Mi primer recuerdo de
Diego Oquendo es una caricatura de Pancho Jaime, nuestro Charlie Hebdo, vista en una de sus revistas guardadas en el velador del cuarto de mi papá. Habrá sido a fines de los ochenta. En
la caricatura, el señor Oquendo estaba sonriente y en bolas, saltando a una
piscina llena de vergas erectas, recogidas las piernas y el culito en U.
Y éste es su Naipe
Centralista:
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