Publicado en diario El Telégrafo el 30 de julio del 2014.
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En fiestas de julio es
común escuchar frases tontas sobre Guayaquil asociada con la libertad y con el
progreso. El alcalde y sus apologetas de oficio casi no hablan de otra cosa.
Digo que son frases tontas, porque no se sostienen frente a un escrutinio
serio. Tomemos por caso la asociación de Guayaquil con el progreso.
Crecer en Guayaquil
durante los años ochenta era estar orgulloso, a pesar de todo, de dos cosas:
vivir en el cantón más poblado y en la capital económica del Ecuador. Estos dos
atributos que nos caracterizaron, pronto desaparecerán. Su pérdida es inminente.
1) La pérdida de la condición de cantón más
poblado del país.
Desde que se realizó el
primer censo nacional en noviembre de 1950 se tienen estadísticas precisas del
crecimiento poblacional del cantón Guayaquil. Durante el primer período inter-censal
(1950-1962) Guayaquil registró un crecimiento porcentual del 4.49% y su ritmo
de crecimiento se mantuvo por encima del 4% hasta entrados los años ochenta. Desde
entonces y hasta el inicio del nuevo milenio, disminuyó a alrededor del 2%. En
el último período inter-censal, comprendido entre 2001-2010 y sucedido
enteramente durante la administración de Jaime Nebot, el cantón Guayaquil ha
registrado su menor porcentaje de crecimiento poblacional, con solo el 1.58%.
A pesar de esta disminución, en Guayaquil aumentó el número de personas pobres:
en el año 2013, un 13.75% de guayaquileños vivía por debajo de la línea de
pobreza (menos de 77.03 dólares USD al mes) lo que representó un aumento del
3.71% frente a la medición anterior (en Cuenca y en Quito el índice de pobreza
se situó en 6.01% y 8.51% respectivamente). También aumentó en Guayaquil el número
de personas que viven en pobreza extrema (esto es, con menos de 43.41 dólares
USD al mes) el que se ubicó en 3.93%. Además, la tasa de desempleo en Guayaquil
es la más alta en comparación al resto de ciudades del Ecuador (es del 6.96% a
junio del 2014) y se estima que casi la mitad de sus habitantes vive con una de
sus necesidades básicas insatisfechas.
Sin embargo, los
funcionarios de la alcaldía no tienen empacho en justificar este magro desempeño
económico con la excusa de la migración constante a la ciudad. Por ejemplo, una
directora municipal (del programa ZUMAR, que opera en sectores populares) contó
en una entrevista que a los habitantes de esos sectores se les explicó “que
Guayaquil es la ciudad con mayor número de habitantes y con alto índice de
necesidades insatisfechas debido a la migración que recibe”. Esta es una idea común,
tanto en las autoridades como en los acólitos de la administración municipal.
Así, la mentira del progreso se la tapa con otra mentira, la de la alta
migración. Pero desde el periodismo jamás se cuestionan estas mentiras. El
periodismo crítico (salvo raras excepciones) todavía está por inventarse en
Guayaquil.
El dato cierto es que Quito
superará a Guayaquil como el cantón más poblado del país en el año 2020,
cuando Guayaquil cumpla el segundo centenario de su independencia. Un estatus
que Guayaquil ha mantenido por más de 130 años (se estima que Guayaquil superó
a Quito en población hacia 1880) se perderá, a pesar de lo cual la administración
socialcristiana utiliza la idea de crecimiento poblacional para encubrir su
fracaso en lo que más debería importarle: la reducción de la pobreza y la
satisfacción de las necesidades básicas de sus habitantes.
2) La pérdida de la condición de capital económica
del Ecuador.
Íntimamente ligado con el
fracaso descrito en el apartado anterior, está la pérdida de la condición de
capital económica del Ecuador. La revista América
Economía lo ha descrito de manera muy clara en un reporte de febrero de
este año, con un elocuente titular: “Quito, la nueva capital económica deEcuador”. La publicación (que se define como “la revista más leída e
influyente de negocios, economía y finanzas de América latina”, con ediciones
en español y portugués y una “red de corresponsales alrededor del mundo”) argumenta
su idea con cifras contundentes: mientras que las empresas de Guayaquil, Durán
y Samborondón vendieron 42.445 millones USD el 2012, las empresas de Quito
vendieron ese mismo año 68.337 millones USD. En Quito encuentran asiento el 19%
de las empresas del país, mientras que en Guayaquil el 14%. Más decidor todavía,
es el rubro del crecimiento de las ventas: mientras que en Quito aumentaron un
15.12% en el período 2009-2012, en Guayaquil aumentaron 11.9%, menos que el
promedio nacional del 13.7%.
El alcalde Nebot miente
cuando dice que en Guayaquil se respira un “aire de progreso”: las
investigaciones serias lo contradicen. De hecho, Guayaquil es una de las peores
ciudades en América latina para el emprendimiento de un negocio. En un estudio
realizado por la misma América Economía en un total de 46 ciudades de Latinoamérica
(“Las mejores ciudades para hacer negocios”, publicado el año 2013),
Guayaquil se sitúa como la número 39 para el emprendimiento de un negocio. El
estudio resalta que los peores indicadores de Guayaquil son el de “capital
humano” (en el que obtiene una calificación de 47.5 sobre 100) y el de “infraestructura
y conectividad física” (en el que registra un paupérrimo 34.4 sobre 100). Para
una alcaldía que se llena la boca con el hacer obras, esta calificación es
reveladora de la ineficacia de su planificación y la miseria de sus resultados.
El “aire de progreso” parece estar tan contaminado como las aguas del Estero
Salado.
Para peor, la metodología
de este estudio de América Economía se basa en el Índice de CompetitividadUrbana (ICUR) compuesto de ocho dimensiones: marco social y político, marco
y dinamismo económico, servicios a empresas, servicios a ejecutivos,
infraestructura y conectividad física, capital humano, sustentabilidad
medioambiental y poder de marca. ¿Adivinen cuál es la dimensión en la que peor
resultado comparativo obtiene Guayaquil? Si ya no son tan crédulos de las
mentiras socialcristianas, acertaron: en la de “marco y dinamismo económico”. En
ese específico rubro, Guayaquil es casi la peor ciudad de la región, solo por
encima de La Paz y de Rosario. De 46 ciudades, Guayaquil ocupa el puesto número
43, empatada con Santa Cruz de la Sierra. Debería darnos vergüenza.
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En resumidas cuentas, es
inminente que Guayaquil pierda la condición de cantón más poblado del país como
ya ha perdido la de ser su capital económica. Con la administración
socialcristiana en el poder durante más de veinte años, Guayaquil es una ciudad
que ha fracasado en combatir a la pobreza y que ha fracasado también en producir
la capacidad de hacer negocios. No lo dicen las opiniones de ese “cuco” que en
Guayaquil es el gobierno central, lo dicen los datos duros y las
investigaciones serias de publicaciones internacionales.
Debemos reaccionar. No
puede ser que se sigan repitiendo frases vacías, mentiras que exaltan los
tontos entucados por un periodismo complaciente y una alcaldía irresponsable, mientras
Guayaquil pierde los atributos que la distinguían y mientras el carro del
progreso (medido por la capacidad para generar riqueza y reducir la pobreza) a
los únicos que termina por atropellar, es a sus propios habitantes.