El comportamiento del Estado del Ecuador en los últimos días es congruente con su condición de país del chuchaqui perpetuo.
En el foro internacional, se ha comportado como un borracho (siempre ha sido un gran beodo republicano) pero la nota distintiva de estos últimos días es que se ha convertido en el borracho necio de América. Uno que rompe normas básicas del derecho internacional (es decir, la caga en grande), pero que nunca admite que la cagó y jamás pide disculpas, pues al contrario le echa la culpa a otro de haber motivado la desgracia que él cometió.
Por supuesto, nadie en la fiesta de la democracia (ningún otro país de América) piensa que la cagada del Ecuador tiene sentido o futuro; pero eso a nuestro borracho necio le tiene muy sin cuidado.
¿Qué se puede hacer cuando vives en un país que se comporta como un borracho necio? Pedir disculpas, y mirarlo partir rumbo a las tierras del chuchaqui.
A estas alturas, el Ecuador no es ni bueno ni malo: es un incorregible dipsómano.
Y ya tienes a los famosos cadáveres políticos, Jamil Mahuad y Alberto Dahik, aplaudiendo la invasión a la embajada mexicana; al renombrado académico Pablo Lucio Paredes diciendo que el impacto en las relaciones cormerciales con México es mínimo porque no exiten mayores relaciones comerciales entre los dos países; al distinguido experto en derecho constitucional Hernán Perez Loose diciendo que es nuestro deber informar a la OEA que Glas y Correa "son unos delincuentes." Con esa clase de expertos y académcos quedamos aún más ridiculizados ante el mundo.
ResponderEliminarHace unos días leyendo en twitter (me niego a denominarlo X, como quiere el sudafricano nacionalizado estadounidense aquel) una discusión sobre el rol del empresariado ecuatoriano, recordé que un gran amigo argentino sentenció que su país "tiene los capitalistas más tontos y limitados sobre la faz de la tierra".
ResponderEliminarDicha ardiente (y llena de bronca) afirmación era producto de las incongruencias que los grandes capitales del cono sur muestran respecto "al libre mercado". Bueno, lo que ellos conocen como libre mercado. Porque allá (en sus palabras) "todos defienden su kiosco", es decir, lloran un proteccionismo velado y los efectos de la "mano invisible del mercado" sólo aparecen cuando ellos son afectados.
Imposible no trasladar este análisis (más, menos elaborado, pero interesante) a nuestro país y me pregunto si acaso el empresariado ecuatoriano no se encuentra estancado (pero muy a gusto) en un estado similar a los self made men que hicieron su fortuna en los EEUU de la prohibición y que hasta mediados del siglo pasado buscaban (como la familia Corleone en aquel gran filme) "ser legítimos"?
La gran diferencia quizás, es que estos "emprendedores criollos" forjaron su riqueza en el contrabando de otros preciados bienes, sean tierras invadidas, el trabajo de los indios, o negocios con amigos en el poder.