San Miguel de Ibarra, la
ciudad blanca, registró dos batallas en sus alrededores durante la época de la
independencia americana del Reino de España. Estas dos batallas fueron parte de
momentos de cierre de ciclos de lucha, que tienen un hecho en común: las dos
batallas sirvieron para aplacar las insubordinaciones internas de Estados, pero
ninguno de esos dos Estados fue el ecuatoriano.
La primera batalla de
Ibarra sucedió en 1812, entre el 27 de noviembre y el 1 de diciembre, cuando las
fuerzas del español Toribio Montes derrotaron a las fuerzas insurgentes de
Quito que comandaban Carlos Montúfar y Francisco Calderón. Vencida esta
insurgencia que buscó, sin éxito, una mayor autonomía para la jurisdicción que
gobernaba Quito (la Sierra centro-norte) dentro del imperio español de Ultramar,
reinó en Quito una calma casi ininterrumpida hasta la batalla del Pichincha en
1822.
La segunda batalla de
Ibarra sucedió en 1823. Allí, el 17 de julio, el Ejército colombiano a cargo de
Simón Bolívar derrotó a las fuerzas insurgentes de Agustín Agualongo.
Para esta época, la agregación de los territorios de Quito, Cuenca y Guayaquil a
Colombia, con el nombre del Distrito del Sur, estaba ya consumada (habían
triunfado en las faldas del volcán Pichincha las fuerzas conjuntas de Bolívar y
San Martín + el decisivo apoyo de la legión británica). Pero el naciente país enfrentaba
un riesgo: la insurgencia de los pastusos al norte de Quito, la capital del Distrito
del Sur de la Colombia que Simón Bolívar presidía (un país que comprendía los
que hoy son Colombia, Venezuela, Ecuador, Panamá y partes de Costa Rica y
Brasil). Para julio de 1823 el Presidente Simón Bolívar andaba por Quito en la
grata compañía de Manuela Culea cuando asomó este riesgo y él viajó a conjurarlo
en la única batalla (de las nueve que conforman el ciclo independentista
de la que es hoy la República del Ecuador) que él dirigió en el territorio que
sería del Ecuador unos años después. Bolívar fue a Ibarra a aplacar una “insubordinación”
en la República de Colombia: fue a resolverlo por la espada, en persona. Y ganó.
Kramer disfrazado de Bolívar. Obra de Hugo Chávez. |
Las dos batallas de Ibarra
se diferencian en varias cosas: la de 1812 cerró el período de insurgencia por
un mayor autogobierno de Quito dentro de una antigua monarquía, mientras que la
de 1823 contribuyó a concluir un período de insurgencia dentro de una nueva república.
En la batalla de Ibarra de 1812 triunfaron los realistas, mientras que en la batalla
de 1823 perdieron los realistas. Sin embargo, ambas batallas tiene un elemento en
común: la batalla de 1812 concluyó una insubordinación interna de una provincia
ecuatorial del Reino de España, acaecida entre 1809-1812; la de 1823, aplacó una
insubordinación interna en el Distrito del Sur de la naciente República de
Colombia.
Son dos batallas sucedidas
en una ciudad hoy ecuatoriana, que curiosamente no se libraron por la República
del Ecuador.
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