8 de febrero de 2019

CREO que me dan risa


Hace unos meses escribí un artículo titulado “Crónica a partir de un cronista (Caso Espín)”. Vaticiné que no iban a destituir a la asambleísta Sofía Espín, y fallé. Realmente no pensé que CREO podía caer tan bajo.

CREO es un movimiento que no se ha caracterizado por su brillo político. Para ser originario de Guayaquil no ha hecho sino a vivir a la sombra del PSC en esta ciudad. Su líder, Guillermo Lasso, ha fracasado dos veces en la carrera a la Presidencia. Su rol en la política nacional es apenas distinto a redundante. Pero ya su actuación en la reciente destitución de asambleístas (dos de la facción “correísta”, uno de sus filas) ha sido un espectáculo lamentable.

La cosa es como sigue: una legisladora de CREO, Ana Galarza (en adelante, “Cuchi-Cuchi”) se erige como acusadora de otra asambleísta (Norma Vallejo) y busca su destitución. Otro legislador de CREO, Fernando Flores, mociona que se eleve a mayoría absoluta de 91 votos la destitución de un asambleísta. La moción es aceptada por la Asamblea Nacional.

CREO, con su dueño a la cabeza, se indignan con su legislador y lo obligan a recular. En la siguiente sesión, Flores mociona que se baje a mayoría simple de 70 votos la destitución de un asambleísta. La moción es aceptada por la Asamblea Nacional*. Acto seguido, votan la destitución de Norma Vallejo y la aprueban con 89 votos. Si Flores no reculaba su moción, Norma Vallejo se mantenía en el cargo. Destituirla fue el momento triunfal de Cuchi-Cuchi.

Al poco rato, todo se pudrió. Cuchi-Cuchi pasó de inquisidora a ser denunciada por uno de sus exasesores por razones similares a las que fueron la base de su acusación en contra de Norma Vallejo. Los asambleístas de CREO, que andaban de pesquisas anti-corrupción, de repente, cerraron filas para defender la supuesta corrupción de uno de los suyos.

A todo esto, en los debates parlamentarios, CREO presenta unas joyitas. El asambleísta Pedro Curichimbi ha dado uno de los discursos más disparatados e imbéciles que se han escuchado en el parlamento ecuatoriano. Y Héctor Yépez, exSUMA, hoy en el movimiento del banquero, aboga por la castración química**.

Finalmente, la investigación contra Cuchi-Cuchi terminó con su destitución de la Asamblea Nacional con 91 votos, es decir, se obtuvo la mayoría absoluta, lo que no pasó en el caso de Vallejo. Allí terminó su carrera política: Cuchi-Cuchi game over.

El saldo de esta comedia: la inquisidora Cuchi-Cuchi destituida, CREO con un asambleísta menos y la Asamblea Nacional jugando a los juegos del hambre, donde ya hay otros asambleístas en carpeta para destituir (parece que el siguiente es otro de CREO, un tal Washington Paredes). Y no será tan difícil hacerlo, porque 70 votos en el mercadillo de la Asamblea Nacional no es una empresa tan difícil: es apenas una resolución simple.

Pobre CREO, parece que empieza a ser una víctima de su propio invento. Como a los del 10 de agosto, todo les sale mal. Su actuación política es un sainete.

¿Cómo se llama la obra?

“CREO que me dan risa”.

* El otro nombre de la Asamblea Nacional es: “Mojón en la marea de intereses coyunturales”.
** ¡Ya párenle con las sandeces, muchachos!

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