En el Resumen Ejecutivo
del proyecto RADIUS (‘Herramientas de Evaluación del Riesgo para el Diagnóstico
de Zonas Urbanas contra Desastres Sísmicos’) se rememoran algunos desastres
históricos en Guayaquil, entre ellos, el terremoto del 13 de mayo de 1942, que
“reportó una intensidad máxima de IX grados en la escala modificada de Mercalli”
en el centro de la ciudad y en otras zonas del “centro, sur y oeste, también
cimentadas sobre terreno blando” se observó una intensidad igual a VIII,
mientras que “sobre roca” la intensidad observada fue de VI. El saldo de este terremoto fueron “40 muertos” causados “por el colapso de edificios”. Hubo también “11 personas
gravemente heridas en otros sectores del centro, la mayoría por caída de
paredes o techos”. Se precisó, además, que “el mayor número de muertes se
produjo por el colapso del edificio de cinco pisos donde funcionaba la clínica
Arreaga” (1).
En una de sus hermosas
estampas sobre un Guayaquil que se fue, Guido Garay recordaba que “en el
terremoto del 13 de mayo de 1942 que sufrió nuestra ciudad, se cayeron varios
edificios de concreto, y una gran mayoría de ellos quedaron en muy malas
condiciones; en cambio, las casas de madera, caña o mixtas no les pasó
absolutamente nada” (2).
Mucho ha cambiado
Guayaquil desde aquel lejano 1942: en aquella época, Guayaquil tenía apenas 180.000
habitantes en una extensión urbana de 800 hectáreas, mientras que a la fecha
del proyecto RADIUS (1999) tenía “una población 14 veces mayor y una extensión
42 veces más grande”, la que 17 años después (16 de los cuales vividos durante
la administración municipal de Jaime Nebot) ha aumentado en población y
extensión, e incrementado así de manera correlativa el riesgo para la
ciudad. En el Resumen Ejecutivo del proyecto RADIUS se advirtió que el número
de fatalidades en comparación con las acontecidas el año 1942 “podría ser mucho
mayor, porque la vulnerabilidad de la ciudad ha aumentado por la vetustez de
muchas edificaciones, el incremento de la construcción informal con materiales
pesados sin previsiones sísmicas, y la falta de aplicación de códigos de diseño
sismo-resistente” (3). Así, la
conclusión del proyecto RADIUS resulta muy preocupante: “La ciudad no se encuentra
preparada para enfrentar los efectos de un terremoto de intensidad VIII” (4).
De larga data (y durante
toda la administración de los socialcristianos, empezada en 1992) Guayaquil ha
crecido sin control, sin respeto a la normativa de control de las edificaciones.
El propio director de Ordenamiento Territorial de la Alcaldía de Guayaquil, Guillermo
Argüello, reconoció hace poco que “no hay que negar la reticencia de la ciudadanía a hacer
trámites” de control (5). Como consecuencia, expertos
calculan que “el 70% de las viviendas de la ciudad ha sido construido de manera
informal, sin un plano o estudio de por medio. Y del otro 30%, en la mayoría de
casos no se ejecutaron los planos presentados” (6).
En estas circunstancias, si
un terremoto como el del 13 de mayo de 1942 sucediera al día de hoy en
Guayaquil se estima que habrían unos 22.000 muertos y 90.000 heridos, así como
daños por encima de los 1.000.000.000 USD (7).
En un estudio de la revista Forbes, recogido por diario El universo, se estableció
que Guayaquil era la décimo tercera ciudad más vulnerable a los terremotos en el
mundo (8).
Este es un escenario grave y preocupante,
frente al cual la Alcaldía de Guayaquil no sólo no ha hecho lo suficiente, sino
que ni siquiera está en capacidad de hacer apenas lo básico, aquello a lo que está
legalmente obligada: esto es, a ejercer el debido control de las edificaciones que se
construyen en la ciudad (9).
Se van a cumplir este 10 de agosto, en este rubro
y cubriendo los cuatro períodos de gobierno del alcalde Nebot, 16 años de continuado
fracaso. Algo imperdonable en un tema de tanta gravedad.
(1) ‘Proyecto Radius. Herramientas de Evaluación del Riesgo para el Diagnóstico de Zonas Urbanas contra Desastres Sísmicos’, Vol. I, Reporte Final a la Secretaría del
IDNDR de las Nacionales Unidas [Preparado por: Jaime Argudo Rodríguez], p. 9.
El desplome del edificio donde funcionaba la clínica Arreaga-Gómez ocasionó 29
muertes. Estaba situado en un edificio de la familia Cucalón, de propiedad de
Manuel Eduardo Cucalón Poveda y construido por el Ing. Leonardo Guarderas
Sotomayor: v., para el número de muertos: González Mora, Iván Eduardo,
‘Actualización de la evaluación del riesgo sísmico en edificios de hormigón armado en los sectores con mayor riesgo sísmico de Guayaquil’, Trabajo de grado
previo a la obtención del título de Ingeniero Civil [Director: Ing. Alex Villacrés
Sánchez], Facultad de Ingeniería de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil,
Guayaquil, 2012, p. 14; para los datos de propiedad y construcción, v. Pérez
Pimentel, Rodolfo, ‘Leonardo Stagg Durkoop’, Diccionario Biográfico del
Ecuador.
(2) Garay,
Guido, ‘Estampas de Guayaquil’, Fundación Pedro Vicente Maldonado, Guayaquil,
1991, p. 68. Esta cita corresponde a la estampa sobre el teatro Edén (pp.
66-68), en cuyo texto Garay refiere que el teatro Edén “que era de construcción
mixta”, tras el terremoto del 13 de mayo de 1942 “quedó incólume”, pero que fue
derrumbado “por pretextos que las malas autoridades esgrimen para acabar con
nuestros bellos edificios, exponentes de la tradicional arquitectura
guayaquileña: y lo derribaron, perdiendo nuestra ciudad un amplio y hermoso
centro de cultura artística” (p. 68). El teatro Edén “estaba situado sobre el
lado Sur del boulevard 9 de octubre en la cuadra comprendida entre Chile y
Chimborazo, en el solar que hoy ocupa el edificio Cóndor, que fue en una época
el más alto de la ciudad” (p. 66). Sobre la transición entre del teatro Edén
(construido en 1907) al edificio Cóndor (construido entre 1953-54), v. ‘60 años del edificio Cóndor’, El universo, 7 de septiembre de 2014. El texto de Guido
Garay, titulado ‘El teatro Edén’, se publicó originalmente en el diario El
universo, edición del 11 de febrero de 1976.
De manera tan reciente
como este 29 de julio, ese mismo diario publicó una noticia sobre la
presentación de una obra de teatro titulada ‘Guido Garay’, de Johnny Shapiro,
en la cual se recreaban algunas estampas de su libro ‘Estampas de Guayaquil’,
v. ‘Historia y costumbres en obra “Guido Garay”’, Diario El universo, 29 de
julio de 2016.
(3) ‘Proyecto Radius. Herramientas de Evaluación del Riesgo para el Diagnóstico de Zonas Urbanas contra Desastres Sísmicos’, Vol. I, Reporte Final a la Secretaría del
IDNDR de las Nacionales Unidas [Preparado por: Jaime Argudo Rodríguez], p. 14.
(4)
Ibíd.
(5) Nelson
Tubay, ‘Guayaquil es un enorme riesgo’, Diario Expreso, 24 de abril de 2016. El
Arq. Guillermo Argüello fue el Co-Director Local del proyecto RADIUS en
Guayaquil; en aquel entonces se desempeñaba como Director de la Dirección del
Plan de Desarrollo Urbano y Cantonal del Municipio de Guayaquil (DPLAN-G) y
como tal fue parte del Comité Ejecutivo del proyecto RADIUS, v. ‘Proyecto Radius. Herramientas de Evaluación del Riesgo para el Diagnóstico de Zonas Urbanas contra Desastres Sísmicos’, Vol. I, Reporte Final a la Secretaría del
IDNDR de las Nacionales Unidas [Preparado por: Jaime Argudo Rodríguez], p. 98.
(6) Nelson
Tubay, ‘Guayaquil es un enorme riesgo’, Diario Expreso, 24 de abril de 2016.
(7) Jaime
Argudo Rodríguez, ‘Estrategia para la reducción del riesgo sísmico de Guayaquil’,
Feria Construye & Remodela, Agosto 20-22 del 2015, p. 16.
(8)
‘Suelo de Guayaquil incrementa su vulnerabilidad ante un sismo’, Diario El
universo, 22 de agosto de 2010.
(9)
La obligación legal es clara y está establecida en el artículo 134 literal b)
del Reglamento Orgánico Funcional del Cantón Guayaquil, como una de las
funciones del “Departamento de Control de Edificaciones” del Municipio: “b. Emitir certificados de inspecciones
finales, una vez recibidos los informes respectivos que determinen que se ha
respetado los planos aprobados y que se ha cumplido con los requisitos exigidos
por la Codificación de la Ley Orgánica de Régimen Municipal”. La ineficacia de
su cumplimiento está plenamente establecida por el Presidente de la Cámara de
la Construcción de Guayaquil, Enrique Pita, quien en una entrevista hecha por
un programa de Ecuavisa identificó claramente el problema: “El Municipio,
lamentablemente, no teniendo el personal suficiente, no realiza los controles
de los procesos constructivos, más allá de al final de la obra establecer si
los metros cuadrados que se reportaron son los correctos”, en: ‘Guayaquil vulnerable / Bloque 3 Visión 360 III Temporada’, Visión 360, YouTube. Una crítica
a este programa de investigación por su notoria incapacidad de atar cabos, en:
‘¿Periodismo de investigación?’, Xavier Flores Aguirre, 21 de julio de 2016.
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