La “oligarquía” es un
concepto muy antiguo, acuñado por los griegos (Aristóteles et al.) y su existencia formulada como ley por uno de los modernos
(Michels y “la ley de hierro de la oligarquía”). Para Ansaldi y
Giordano, la oligarquía es “una forma histórica de la dominación política de
clase, caracterizada por la concentración del poder en una minoría y la
exclusión de la mayoría de la sociedad de los mecanismos de decisión política”*. En el caso del Ecuador, es la única
forma de dominación en los años de su despótica y carabinoambrosiana
historia como Estado independiente (yendo de tumbo en tumbo desde 1830).
El caso es que el paisano
Mario Ribadeneira que se describe en esta Q de Corazones encarna el ideal
latinoamericano del empresario: “Hábil para confundir sus intereses con los
del Estado”. Tal es el sueño de la oligarquía ecuatoriana, desde siempre.
Lo dice su Reina de
Corazones.
*
Ansaldi, Waldo & Verónica Giordano, ‘América
latina. La construcción del orden’ [Tomo I. De la colonia la disolución de la dominación oligárquica],
Ariel, Buenos Aires, 2012, pp. 465-6.
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