Si la política fuera como la
mafia, Lenin Moreno es un traidor que se vendió a otra famiglia para ejecutar el trabajo sucio de eliminar a su anterior
Jefe, a quien hasta hace poco le lavaba la ropa interior después de lamerla, pero
que resultó un perfecto incompetente para cumplir el trabajo que ofreció
hacer (lo intentó, incluso contrató al decrépito Bugs Trujillo). Después de intentarlo por dos años, por masacre (de
votos), el que resultó muerto fue Moreno. Y su antiguo Jefe, sigue tan campante.
La política es mucha mafia y nuestros políticos no se privan de conductas mafiosas (no
todos, pero sí un montonsote, y en cargos altos) y el párrafo anterior es una
descripción bastante precisa de lo que ha pasado en estas últimas elecciones en
el Ecuador (salvo por la parte de lamer la ropa interior de su exjefe, aunque
de este sujeto ya toda degradación es esperable). Tras el domingo 24 de marzo,
Lenin Moreno se convirtió en el Presidente más prescindible de nuestra
historia, el sujeto más innecesario y redundante del Ecuador presente.
La famiglia lo exprimirá un rato más, como una toronja, y luego lo descartará
porque es un lastre (paradójicamente, no lo eliminarían por saber demasiado,
sino por no saber nada: por ser un caso de abrumadora inutilidad). Vendrán los
emisarios de quien está claro que busca mandar el país, y le dirán: “This way, or the highway”. Un tipo tan
débil como Moreno, únicamente podrá musitar: “This way”.
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