa Interagua explicó su modus operandi: “Los que no tienen títulos legales no tienen derecho a recibir los servicios” (3)

Esta decisión hay que entenderla en el contexto de la arbitraria decisión del alcalde Nebot de excluir de los servicios básicos a una parte de su ciudad, ratificada por su Concejo Municipal compuesto de obedientes alzamanos:

“Yo he tomado la decisión de que aquí no vamos a legalizar un terreno ni vamos a poner una volqueta de cascajo ni un metro cuadrado de asfalto ni un metro de tubería de alcantarillado de agua potable más allá de la Sergio Toral” (4) 

Así, por una arbitrariedad del alcalde Jaime Nebot, decenas de miles de personas al oeste de la ciudad fueron privadas de recibir los servicios de alcantarillado sanitario y de agua potable (así como cualquier otro servicio de obligación municipal). De esta manera lo recogió The Guardian: “[Interagua] no es responsable por el agua y el alcantarillado sanitario de los muchos asentamientos informales de Guayaquil, dejando a muchos de sus residentes más pobres sin cobertura” (5).

Conclusión

A partir de la constatación hecha en el primer punto, se deduce que la gestión concesionada por la Alcaldía de Guayaquil no es eficiente en la prestación de los servicios de agua potable y de alcantarillado sanitario (pues se propone una meta y no la cumple); a partir del segundo punto, se deduce que el Municipio no tiene siquiera la intención de serlo. Su idea de desarrollo de Guayaquil incluye algunos que ganan (los sectores vinculados a la construcción y las clases medias en zonas regeneradas) y otros que pierden (los habitantes de las zonas suburbanas y, de manera general, los más pobres). El resultado es que ni excluyendo a decenas de miles de ciudadanos para acomodar sus cifras siempre vagas, la Alcaldía de Guayaquil alcanza la meta que desde el 2011 había anunciado.

Entonces, ¿por qué se puede creer que la Alcaldía de Guayaquil es “el gobierno local más eficiente”, como lo dice el apartado “Visión” de su página web?

Esto tiene soundtrack

Es probable que se deba a la misma razón por la que en los Estados Unidos de América se creen las mentiras del presidente Donald Trump, de acuerdo con Stephen Fry: por el síndrome de Dünning-Kruger (6). Específicamente, la razón por la que decenas de miles de personas creen que Guayaquil puede ser considerada una ciudad eficiente, es porque existe en el guayaquileño de clase media una “ilusión de conocimiento” acerca de su ciudad, cuando en realidad no tiene ni puta idea (7).

(1) Nebot: "332 obras ejecuta el Municipio"’, Blog de la Alcaldía de Guayaquil, 7 de enero de 2011.
(2) Contacto Directo / Entrevista Jaime Nebot’, Ecuavisa, YouTube, 6 de diciembre de 2016, min. 13:06-13:17”.
(3) Frederika Whitehead, Ecuadorians tired of waiting for a clean up of Guayaquil’s filthy waters’, The Guardian, 26 de mayo de 2016.
(5) Frederika Whitehead, Ibíd.
(6) Chris York, Stephen Fry explains why people believe Donald Trump’, Huffington Post, 15 de mayo de 2017.
(7) No porque sea congénitamente imbécil, por cierto. Esto sucede porque carece de elementos para formarse otro criterio (It’s like a child, who wanders in the middle of a movie…). En Guayaquil, el pensamiento hegemónico que se promueve y se permite en los medios de comunicación locales sumisos al poder socialcristiano, es decididamente favorable a esta tienda política y a su caudillo, Jaime Nebot. Tanto por lo que dicen, pero principalmente (don’t fool yourselves) por lo que se callan.

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