En 1970, Beatles over, Jann Wenner entrevistó a John
Lennon y le preguntó por un libro de Hunter Davies. Por toda respuesta,
Lennon esquivó la pregunta y divagó:
“No sé, no
lo recuerdo. Love me do, de Michael
Braun, fue un mejor libro sobre los Beatles. Decía la verdad. Él escribió como
éramos, unos desgraciados. No se puede ser de otra manera con tanta presión… y
nos desquitábamos con personas como Neil, Derek y Mal. Es por eso que en el
fondo nos guardan resentimiento, pero nunca pudieron demostrarlo. Y no lo
creerán cuando lo lean, si esto llega a imprimirse. Pero soportaron mucha
mierda de nosotros porque estábamos en una situación de mierda. Era un trabajo duro y alguien debía pagar por ello. Eso
se pasa por alto, la clase de desgraciados que éramos. Desgraciados de primera,
eso es lo que eran los Beatles. Debes ser un desgraciado para tener éxito. Eso
es un hecho, y los Beatles eran los desgraciados más grandes del planeta. […]
No hay duda, si tienes éxito es porque eres un desgraciado”*.
Tal es la filosofía del
éxito de John Lennon: ser exitoso es ser un hijoputa,
un cagador. Muy, muy socialcristiano**.
* Wenner,
Jann S., ‘Lennon recuerda’, Aguilar,
México, 2005, p. 89 [Título original: Lennon
remembers, 1971]. “Neil, Derek y Mal” son Neil Aspinall, su representante
para giras, Derek Taylor, su oficial de prensa, y Mal Evans, su ayudante y
guardaespaldas. La palabra “desgraciado”, en la entrevista original, es
una traducción de “bastard”.
**
Los socialcristianos son unos extremistas de esta teoría nefasta (unos ultras
de Lennon) al punto de haberla convertido en un “modelo de desarrollo”, mismo
que de sostenerse en el tiempo, cagará por completo a una ciudad hoy a la deriva. (“cagará”, es literal: Guayaquil se inundará de caca et al.)
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