23 de mayo de 2018

El sol de Fernández-Salvador


El Escudo de Armas que el naciente Estado del Ecuador tuvo a partir de 1830 era casi una copia del Escudo de Armas que habíamos tenido como parte de la Gran Colombia. Dicho Escudo de Armas había sido adoptado durante el Congreso de Cúcuta de 1821, sin la participación del Ecuador, pues este territorio (mejor dicho, el territorio que era de la Audiencia de Quito) se unió a la Gran Colombia recién el año siguiente, tras la Batalla del Pichincha de mayo de 1822.



Uno de los principales añadidos del escudo del naciente Estado ecuatoriano es el sol. Su incorporación fue obra del Presidente de la Convención Constituyente celebrada en Riobamba en 1830, el abogado quiteño José Fernández-Salvador (1775-1853). Fue él quien en la sesión del 17 de septiembre, con el apoyo del representante por Guayaquil, el venezolano León de Febres-Cordero, sumó el sol al diseño de Cúcuta (1).

Dos días después, un órgano que se llamaba a sí mismo “Congreso Constituyente del Estado del Ecuador en la República de Colombia” dictó la siguiente “LEI”:

Art. 1º. Se usará en delante de las armas de Colombia, en campo azul celeste con el agregado de un Sol en la equinoccial sobre las fasces, i un lema que diga EL ECUADOR EN COLOMBIA.
Art. 2º. El gran sello del Estado, i sellos del despacho tendrán grabado este blasón (2).

Y con esta “Lei” empezó su andadura el sol, contribución de Fernández-Salvador. Es el único rasgo distintivo que se ha conservado en todos los varios escudos que ha tenido el Ecuador desde que se fundó como Estado independiente en 1830.

(1) Sosa, Rex, El escudo de armas del Ecuador y el proyecto nacional, Corporación Editora Nacional, Quito, 2014 [Universidad Andina Simón Bolívar, Serie Magíster, V. 161], p. 22. De este trabajo se toman las imágenes para esta entrada.
(2) Ibíd., p. 23.

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