Como lo ha advertido la
dueña del diario El Comercio de la ciudad capital, Guadalupe Mantilla de Acquaviva, “Quito sin burocracia se parecería a Machachi”.
Estando en Quito, con unos
amigos guayaquileños, nos reíamos de la idea de que sin burocracia Quito caería
en fase de ruina. Abandonado de colombianas, venezolanas y manabas, Quito
entraría en un período de nalgas caídas.
Y podría muy bien cambiar su nombre a Infierno Frío, o Ciudad Tristeza, los que
le harían justicia.
Pero lo más probable es
que la burocracia siga vivificando a
Quito, para mayor fortuna de todos.
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