Ayer el diario
Expreso publicó un interesante artículo de autoría de Blanca Moncada sobre la
contaminación ambiental que permite la Alcaldía de Guayaquil dentro de su
jurisdicción, en el que constan las siguientes declaraciones del alcalde Jaime
Nebot:
“Tenemos un problema
serio en lo que respecta a los vertidos, especialmente con ciertos industriales
pequeños en el sector de la Tarqui popular. Se ha sancionado y se sigue
sancionando a mucha gente. Se ha obligado a muchísimos de ellos a hacer planes
de mitigación, que se han cumplido en inmensa mayoría; pero ese es un tema
pendiente” (1).
Al Alcalde Nebot le
preguntaron por las 475 empresas que operan en la ribera de los esteros y
contaminan con sus vertidos (de un total de 640 empresas: es decir, casi el 75%). ¿Y cómo se la saca de esta
muestra de notoria incompetencia? Pues con una afirmación rotunda: “Se ha
sancionado y se sigue sancionando a mucha gente”. Y si son reincidentes, Nebot embiste
de nuevo: “Los volvemos a sancionar y los seguimos sancionando” (2).
En estas afirmaciones
de la máxima autoridad de la ciudad debe abrevar el periodismo de investigación
(3). En este caso, para comprobar si
hubo mentira en los dichos de Jaime Nebot hay una forma simple, aunque trabajosa:
consiste en publicar la lista de las 475 empresas que no han cumplido
con los permisos ambientales y/o los planes de mitigación, con un detalle de
las veces que la Alcaldía de Guayaquil las ha sancionado, las veces que dichas
empresas han reincidido y las veces que la Alcaldía de Guayaquil las ha vuelto
a sancionar (4).
A nadie debería
sorprender que el resultado de esa investigación desmienta la retórica punitiva
del Alcalde de Guayaquil. Que esto sea así no tendría nada extraño: el modus operandi de la Alcaldía de
Guayaquil es la connivencia con el empresariado (especialmente con el gran empresariado) en desmedro del
ciudadano. En este caso, este modus
operandi consiste en que 475 empresas (en su propio beneficio económico)
pueden contaminar un bien público como los brazos de mar que atraviesan la ciudad.
Y la Alcaldía, mirar a otra parte.
La ocasión para
desmentir al Alcalde de Guayaquil está entonces servida. Es una oportunidad para construir
conciencia de que en los problemas de contaminación de los esteros de Guayaquil,
tiene una enorme responsabilidad la notoria aunque solapada incompetencia de esta
alcaldía socialcristiana.
(1)
Blanca Moncada, ‘475 empresas, en el Estero y sin licencia ambiental’, Diario
Expreso, 4 de junio de 2017.
(2)
Ibíd.
(3)
No hay goce cívico mayor que pillar a una autoridad pública en una mentira. O dicho desde
la perspectiva del oficio de periodista: la tarea de un periodismo honesto y
comprometido con los ciudadanos es eliminar el mayor número de mentiras que se
hayan admitido en la esfera pública. A Nebot se le han permitido demasiadas.
Por demasiado tiempo.
(4)
En adición, la investigación podría comprobar qué tanto se ajusta el perfil de
los infractores al de “ciertos industriales pequeños de la Tarqui popular”.
Probablemente, el perfil de los infractores sea mucho más complejo (sería otra mentirijilla de nuestro alcalde).
Estimado Xavier.
ResponderEliminarQuisiera saber como sería posible entablar una demanda al municipio por la contaminación del estero ? Es imposible? Que se necesita? O que manera legal se puede elaborar para que esto pare de raíz?
Yo ya estoy cansado de tanta indiferencia de la gente, quisiera saber tu opinion.
Saludos.