Revista Vistazo, edición No 838, Julio 18/02, p. 40 |
El año 2002, revista
Vistazo entrevistó al alcalde Jaime Nebot para un reportaje especial titulado
“Guayaquil está de moda”. El alcalde expuso allí su “visión del futuro”. Quince
años después de esta exposición, tres de sus principales ideas han fracasado.
Su visión del futuro ha resultado una farsa.
Una de las principales
ofertas de campaña del alcalde Nebot en su primera elección, el lejano año
2000, fue la “recuperación” del Estero Salado, el que todavía está tan podrido
como lo dejó su predecesor Febres-Cordero, o casi. Para el único que ha
cambiado el Estero Salado es para ese recurrente hacedor de
fantasías disfrazado de historiador, llamado Melvin Hoyos (1).
La visión del futuro de
Nebot incluía una ciudad “competitiva”, en capacidad incluso de atraer un
“corredor tecnológico”. Quince años después, Guayaquil es una ciudad no competitiva,
sino rezagada (2) y lo del “corredor
tecnológico” es apenas una quimera: a día de hoy, Guayaquil es una de las peores ciudades
de América latina para hacer negocios (3).
(1)
‘El estero de la fantasía’, Xavier Flores Aguirre, 6 de agosto de 2016; por
contraste, véase ‘El estero de la realidad (de baños curativos a vertedero de desechos)’, Xavier Flores Aguirre, 7 de agosto
de 2016.
(2)
Así lo ha advertido un economista guayaquileño honesto y suficientemente
valiente como para llamar a las cosas por su nombre, como lo es Walter Spurrier: v. Walter
Spurrier Baquerizo, ‘Guayaquil se rezaga’, Diario El universo, 22 de febrero de
2015.
(3) Guayaquil
ocupa el puesto 38 de entre 51 “ciudades para hacer negocios” en
América latina, en el ranquin que elabora la revista América Economía. Ha
bajado 4 puntos desde la medición anterior.
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