En una entrevista que le
hizo Carlos Calderón Chico, el primer alcalde que eligió Guayaquil por votación
popular el año de N. S. de 1947, Rafael Guerrero Valenzuela, definió lo que
está mal en la política ecuatoriana con una pasmosa claridad. Ante la pregunta
de Calderón sobre porqué Guerrero a sus 80 años se sentía “engañado” de la
política, el veterano respondió:
“Porque
aquí en nuestro medio se la entiende al revés. Y no como aquella posibilidad de
servir al país. Le dice esto quien cree conocer bien la política y a los
políticos”.*
El problema del Ecuador no
es ni de normas, ni de instituciones. Es cultural, de gente que entiende en su
mayoría que llegar a un cargo público es una oportunidad para servirse de él:
ahí está el origen de la corrupción generalizada en este país, pre-correísta,
correísta y post-correísta. De fondo, es por el casi nulo efecto que produce la
“ecuatorianidad” como un motor para las conductas solidarias.
* ‘Que la muerte me sorprenda en la radio’, 29 de mayo de 1995.
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