22 de diciembre de 2018

Como un Lenín Moreno


El 10 de agosto de 1809, el nuevo Gobierno de Quito envió sendas comunicaciones a las provincias cercanas para informarles del cambio de gobierno acaecido en su provincia. Su objetivo era sumarlas a sus propósitos de auto-gobierno, con la provincia de Quito a la cabeza. Un acta fechada el 16 de agosto de 1809 en Cuenca da cuenta de la comunicación de los quiteños en los siguientes términos:

“Se abrió el referido pliego que visto se encontró que contenía un oficio dirigido de dicha ciudad de Quito, a los 10 de Agosto presente, firmado al parecer por el Señor Marqués de Selva Alegre, comunicando que el pueblo de dicha ciudad, temeroso de ser entregado a la dominación Francesa, se ha congregado y declarado a ver cesado legítimamente los magistrados en las funciones que tenía la Junta Central, y que en su consecuencia había creado otra igual Suprema Junta interina con el tratamiento de Magestad para qué gobierne en nombre del Señor Don Fernando Séptimo (que Dios guarde) mientras su Magestad recupera la península o viene a imperar a América, eligiendo de Presidente de ella a el referido Señor Marqués de Selva Alegre, con tratamiento de Alteza Serenísimo” (1).

Los cuencanos meditaron su decisión y el resultado que le transmitieron a Quito fue similar al recibido de Guayaquil y Popayán: “recibieron respuestas desfavorables, de manera que poco a poco Quito quedó al amparo de sus propios hijos, pues incluso las jurisdicciones que estaban directamente bajo su control y que inicialmente se adhirieron a la causa independentista, por obra de los realistas se fueron alejando y muchas actuaron con un doble discurso” (2).

El pleito en Quito concluyó el 24 de octubre de 1809, cuando los integrantes de la Junta se vieron obligados a devolver el poder a manos de aquel a quien se lo habían arrebatado la mañana del 10 de agosto, al Conde Ruiz de Castilla. El sueño de Quito duró poquito: 76 días. Quito quiso proponerse como el líder de la región, pero sólo cosechó negativas y rechazo de aquellos a quienes buscó convencer de su liderazgo. Su esfuerzo fue inútil.

Como líder, Quito fue muy Lenín Moreno.

(1) Cordero Íñiguez, Juan, ‘Historia territorial de la Provincia del Azuay’, GAD Municipal del Cantón Cuenca, Cuenca, 2012, pp. 143-144.
(2) Ibíd., p. 144.

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