Publicado en diario Expreso el viernes 12 de abril de 2024.
Todas las décadas entre 1930 y 1970 lo tuvieron a José María Velasco Ibarra como la máxima autoridad del Poder Ejecutivo. Entre 1934 y 1935, entre 1944 y 1947, entre 1952 y 1956, entre 1960 y 1961, y entre 1968 y 1972. A la década de los setenta, Velasco Ibarra llegó como un dictador, pues elegido en las urnas en junio de 1968 se declaró dictador en junio de 1970. Un golpe militar lo tumbó en febrero de 1972.
Cuando después de la dictadura militar volvimos a la democracia, Velasco Ibarra ya no estaba allí. Murió en marzo de 1979, a los 86 años.
En sus cinco décadas de presencia en la política ecuatoriana, Velasco Ibarra sumó un total de seis presidencias. Cuatro veces fue elegido presidente por la voluntad popular, siendo el ecuatoriano más veces favorecido por el voto popular para la obtención de la presidencia (la primera vez en 1934, la última vez en 1968). En el Ecuador todavía es recordada una frase a él atribuida: “Dadme un balcón en cada pueblo y seré presidente”. Se la recuerda cada vez más como un lejano testimonio de un tiempo de política de masas sin redes sociales.
Como evidencia de nuestra inestabilidad política, Velasco Ibarra es también el ecuatoriano que más veces ha intentado declararse dictador, por tres oportunidades, lográndolo en dos de ellas. La vez que fracasó fue en 1935, cuando el ejército no secundó su golpe de Estado y lo obligó a renunciar. De esta época es otra de sus frases famosas: “Me precipité sobre las bayonetas”, tal vez también un testimonio de la obsolescencia de las armas del Ejército en esa época.
Las otras dos presidencias de Velasco Ibarra fueron obra de votaciones en asambleas constitucionales, ambas reunidas en la década del cuarenta. Tras el triunfo de la llamada “revolución Gloriosa” que el 28 de mayo de 1944 depuso al gobierno de Carlos Arroyo del Río, una asamblea constitucional redactó una Constitución progresista y lo designó presidente de la República a Velasco Ibarra para que gobierne bajo el imperio de la nueva Constitución. Esa Constitución fue aprobada y entró en vigor el 6 de marzo de 1945.
Pero el marzo siguiente, específicamente el día 30, Velasco Ibarra se declaró dictador y, a diferencia de 1935, esta vez sí fue exitoso. Desconoció la Constitución de 1945 y puso en vigor la Constitución de 1906. En seguida organizó una nueva asamblea constitucional, que dictó una nueva Constitución que ya no era progresista y lo eligió a él presidente.
Esta nueva Constitución entró en vigor el 31 de diciembre de 1946. Velasco Ibarra no pudo gobernar mucho tiempo bajo su imperio, porque en agosto de 1947, su Ministro de Defensa, Carlos Mancheno Cajas, ensayó un golpe de Estado y obligó a Velasco Ibarra a renunciar el día 23. Cuando este golpe de Estado (conocido como el “Manchenazo”) fracasó, la política ecuatoriana siguió su curso prescindiendo de Velasco Ibarra, pues él ya había renunciado.
El récord de Velasco Ibarra: Seis presidencias en total, cuatro veces elegido por la voluntad popular, dos veces dictador (de las tres que lo intentó). Es muy revelador de nuestra cultura política que la figura señera de nuestra democracia de masas en el siglo XX tenga tan sostenida y acusada vocación dictatorial.
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