Recapitulando sobre la
revuelta del 10 de agosto y su correspondiente masacre del 2 de agosto:
1) Hicieron
un cambio de autoridades, que fue abortado a los dos meses.
2)
Se les ofrecieron garantías de que no los iban a procesar por su intento
abortado, pero igual los metieron presos.
3) Los
fueron a rescatar de la cárcel, pero el rescate fue fallido y a la mayoría los
mataron. A consecuencia de esta afrenta, las tropas peruanas pasaron por las
armas, se calcula, al 1% de la población del Quito de entonces (como hoy matar a
23.000 personas en una tarde).
La historia de los próceres
del 10 de agosto de 1809 y su masacre en los calabozos del Real de Lima el 2 de
agosto de 1810 merece como soundtrack
esta canción:
El motto de este equipo de perdedores: “Yo le echo muchas ganas, pero
nada me sale bien” (cortesía de A. Lora).
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