4 de julio de 2017

Bucaram opina [2005]


Opiniones de Abdalá Bucaram recogidas en el libro de entrevistas de Ángel Beccassino, ¿Quién le teme a Abdalá Bucaram?

Arosemena, Carlos Julio (1919-2004).- “Carlos Julio tenía eso, no se jactaba pero sí reconocía sus vicios masculinos, un hombre dedicado a la bebida, cosa que no comparto, un hombre dedicado a las mujeres, cosa que admiro… (risa), por no decir que comparto. Un hombre sabio, que se burlaba de sí mismo y de la sociedad. A mí me fascinaba Carlos Julio…” (p. 221).

Arteaga, Rosalía (1956).- “Es una chica capaz de todo con tal de conquistar las cosas a las que aspira o desea, y su vida lo dice: se casa con un hombre muy mayor porque era Alcalde, para poder ser importante. Ya después, cuando este hombre está muy avejentado, se va con un muchacho joven… Ahora, es su vida privada, hay que respetarla… Para nadie son desconocidos los informes militares que yo recibía, de reuniones en los valles de Los Chillos, de Rosalía con Paco Moncayo y de Claudia, la hermana, con el embajador de los Estados Unidos, Leslie Alexander, era obvio, eran notorias las relaciones afectivas que ahí existían” (p. 125).

Borja, Rodrigo (1935).- “[É]l ha presumido toda la vida de dos valoraciones: se ha creído el gran tirador, el gran macho, y yo conocía, por amistades… chicas, que me contaban que el tipo no era como él decía. Entonces por eso le dije que yo era un hombre joven, lleno de vida en ese momento, que era la elección del ‘88, y que él no iba a poder ante mi capacidad, mi potencia, mi pasión, porque él tenía la leche aguada, tenía el esperma aguado, era impotente. Y eso lo hería en su orgullo, y lo saqué de quicio. […] Y la otra característica de él es que se creía un hombre brillante, y yo sabía que él no era un hombre brillante. Él había hecho un par de libros donde solamente había copiado referencias de otros libros, porque finalmente los libros no son sino la suma de otros libros. Todos los que hemos hechos un libro sabemos que nos cobijamos en conceptos e ideas de otros libros, aquellas que nos gustan que las hacemos propias porque uno tiene el derecho, cuando lee un libro, a hacer propia la idea de ese libro. El problema con Borja es que plagia todo el libro… Entonces se ha pasado escribiendo a máquina durante mucho tiempo para fingir ser un hombre inteligente. A él le encanta que la gente lo vea como un hombre inteligente, que le pongan cuarenta títulos honoris causa, a pesar de los horrores que causa este infeliz. […] Borja es así, es un detallista, un hombre tirado a noble, a grande, a varón, y realmente no tiene antecedentes de eso porque es… La familia de él vendía cebiche, que es algo muy respetable, un cevichero… Y era un tipo que aspiraba a ser torero y lo único que le quedaron fueron los cuernos a este pobre diablo” (pp. 132-134).

Castro, Fidel (1926-2016).- “¡Cómo lo admiro! Admiro en Fidel Castro un millón de cosas que tiene. Me parece impresionante el hombre, me parece que es el hombre del siglo… Y puede ser verdad todo lo que dicen de él, que es un tirano, lo que quieran, pero yo lo admiro. Sencillamente lo admiro. No puedo decir nada más que lo que siento. Y, entonces, claro, no des esa declaración porque eso no te favorece con los gringos. ¡Me importa un culo! (p. 138).

Clinton, Bill (1946).- “Me gusta mucho Bill Clinton, como te dije, a raíz de la relación sexual con Mónica Lewinsky, me parece fabuloso que le haya dicho al mundo, con lo que hizo, miren, no es verdad que tengo un botón rojo, que voy a acabar el mundo, que voy a hacer una guerra nuclear, a mí lo que me gusta es que me mamen el huevo en una mesa oval. Es tan sencillo como eso, me parece tan humano…” (p. 89).

Clinton, Hillary (1947).- “Me parece una mujer sensualmente fabulosa, una mujer atractiva, una de las pocas mujeres con las cuales le pondría los cachos a mi esposa… Me fascina Hillary Clinton, y eso que ya tiene sus años” (p. 74).

Febres-Cordero, León (1931-2008): “Febres-Cordero es un hampón internacional, y obviamente, si Dios quiere, va a morir como un pirata que es, con un parche en el ojo y una pata de palo. Así tendrá que morir. Pero es un hombre que tiene un mérito: él se ha convencido de que es un hampón, él está convencido de que proviene de un sicario y ese sicariato lo va a seguir manteniendo. Él sólo es leal a él mismo. Sólo trabaja para él. A él le importa un carajo lo que piensen de él, su mérito es que es auténtico en su esfuerzo, o sea, es oligarca, es criminal, es ladrón, y a él le importa un carajo y lo reconoce inclusive. Pero es el centro alrededor del que gravitan los políticos de Ecuador. El verdadero palacio de gobierno en Ecuador es la perrera de Febres-Cordero. Es el gran capo, el gran padrino” (p. 153).

Gutiérrez, Lucio (1957).-  “[É]l está evolucionando, y está evolucionando favorablemente. Es verdad que quizá no tenga el mejor equipo, y que quizás tenga problemas de visión del país, pero tiene una virtud que no tienen muchos políticos, Lucio Gutiérrez: es un hombre noble. No es un hombre malo” (p. 75).

Mafia política.- “Yo creo que hay un mal endémico en el Ecuador, y es que se ha creado una banda política que es presidida por el doctor Rodrigo Borja Cevallos y por el ingeniero León Febres-Cordero, y es presidida además por el señor Paco Moncayo, y diputados como el doctor Marco Proaño Maya, que era de mi partido, el señor diputado Ramiro Rivera, el diputado Carlos Vallejo, el señor Andrés Vallejo… ¡Es una mafia! Una banda política, Miguel Orellana, Xavier Neira, que se dedican a negocios de Estado. Ese es el Ecuador. A ellos les importa un carajo que un cuatro por ciento de la población se haya ido del país, un hecho inédito que no se da ni en la fuga de los egipcios ante las diez plagas de Egipto” (p. 116-117).

Moncayo, Paco (1940).- “… para mí Paco Moncayo es un simple comprador y vendedor de armas y nada más. […] Un hombre totalmente pentagonal, totalmente dependiente del gobierno de los Estados Unidos, que eso fue Paco Moncayo, no podía admitir pues… a un descendiente de libanés [Alberto Dahik, N. del A.] en la Vicepresidencia de la República” (pp. 123-124).

Nebot, Jaime (1946).- “El otro día leí una declaración del señor Nebot (Jaime Nebot, alcalde de Guayaquil), que decía que algo no le gusta es la música. Estamos en la mierda. Un hombre al que no le gusta la música no es un hombre, por favor” (p. 79).

Noboa, Álvaro (1950).- “Entonces a este pobre hombre, que no sé si será buen o mal amante en la cama, nunca le han reconocido ningún mérito, ¿no? Yo pienso que él lo que quiere ahora no es ser Presidente, sino que la gente le reconozca algo por lo que él es. Pero, desgraciadamente, todo el mundo le dice: nunca será Presidente sin Bucaram. No es un líder, y el tipo quiere ser un líder, él quiere obligar a la gente a que le diga que él es un líder. Él quiere sentirse amado, apreciado por el pueblo, pero la gente no lo aprecia, no lo ama. Tiene muchísima plata, sí, que yo se la di…” (p. 148).

Pelé (1940): “Pienso que Pelé es un canalla domesticado, es un perro al que le dieron de comer y vive lamiéndole las bolsas al grupo que imperializa el fútbol, pienso que es un simple empleado de la FIFA que no tiene valor ni para defender lo que él fue [sic], el futbolista”.

Roldós, Jaime (1940-1981).- “Jaime Roldós comía con dieciséis tenedores, tenía los zapatos muy limpios y cruzaba las piernas de una forma muy elegante, y lo mataron porque no les convenía. Jaime era un hombre muy estético, nunca decía una mala palabra, era la contraposición de la informalidad de Bucaram, era un hombre muy inteligente, un filósofo, un pensador, un literato, un catedrático, muchas cosas que tal vez yo hubiera podido ser en mi vida, un hombre que andaba con terno 24 horas al día, un hombre extremadamente culto, que no buscaba el conflicto, y sin embargo lo mataron” (p. 73).

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Bucaram: un pintoresco ejercicio de randomness.

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