El Ecuador de hoy tiene a los
más relevantes órganos de su poder público sometidos a un “Régimen de Transición”,
cuyos cargos máximos cambian de ocupantes en un proceso que requiere el
exterminio de unos para el provecho de otros, proceso que está a cargo del
Consejo transitorio del Dr. Trujillo y los dos seres que cohabitan en él:
el que enaltece el Estado de Derecho en la teoría y el que lo destruye con una
motosierra en la práctica. Y el de la motosierra va ganando. Por mucho.
La singularidad de este
proceso de “transición” en el caso del Ecuador, es que el exterminio de unos no
es para el provecho de otros de una generación posterior, que es la evolución natural de la política. Es para el
provecho de los viejos de la generación anterior al anterior gobierno. Esto que
vivimos en el Ecuador es, realmente, una revancha de los ancianos de derecha. Los
que ahora propician el camino para que uno de los suyos, Jaime Nebot, en asocio con
“Lenín, el Arlequín”, la marioneta top
del poder en la sombra, vuelva a aspirar (como en los noventa) a la Presidencia
de la República.
¿A quién golpean con saña
estos ancianos? Al expresidente Rafael Correa y a todo lo que se le pueda imputar
un poquito de tufo a “correísmo”. “Menos para ellos, más para nosotros” parece
ser el denominador común en esta división +65 de nuestra política.
Despelucado, después de un largo día en el aserradero de la institucionalidad pública |
En la historia de la
política ecuatoriana, siempre hay alguien a quien exterminar para que sus reemplazos puedan justificarse: hoy
es el correísmo, antes lo fue la “partidocracia” (que ahora está haciendo su Comeback Special) y antes otros de
acuerdo con el girar de la rueda de la fortuna. Es el ciclo de siempre en
nuestra política caníbal.
Así que lo de ahora es más de lo de mismo
y con las prácticas usuales, pero con un único matiz, uno que habla de nuestro atraso.
Esto no es una renovación, o una superación de Correa. Es la revancha de un ancianato, con el Dr. Trujillo y su motosierra.
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