A principios de octubre de 2019, el abogado guayaquileño Jaime Nebot Saadi pudo pensarse Presidente de la República del Ecuador. Pero ese octubre llegaron el asocio con y la protección del Presidente Moreno, la breve capitalidad de Guayaquil, el abierto desprecio a los indígenas [v. ‘Nebot antes de la marcha’ y ‘Nebot, después de su discurso’]. A mayor inri, después llegó la pandemia y su acción devastadora en marzo y abril de 2020 [v. ‘Guayaquil y el modelo que tocó fin’]. En una administración PSC, la ciudad de Guayaquil fue, a los ojos del mundo-mundial, un fracaso criminal en la contención del Covid-19. Al modelo de Nebot se le cayó lo ‘exitoso’.
A principios de octubre de 2021, el abogado guayaquileño Jaime Nebot Saadi es un hombre en procura de una venganza. De la Presidencia de la República, ya ni hablar (desde octubre de 2019 la idea de acceder a ella se tornó quimérica: el paso del tiempo descalabró cualquier posibilidad). Nebot declinó su candidatura, dejándole así la vía libre a su antiguo amiwi, Guillermo Lasso. Nebot dijo, en ese tiempo, que iba a optar por otra vía para servir, a través de su propuesta de consulta popular. Esta propuesta de Nebot no pasó el filtro de la Corte Constitucional y una mayoría de jueces (5 de 9) le pincharon su globito*.
Nebot apoyó a su amiwi en las elecciones del 2021, Lasso triunfó, y así, dio inicio
el primer gobierno programáticamente de derechas desde el gobierno del nefasto
Durán-Ballén [v. ¿Por qué el Presidente Durán-Ballén fue un desastre?]. Los tiempos parecían propicios.
La relación entre Lasso y Nebot siempre fue asimétrica a favor de Nebot. Nebot pudo pensar en llegar a un acuerdo de gobernabilidad y en tener un rol importante en el nuevo gobierno derechista. Pero llegar a la Presidencia de la República (coto vedado para Nebot) lo cambió a Lasso, quien ahora siente (porque así es) que estar en la Presidencia lo sitúa en el lado superior de la relación asimétrica que él mantiene con Nebot.
Tras este vuelco en la relación, Lasso parloteó pero para luego boicotear el inminente acuerdo con Nebot and pals, por el que hubiera llegado a la Presidencia de la Asamblea Nacional un líder socialcristiano, Henry Kronfle. Así, como una clara evidencia del vuelco en la asimetría, finalmente, Lasso lo pateó a Nebot.
Y es por ello que hoy, en su ocaso político, Jaime Nebot Saadi es un hombre en procura de una venganza. (La Presidencia de la República se evaporó de entre sus aspiraciones.) Nebot sabe bien que la política del Ecuador le otorgará muchas herramientas y oportunidades para ejecutar su venganza. Casi octogenario, pero él estará siempre al acecho del momento para ejecutarla.
Pero ojo, no es por idealismo. Es por un mejor reparto.
* Nebot dijo que la decisión de los cinco jueces era ‘el principio de su fin’. Pero a esos cinco jueces se los observa tan campantes como para póster de Johnnie Walker®. En otros tiempos, esta sentencia de Jaime Nebot implicaba una consecuencia en el mundo real; hoy, fue pura farfulla. Un síntoma del menguante poderío en su ocaso.
Concuerdo en todo, y ahora con lo de pandora papers aprovechará la coyuntura para ejecutar su venganza o azuzará a sus canes para que muerda hasta el hueso
ResponderEliminarNebot va a tener un último round. Puede gobernar con Cucalón, o permitir que tumben a Lasso y lanzarse al ruedo.
ResponderEliminarCon decir que va a poner orden y luchar contra la delincuencia tendrá como mínimo el 30% del voto.