La Corte Interamericana de
Derechos Humanos recibió una solicitud de Medidas Provisionales de la Comisión
Interamericana, pedidas a favor de Edwin Leonardo Jarrín Jarrín, Tania
Elizabeth Pauker Cueva y Sonia Gabriela Vera García, tres de los siete
consejeros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social que fueron cesados
por votación popular en el referéndum del 4 de febrero de 2018.
En el fundamento de su
solicitud a la Corte, la CIDH sostuvo que de implementarse los efectos de la
pregunta tres del referéndum del 4 de febrero, lo que podría llegar a hacer el Consejo transitorio era un
riesgo potencialmente irreparable: “se procedería al nombramiento de las
personas que ejercerán dicha función de manera transitoria, materializando el
riesgo identificado a través de la creación de todo un engranaje institucional
cuya propia existencia y efectos concretos en el panorama de la conformación de
las autoridades más importantes del país, será muy difícil si no imposible de
revertir” (Párr. 15). Ya en febrero, la CIDH no esperaba nada bueno.
Y eso que para la fecha de
redacción de esta solicitud la CIDH no podía conocer del invento posterior de las
“facultades extraordinarias”, una herramienta con la que el Consejo transitorio
ha perpetrado (amparado en “mandatos” de supuesto “rango constitucional”) un
sistema “para-constitucional” aplicable a los procesos de evaluación, ha
designado autoridades sin base legal y a discreción y ha sometido a su imperio
a los poderes rebeldes que se han atrevido a desafiar su autoridad. El Consejo
del Dr. Trujillo manda y es el ejecutor de una vendetta del país pre-Correa contra Correa. A inicios de febrero,
la CIDH avizoraba un riesgo. A fines de septiembre, el Consejo transitorio ha superado
sus peores expectativas.
La CIDH consideró
importante poner la situación de Edwin Jarrín, Tania Pauker y Sonia Vera “a
conocimiento de la Corte Interamericana, tomando en cuenta la importancia de
los aspectos planteados desde el punto de vista del Estado Democrático de Derecho,
los principios básicos que lo inspiran y su plena vigencia de los derechos
humanos” (Párr. 25). La Corte Interamericana resolvió desestimar la solicitud
de Medidas Provisionales el 8 de febrero de 2018 y lo hizo porque la vía de las
Medidas Provisionales no era la adecuada para discutir estos temas. Pero advirtió
que ellos podrían ser materia de casos ante la Comisión IDH y Corte IDH. Y
en mi opinión, existe fundamento suficiente para hacerlos porque la actuación
del Consejo transitorio en la evaluación y la cesación de las autoridades del
Estado ha comportado la vulneración de las garantías judiciales (Art. 8) y la
protección judicial (Art. 25). Hay 28 autoridades cesadas: ahí tienen 28
potenciales juicios en el Sistema Interamericano contra el Estado ecuatoriano. Coming soon.
En la Resolución de Medidas Provisionales, la Corte fue enfática en indicarle al Estado del
Ecuador que “independientemente de lo decidido en el presente asunto, la Corte
recuerda que el Estado tiene el deber constante y permanente de cumplir con las
obligaciones generales que le corresponden bajo el artículo 1.1 de la
Convención de respetar los derechos y libertades, tales como los derechos
políticos, a las garantías judiciales, a
la protección judicial, y a la igualdad ante la ley, en ella reconocidos y
de garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona sujeta a su
jurisdicción” (Párr. 30 -El resaltado no es del original).
Y añadió la Corte: “En
este sentido, el Estado deberá garantizar los mecanismos idóneos para que los
peticionarios puedan agotar las vías internas pertinentes para reclamar los
derechos y resarcimientos que estimen se les estarían vulnerando” (Párr. 31). El
Consejo transitorio, en uso de sus “facultades extraordinarias”, ha actuado casi
desde su misma instalación a contramano de estas obligaciones internacionales
de respeto y garantía que la Corte Interamericana le recordó en esta Resolución de Medidas Provisionales al Estado ecuatoriano, cuando el Consejo
transitorio era apenas una idea.
En todo caso, yo le pido a
la Virgencita del Quinche que le dé vida suficiente a Julio César Trujillo para
que vaya a los foros internacionales a defender lo que ha hecho en el Consejo
transitorio, como lo tiene ofrecido. Sería simplemente ÉPICO.