¿Manuela Culea?

4 de mayo de 2018


En el libro Historia secreta de Costaguana del colombiano Juan Gabriel Vásquez se puede leer lo siguiente:

“Doña Manuela Sáenz, quiteña de nacimiento, ha dejado a su legítimo (y aburridísimo) esposo, un tal James o Jaime Thorne; en 1822, el Libertador Simón Bolívar hace su entrada triunfal en Quito; poco después, ídem en Manuela. Se trata de una mujer extraordinaria: es diestra sobre un caballo y magnífica con las armas, y durante la gesta de la Independencia Bolívar logra comprobarlo en carne propia: Manuela monta tan bien como tira. Pesimista ante la condena social, Bolívar le escribe: “Nada en el mundo puede unirnos bajo los auspicios de la inocencia y el honor”. Manuela le responde llegando sin anunciarse a su casa y mostrándole, a golpe de cadera, lo que opina de los auspicios. Y el 25 de septiembre de 1828, mientras el Libertador y su Libertadora gozan de múltiples Libertinajes, en el lecho presidencial de esa Colombia incipiente, un grupo de conspiradores envidiosos –generales de muchos soles cuyas mujeres ni montan ni tiran- deciden que aquel coitus quedará interruptus: intentan asesinar a Bolívar. Con la ayuda de Manuela, Simón da un salto, escapa por la ventana y va a esconderse debajo de un puente” (1).

El inmenso, bolsapayasesco mérito de Manuela fue tener un pubis no angelical de acuerdo con los estándares de la época que le tocó en suerte vivir. En esa época circuló este romance sobre su relación libertina al cuadrado:

Bolívar, enhiesta espada
“Manuela, vendrás conmigo.”
“Simón, tu espada yo sigo
Mi vaina, bien aceitada.” (2)

Más que Sáenz, nuestra lúbrica Manuela debería renombrarse como esta estrella de la TV de los años ochenta:

A-team
 
Le haría justicia a su fogosa actividad por el Libertador y por la Independencia.

Es eso, o leer bodrios como éste. Cuya única representación gráfica puede ser:


(1) Vásquez, Juan Gabriel, ‘Historia secreta de Costaguana’, Penguin, Bogotá, 2017 [Primera edición 2007], p. 48.
(2) Ídem, p. 51.

1 comentarios:

Unknown dijo...

Me habéis hecho reir!