El 10 de agosto de 1809, el
nuevo Gobierno de Quito envió sendas comunicaciones a las provincias cercanas
para informarles del cambio de gobierno acaecido en su provincia. Su objetivo
era sumarlas a sus propósitos de auto-gobierno, con la provincia de Quito a la
cabeza. Un acta fechada el 16 de agosto de 1809 en Cuenca da cuenta de la comunicación
de los quiteños en los siguientes términos:
“Se abrió
el referido pliego que visto se encontró que contenía un oficio dirigido de
dicha ciudad de Quito, a los 10 de Agosto presente, firmado al parecer por el
Señor Marqués de Selva Alegre, comunicando que el pueblo de dicha ciudad,
temeroso de ser entregado a la dominación Francesa, se ha congregado y
declarado a ver cesado legítimamente los magistrados en las funciones que tenía
la Junta Central, y que en su consecuencia había creado otra igual Suprema
Junta interina con el tratamiento de Magestad para qué gobierne en nombre del
Señor Don Fernando Séptimo (que Dios guarde) mientras su Magestad recupera la
península o viene a imperar a América, eligiendo de Presidente de ella a el
referido Señor Marqués de Selva Alegre, con tratamiento de Alteza Serenísimo” (1).
Los cuencanos meditaron su
decisión y el resultado que le transmitieron a Quito fue similar al recibido de Guayaquil y Popayán: “recibieron respuestas desfavorables, de manera
que poco a poco Quito quedó al amparo de sus propios hijos, pues incluso las jurisdicciones
que estaban directamente bajo su control y que inicialmente se adhirieron a la
causa independentista, por obra de los realistas se fueron alejando y muchas
actuaron con un doble discurso” (2).
El pleito en Quito concluyó
el 24 de octubre de 1809, cuando los integrantes de la Junta se vieron obligados
a devolver el poder a manos de aquel a quien se lo habían arrebatado la mañana
del 10 de agosto, al Conde Ruiz de Castilla. El sueño de Quito duró poquito: 76
días. Quito quiso proponerse como el líder de la región, pero sólo cosechó
negativas y rechazo de aquellos a quienes buscó convencer de su liderazgo. Su
esfuerzo fue inútil.
Como líder, Quito fue muy
Lenín Moreno.
(1)
Cordero Íñiguez, Juan, ‘Historia
territorial de la Provincia del Azuay’, GAD Municipal del Cantón Cuenca, Cuenca,
2012, pp. 143-144.
(2)
Ibíd., p. 144.
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