La columna de opinión “La gran amenaza para Guayaquil”, por su contexto (publicado en diario El
Universo y de autoría de Juan José Illingworth) no daba para pensar que iba a
ser crítica de la administración municipal. Su inicio despeja cualquier duda:
“Ante la
posibilidad de que el sucesor de Nebot destruya lo logrado en estos últimos 25
años…”
Cuando, en realidad, la
“gran amenaza para Guayaquil” es la continuidad de “lo logrado en estos últimos
25 años” de administración socialcristiana de la ciudad: Lo que motiva el
elogio de Illingworth: ese es el verdadero problema guayaquileño. Esto, porque
el modelo urbano del PSC en Guayaquil no ha sido planificado ni consultado, porque está pensado para el
enriquecimiento de unos pocos a expensas del subdesarrollo de los muchos (este
modelo urbano supone un orden vertical y mucha disciplina). Pero, principalmente, porque esta
forma irresponsable de administrar el crecimiento de la ciudad la ha expuesto a
una gran vulnerabilidad en terremotos e inundaciones, de la que
poco se habla.
La “gran amenaza para
Guayaquil” es la continuidad del PSC en el poder.
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